Coordinar el flujo de bienes y servicios desde el punto de venta de la materia prima hasta la entrega final nunca ha sido fácil, y en ello, el transporte de carga por carretera tiene un rol indispensable y estratégico, siendo un proceso que se ha vuelto considerablemente más complejo en los últimos años. Después de que los conflictos geopolíticos y la pandemia enloquecieron las proyecciones de demanda, los planes de producción y los enfoques de gestión de inventarios, se produjo el tan esperado efecto “látigo”, que efectivamente obligó a ajustes extremos, inesperados y contrarreloj de todos los eslabones de las cadenas y una vez más el transporte de carga por carretera mostró algunas de sus mayores virtudes: la flexibilidad y la velocidad de adaptación a los cambios.

De ahora en más, la atención se centrará en el diseño de organizaciones de transporte capaces de trabajar en estos entornos de “nueva normalidad”, entornos VUCA (“Vulnerables, Inciertos, Complejos y Ambiguos”, según sus siglas en inglés) como se les llamaba durante las últimas décadas y que hoy pasaron de ser un contenido de seminarios de gestión estratégica a la realidad, donde tanto la incertidumbre como la disrupción son la norma. Al menos por ahora, no hay vuelta atrás a cómo estaban las cosas antes de las gigantescas disrupciones que mencionamos. Hoy por hoy, los planes de cadena de suministro mejor diseñados (y a los que los transportistas se han de integrar) son generalmente aquellos que esperan lo mejor, pero se preparan para lo peor.

A nivel global, las organizaciones de transporte líderes en innovación y despliegue estratégico, están empezando a darse cuenta de que estos “cambios” no van a desaparecer y que requieren un enfoque diferente en sus procesos de planificación, como, por ejemplo, fortalecer el valor de la resiliencia y abordar el cómo pueden volverse más ágiles y flexibles en la forma en que responden a los cambios.

Esto supone ir más allá de las metodologías tradicionales de planificación tanto de sus operaciones como los enfoques de integración y comunicación con sus clientes. Hay que evitar el problema que ocurre cuando las organizaciones vuelven a asumir viejos roles cuando termina una crisis.

Cuando se ha pasado por cualquier fuerza disruptiva importante, muchas organizaciones de transporte tienden a volver a lo que solían hacer, en lugar de utilizar la crisis para mejorar sus enfoques de planificación y su mirada respecto a las competencias esenciales que deben desarrollar en los nuevos contextos.

Qué duda cabe que la digitalización de las organizaciones son una base fundamental sobre la que pensar el futuro y veremos este 2024 la intensificación de proyectos de integración, uso y despliegue de herramientas de ciencias de datos aplicadas a las operaciones logísticas de transporte y distribución. Muchas empresas se centran en implementar tecnología que automatice procesos, buscan hacer las cosas más rápido y limitar el contacto humano, lo que puede ser bueno hasta cierto punto, pero no necesariamente mejora significativamente sus niveles de eficiencia, tampoco permiten desarrollar nuevos servicios ni provocar cambios significativos en la experiencia de sus clientes.

La implementación de herramientas tecnológicas

En lo que respecta a la digitalización y el despliegue de herramientas tecnológicas, la pregunta correcta es “¿Cómo podemos realmente aprovechar estas tecnologías para llevarnos a un nivel diferente?”. Se trata de pensar de manera diferente el rol de los servicios de transporte en el contexto actual, apalancados sobre las tecnologías disponibles y en desarrollo, lo que está llevando aceleradamente a centrarse aún más en los datos, la calidad de esos datos y luego utilizar los conocimientos para predecir lo que sucederá en el futuro. En este sentido, lo realmente novedoso es que las posibilidades de eficiencia, diferenciación e innovación de los servicios de transporte nacen de integrar muchos más datos centrados en factores externos de contexto y territoriales.

El patio de operaciones del transporte de carga por carretera es precisamente el territorio, la red vial, las ciudades, las infraestructuras logísticas de sus clientes, etc., y todo ello determina de forma significativa el desempeño integral de sus operaciones. Esta es una tendencia positiva e ineludible porque amplía la comprensión de sus dinámicas operacionales y les ayuda a tomar decisiones de planificación estratégica, táctica y operativas de mayor calidad.

Otros temas urgentes que ocupan la agenda de la gestión cotidiana de los servicios de transporte de carga por camión y que, durante 2024, continuarán requiriendo la atención y las energías de dichas organizaciones: la eficiencia y transición energética, la seguridad de sus operaciones y la crisis de capital humano.

Respecto de la eficiencia energética y su sucesión hacia la transición energética, se debe mencionar que la forma y velocidad con que las empresas de transporte aborden este tema repercutirá directamente en sus resultados financieros. Además, tendrá un claro impacto en su posibilidad de acceder o no a ciertos mercados específicos. Por lo anterior, es un tema estratégico y de complejidad creciente respecto de la configuración de las flotas y el diseño de sus redes de operación.

En cuanto a la seguridad, si bien es una temática transversal a toda la sociedad, el sector Transporte parece especialmente expuesto y vulnerable, por lo que quienes avancen en sistemas de operación controlados, preventivos, monitoreados y con capacidad de anticipación estarán dando a su servicio un perfil que contará con una valoración creciente.

Por último, se debe hacer frente a la crisis de capital humano capaz de sostener y desplegar los servicios de transporte en los contextos señalados y esto en casi todo ámbito funcional: conductores, personal de mantenimiento, áreas tecnológicas, operaciones y comercial. En ello, se juega la real capacidad de responder adecuadamente a todo lo expuesto en esta columna.