Si bien el porcentaje de accidentes en recintos industriales (como bodegas o plantas de producción) con manipulación de cargas, embalajes, piezas y partes, involucrando grúas horquilla, es bajo, el daño físico que producen es diez veces mayor (1), considerando personas, y cuantioso, respecto de mercadería. Por lo tanto, evitar tanto el impacto de embalajes que pueden salir expulsados de la grúa o de un rack (a causa de un golpe) como posibles choques con personas, constituyen objetivos de la seguridad industrial. Se debe tener en cuenta que el peso de las cargas manipuladas por máquinas que pueden caer desde alturas sobre los dos metros genera un fuerte impacto sobre las personas, además de daños materiales.
Los embalajes, en este sentido, están sometidos a controles de calidad para su tránsito normal, protegiendo la carga, pero no están diseñados para evitar las consecuencias de su impacto al caer sobre superficies o personas por errores de estiba o bodegaje. El
, las láminas antideslizantes, los zunchos y otros elementos destinados a consolidar cargas, reducen las posibilidades de desplazamiento de cargas parciales, optimizando la paletización. 
La naturaleza del trabajo de los operadores de grúas horquilla los obliga a estar con todos sus sentidos en alerta permanente, dividiendo su atención entre la carga que llevan y manejar en la dirección de su destino -a veces en marcha atrás o con su campo de visión parcialmente obstruido- y siempre evitando el contacto con los peatones. Por ello, el apoyo de factores ambientales se considera esencial para aportar a un entorno seguro, en especial, para el operador.
Factores ambientales
Diversos estudios revelan que, efectivamente, muchas situaciones de accidentes con grúas horquilla son evitables controlando factores del entorno en el cual se opera, suponiendo que los equipos están en buen estado, que la consolidación de cargas en embalajes y/o cargas paletizadas es correcta, y que el operador está alerta a la conducción y atento al movimiento de personas y maquinaria en la planta.
Los factores que contribuyen a reducir accidentes y que son controlables incluyen:
• La correcta demarcación de las rutas y zonas de protección (islas) de peatones en la planta, cuidando de reponerlas o mantenerlas, para que sean visibles según la iluminación disponible. Deben marcarse zonas de bodegaje, de tránsito vehicular y de tránsito peatonal.
• El nivel de ruidos debe mantenerse dentro de las normas. Un alto porcentaje de operarios reporta pérdida de audición y con frecuencia no usa tapones. Los ruidos son agentes distractivos, pero a la vez la pérdida de audición limita escuchar indicadores de alerta como bocinas.
• Los niveles de iluminación en las bodegas/plantas deben asegurar la correcta visión de los operadores de grúas horquilla, sobre todo entre pasillos, donde las cajas, embalajes, pallets y productos apilados en alturas pueden obstruir el alcance de luz de luminarias o producir sombras que afecten la visibilidad. La visión de una persona, entre 40 y 60 años, pierde la capacidad de discriminar objetos en entornos oscuros, aumentando la sensibilidad a la luz y encandilamiento, y disminuyéndose la profundidad de campo, por lo cual el nivel de visión de los operadores es importante, pues al retardarse el tiempo de captar imágenes, se puede reaccionar tarde ante, por ejemplo, la repentina aparición de una persona (2).
• La velocidad de tránsito debe controlarse. Es común ver a operarios haciendo maniobras imprudentes en grúas horquilla con o sin carga; los giros pueden expulsar embalajes y pallets mal estibados. En algunas plantas, la velocidad de producción acelera a los operarios que trasladan productos en etapas posteriores o intermedias. Un conductor demora aproximadamente 0,75 segundos en darse cuenta de un posible peligro y las partes mecánicas de un equipo demoran 1,0 segundo para responder a las acciones del operador. Se debe respetar las distancias entre grúa y personas, resguardando el tiempo y distancia necesaria para frenar.
• Las grúas horquilla deben contar con alarmas y señales de luz que alerten a peatones en el recinto. Estas deben accionarse cuando puedan aparecer peatones, en particular, en los puntos ciegos de su ruta. Caminar por los recorridos peatonales reconstruyendo el campo visual tanto del operario en la grúa horquilla como de los peatones, es fundamental para regular tanto los modos de operar como las señales de seguridad.
• Los neumáticos de la grúa horquilla deben ser adecuados al piso y tener la presión acorde a la temperatura ambiental del recinto (variable en invierno y verano).
• Se debe mantener los pisos sin sustancias resbaladizas, incluyendo hielo en zonas refrigeradas.
• El ancho de los pasillos debe regularse de acuerdo a las cargas a trasladar. La pérdida de dedos es uno de los diez mayores accidentes por no poder operar correctamente faltando distancia entre la grúa y de los racks metálicos, quedando manos y dedos atascados.
• Los operadores deben entrenarse adecuadamente para el manejo y estiba de cargas, conociendo parámetros que pueden alterar la conducción y estabilidad lateral de las grúas.
• La estiba de la carga debe realizarse bajo estándares de seguridad.
