¿Cuál es su balance del sector respecto al movimiento ocurrido en 2010?
El balance es muy positivo. Las operaciones de comercio exterior se vitalizaron mucho desde mediados de 2008 en términos de volúmenes y operaciones, pese a la baja paulatina del dólar. Además, hemos sido muy eficientes en nuestros gastos, logrando ser competitivos y manteniendo volúmenes importantes. Específicamente, durante el año 2010 hubo un crecimiento de la actividad cercano al 30% respecto al año anterior. Traducido en cifras, el nivel de intercambio comercial llegó a los US$100 mil millones, divididos en US$70 mil millones en exportaciones y US$30 mil millones en importaciones.

¿En qué áreas se ha visto reflejado este nivel de crecimiento?
Evidentemente, hay un desarrollo muy importante en el segmento de las materias primas liderado por el cobre. En el área de las importaciones, se generó un aumento considerable en los insumos para la agricultura. Otro rubro que también sigue creciendo a gran escala es el automotriz. Sin embargo, es importante considerar que Chile aún no logra autoabastecerse en diversos rubros, como el alimentario, por ejemplo.

Entonces, ¿dónde falta potenciar aún más este desarrollo?
Tal cual lo han dicho diferentes autoridades, resulta primordial apostar más por la innovación. Debemos ser capaces de traspasar la barrera de la materia prima y transformar estos productos en alternativas que contengan un alto valor agregado. Los temas de capacitación y educación también son ítems altamente importantes en este aspecto. Hay que convencer a los empresarios de que la capacitación es una inversión y no un gasto. En ese sentido, me parece que el esfuerzo que está haciendo el Gobierno en esta materia es muy bueno.

Dado el escenario actual, ¿qué expectativas tienen para este año?
Los primeros meses de 2011 fueron bastante prometedores, incluso febrero que tradicionalmente es un mes lento. Todo esto augura un buen año y mantiene altas expectativas de crecimiento. Sin embargo, me atrevo a señalar que producto del terremoto de Japón, hoy estamos en uno de los momentos de mayor turbulencia de la historia. Pese a todo, soy muy optimista, porque las bases económicas de Chile son muy firmes y tenemos una tasa de ahorro tremenda. En un inicio, nuestra estimación de crecimiento era un poco mayor a la de 2010 y por el momento dicha cifra no ha cambiado; no debemos ser alarmistas tampoco.

¿Cómo se verá afectado el comercio con Japón?
Lo ocurrido con Japón es grave para todo el mundo, no sólo para Chile. Aún no hay cifras concretas de las pérdidas que esto implicará para nuestro país, tomando en cuenta que es uno de nuestros principales socios económicos. Pero, claramente, Japón va a emplear sus principales recursos para proteger a su gente y lo más probable es que prescindirá de una serie de insumos que no son de primera necesidad en este momento. En ese sentido, tengo confianza en que nuestros empresarios exportadores serán capaces de buscar nuevos mercados para suplir esta potencial carencia.

¿Qué temas claves desean abordar este año junto al Gobierno?
La inflación es un tema preocupante, ya que se está hablando de cifras altas cercanas al 6%, por lo cual es un asunto que deberemos seguir atentamente. Por otro lado, creemos que se debe agilizar la implementación del proyecto de Ventanilla Unica, elemento clave para modernizar el Servicio Nacional de Aduanas y el comercio exterior en general. En ese sentido, nuestra intención es que se implemente lo antes posible el Sistema Integrado de Comercio Exterior (SICEX), iniciativa en la cual aún se está trabajando. Me parece que el Servicio Nacional de Aduanas es una de las reparticiones del Estado que más requiere una inyección urgente de modernización. Falta más personal y de mayor capacitación; además se necesita una mejor eficiencia tecnológica, entre otras cosas. Eso sí, me consta que las autoridades de Hacienda lo tienen muy claro y están tomando medidas al respecto.

En materia tecnológica, ¿qué ocurre con el sistema de Carpeta de Despacho Electrónica?
Este tema está bastante avanzado. Actualmente, se están llevando a cabo los presupuestos de las empresas que van a concursar para darnos este servicio. Lo más probable es que se ponga en marcha durante el transcurso de este año. Este es un elemento fundamental para hacer más eficiente nuestra operación, ya que nos permitirá digitalizar los documentos y así podremos deshacernos de los papeles. En términos prácticos, permitirá reducir drásticamente los plazos de entrega y los espacios, todo lo cual se traduce en menos costos para los operadores y la aduana.

¿Cuáles son los principales desafíos de la Cámara en el corto y mediano plazo?
Por un lado, para nosotros resulta primordial mejorar la relación con diferentes gremios de la producción, ya que ellos son la base del desarrollo del comercio exterior. Por otro lado, damos gran importancia al tema de la capacitación y estamos abocados a la creación de un departamento de estudios. Hoy contamos con un organismo técnico denominado CAMCAP (Cámara Aduanera Capacita), cuyo propósito es realizar acciones de capacitación en materias como gestión empresarial y cadena logística. Incluso, recientemente firmamos un contrato con la Municipalidad de Viña del Mar para capacitar a 300 muchachos de bajos estratos sociales, que egresaron de cuarto medio y actualmente no tienen trabajo, entregándoles las herramientas para trabajar en esta área. En el mediano plazo, queremos fundar un centro de formación técnica y luego una escuela de aduanas.