Hace unas semanas las autoridades de China solicitaron la “movilización plena” de los hospitales, lo que incluía añadir personal para garantizar su “efectividad de combate” para el rebrote del Covid-19. El recuento total oficial de casos en China es de 363.072 y aumentó cerca de un 50% desde el 1 de octubre después de una serie de brotes en todo el país.

Bajo estas circunstancias, es válido preguntarnos: ¿Estamos preparados para vivir los coletazos de un nuevo caos en el país asiático? ¿La logística será nuevamente amenazada?

Sin duda, debido a todo lo que atravesado durante estos tres últimos años, hemos avanzado hacia una cadena de abastecimiento más flexible, no obstante, aún hay mucho por trabajar para hacerla más adaptativa y resiliente, comenzando por la importancia del Nearshoring.

Este término se contrapone a Offshoring, el mecanismo por el cual una empresa transfiere sus procesos de negocio o de tecnología a terceros ubicados en destinos lejanos con el fin de reducir costos. En el caso de manufactura, como ejemplo, ha sido China un origen de abastecimiento Offshoring concentrando producción y economías de escala. Entonces, Nearshoring es la prestación de estos servicios desde países cercanos al país contratante, generalmente en aquellos que comparten fronteras.

El Nearshoring se está convirtiendo en la nueva apuesta de las empresas en países desarrollados en la búsqueda de eficiencia y velocidad de respuesta ante eventos que disrumpen la cadena de abastecimiento global. Justamente aquí es donde América Latina, y Chile particularmente, pueden aportar valor. En el caso de los EE. UU., por ejemplo, las ventajas del Nearshoring con Latam son más que obvias. Además, la menor distancia geográfica permite que los clientes tengan reuniones cara a cara con sus proveedores con los que, también, se tiene mayor afinidad cultural y de idiomas.

Así también, México, estando en una posición geográficamente estratégica, está promoviendo la remanufactura y manufactura postpuesta para abastecer Norte América y Centro américa como polo de Nearshoring, y en Europa, se está impulsando la fabricación de semiconductores, pasar de solo laboratorios a lab+fab, aunque se estime 40% de mayor costo pues hasta hoy, luego de la pandemia, siguen con escasez en la fabricación (también por aumento de la demanda), concentrada en el sur de Asia y cuyos tiempos de tránsito, además, han superado las 52 semanas.

Las oportunidades de Chile

Chile podría tener un tremendo potencial de constituirse en un polo de manufactura postpuesta, para abastecer el cono sur y otros mercados en el continente, dadas sus ventajas en tratados de libre comercio, capacidad portuaria y aeroportuaria, tráfico marítimo y el impopular influjo de mano de obra extranjera. Y transformarse así en una respuesta de Nearshoring para muchas marcas tecnológicas y de textiles, entre otras.

La necesidad de una mayor flexibilidad estructural de la logística mundial nos ofrece la oportunidad de convertirnos en un Centro de Fullfilment para Latam, con un buen manejo de inventarios; o en una zona franca transitoria de productos para su reexportación en el cono sur.

Un estudio reciente de IDC, la empresa global de inteligencia de mercado en el campo de la tecnología, concluye que: “América Latina ofrece al mercado norteamericano una combinación única de proximidad geográfica y socios con capacidades desarrolladas en CRM-BPO, y con la madurez suficiente para dar servicios de calidad a sus clientes”.

Asimismo, según Biz Latin, un estudio de abogados que ha investigado acerca del tema y su aplicación en LATAM, el Nearshoring podría aumentar las exportaciones de bienes y servicios de la Región hasta en 78.000 millones de dólares. La creciente preocupación por el medio ambiente, junto con la crisis sanitaria y la reciente guerra de Rusia en Ucrania, han creado un contexto en el que la Región puede contribuir a la economía mundial y a la lucha contra la inflación, a través de una mayor participación en las cadenas de suministro mundiales de manera sostenible y equitativa.

En síntesis, grandes rubros económicos podrían verse acrecentados y asentados a través de la aplicación de esta práctica haciendo que, en total, la economía de toda la Región se vea beneficiada. Chile, Costa Rica y República Dominicana, podrían ver beneficios importantes y significativos en el valor de sus exportaciones con más de 1500 millones de dólares. Así, el Nearshoring es una actividad económica o definición de aprovisionamiento muy relevante a considerar hoy, no solo por su impacto en la economía regional, sino también global.