EY analiza los desafíos de sostenibilidad en logística Roberta Miyazaki, Socia Adjunta de Consultoría de Supply Chain; y Elanne Almeida, Socia de Servicios de Sostenibilidad. ¿Qué exigencias tiene la cadena de proveedores en el ámbito de sostenibilidad? R. Miyazaki: La sostenibilidad llegó para quedarse y en la actualidad ninguna industria en Chile y el mundo está exenta de estas exigencias que van más allá de una buena publicidad, estrategia de marketing y greenwashing. Tanto las comunidades como los inversionistas están cada vez más preocupados de estos criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG en español y ESG en inglés).
Con respecto, a los principales criterios para la elección de un proveedor sostenible, estos se basan en aspectos en torno a los pilares de ESG, que incluye los “Ambientales”: donde se ve el impacto de inversiones en recursos como agua, emisiones de gases o nivel de residuos generados en su proceso de generación de sus actividades; “Sociales”, que abordan temas como condiciones de trabajo, explotación de trabajo infantil, diversidad en la fuerza laboral, la interacción con las comunidades y la posibilidad de apoyar a los productores locales, así también como la seguridad y salud de sus colaboradores; y “Gobernanza Corporativa”, que representa cómo la empresa gestiona la independencia de su consejo administrativo, la remuneración a los ejecutivos, políticas contables y estrategia fiscal. Ejemplos de criterios: normas de ética, transparencia y gestión anticorrupción; normas de prevención de riesgos laborales; de condiciones mínimas de trabajo (como remuneraciones); de inclusión de personas con discapacidad; de equidad de género; de sellos y/o certificaciones externas de su gestión de emisiones (Gases de Efecto Invernadero, GEI); entre otros.
¿Cómo están avanzando las empresas? R. Miyazaki: Muchas empresas ya han declarado públicamente una agenda más amplia de sostenibilidad, como también los criterios específicos que consideran para evaluar y contratar un servicio o comprar bienes de un proveedor. Algunas publican y aplican cuestionarios de sustentabilidad a sus proveedores. Sin embargo, según un estudio realizado en el segundo semestre del año pasado a ejecutivos de alta dirección de empresas en Chile, solamente un 23% de ellos se autocalifican “en un nivel relativamente satisfactorio” con respecto a las prácticas de sustentabilidad en la gestión de sus proveedores y contratistas.
Si bien, hemos visto mayor interés por parte de las compañías en entender cómo llevar la sustentabilidad a la cadena de proveedores, el segundo y fundamental paso está en la incorporación de los criterios ESG a los procesos de licitación, otorgando mayor peso o puntaje a dichos requisitos y haciendo que representen criterios de diferenciación para la toma de decisiones.
¿Cuáles son las exigencias para generar licitaciones y procesos de compras con un enfoque sustentable? E. Almeida: Anteriormente la principal exigencia muchas veces se resumía al Alcance 3 de la huella de carbono, pero hoy las empresas están migrando a implementar programas más tangibles y cercanos con sus proveedores a través de comunicaciones transparentes y consistentes acerca de sus ambiciones y requisitos en su modelo de contratación sustentable. Además de proveer con claridad dichos requisitos e incluso el caso de negocio para ello, las herramientas que puedan soportarlos y la forma cómo serán medidos y recompensados o penalizados en ellos. Sin embargo, para lograr un real compromiso de los proveedores, más allá de implementar herramientas de mediciones y auditorías de compliance, las empresas necesitan garantizar un real compromiso de sus ejecutivos a esa agenda y seguirlo de forma estricta y resiliente, manejando sus impactos en el negocio.
¿Qué desafíos están pendientes para que los proveedores inserten la sustentabilidad en sus procesos? R. Miyazaki: Actualmente existen diversos mecanismos de presión para que las empresas y sus proveedores adopten prácticas sustentables, como la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) definidas por la ONU y también del mercado consumidor. Según el reciente estudio de EY Consumer Index, los consumidores siguen considerando el factor de sustentabilidad en sus compras (56% priorizan la importancia del impacto ambiental y 52% al impacto social). Asimismo, existen principales desafíos que las empresas siguen postergando, como la inversión inicial que puede ser alta al empezar esa transformación; la gestión de la transformación cultural, pues eso exige que la empresa cambie desde su filosofía corporativa, impactando procesos e incluso objetivos de negocio por veces; la gestión de los programas de sustentabilidad, lo que requiere implementar nuevos procesos, herramientas y talento para medir y administrar su efectividad; encontrar profesionales especialistas en el tema, pues es un concepto todavía en desarrollo; y las inversiones que se requieren para reducir emisiones, por ejemplo, a través de la electrificación de la flota; adopción de principios de ecodiseño y de materiales alternativos que no sean tan intensivos en energía durante el proceso de producción, lo que, en muchos casos, requiere de inversión en I+D para que estos materiales estén disponibles en escala comercial.
¿Qué certificaciones son las que más se piden en los procesos de cambio? E. Almeida: Las certificaciones relacionadas a los criterios sustentables para proveedores están asociados principalmente a cinco iniciativas públicas de Chile: Huella Chile, un programa de gestión de carbono que posee un sistema de reconocimientos (sellos) que permite diferenciar a las organizaciones que han realizado esfuerzos en la mitigación del cambio climático; Acuerdos de Producción Limpia (APL), un convenio celebrado entre una asociación empresarial representativa de un sector productivo y los organismos públicos competentes en materias de sustentabilidad, cuyo objetivo es aplicar la Producción Limpia a través de metas y acciones específicas en un plazo determinado; Sello Empresa Mujer, creado por la dirección de ChileCompra y ChileProveedores, que identifica las empresas lideradas por mujeres; Sello ProPyme, creado por el Ministerio de Economía, Fomento y Turismo para garantizar mejores condiciones para empresas de menor tamaño en Chile; y Sello S de Turismo Sustentable, que garantiza que un servicio turístico cumple con criterios globales de sustentabilidad turística en los ámbitos sociocultural, medioambientales y económicos.
Muchas de las grandes compañías ya adoptan los criterios de la OCDE de ética y buenas prácticas en la cadena de suministros, y estos se vienen incorporando a otras certificaciones como Copper Mark. |