Federico Casanello, Universidad San Sebastián: “La incorporación del tren de carga a este proyecto va a depender de la definición que tome el Gobierno” Federico Casanello. ¿Por qué debería existir un tren con destino Santiago-Valparaíso? En primer lugar, el tren es extremadamente competitivo en distancias medias (en general, menor de 500 kilómetros), sobre todo cuando no compite con el avión. Sin embargo, requiere un flujo de pasajeros alto, que permita rentabilizar socialmente la alta inversión. En el caso de Santiago - Valparaíso, se dan precisamente esas condiciones, donde además se conectan las dos principales conurbaciones del país.
En segundo lugar, el tren es un medio de transporte sustentable, con menores emisiones de CO2 y con una menor accidentabilidad que el bus. Finalmente, el tren generaría beneficios sociales relevantes, como la disminución del tiempo de viaje (a la mitad del tiempo actual) y de consumo de combustible.
¿En qué consiste este proyecto y cómo ha avanzado a la fecha? El proyecto de tren (de pasajeros) entre Santiago y Valparaíso no es nuevo, ya que se viene evaluando desde fines de los 80’, pero que ha tomado mayor fuerza en los últimos años, con la presentación de distintas iniciativas privadas, mediante el mecanismo de concesiones. El proyecto busca unir las conurbaciones de Santiago y Valparaíso en un tiempo de alrededor de 40 - 45 minutos. Actualmente el proyecto está en una etapa preliminar, ya que el primer paso es la definición del trazado y del material rodante. El objetivo es que el proyecto se pueda licitar a fines de este gobierno, para iniciar su operación alrededor del año 2030.
¿Cuáles podrían ser los trazados de esta red ferroviaria? Se han planteado diversos trazados, los cuales se podrían modificar en el proyecto final. Por ejemplo, hay un trazado directo por el sector de Curacaví -Casablanca; un segundo trazado que también pasa por Casablanca, pero se desvía hacia el sector de Villa Alemana - Quilpué; un tercer trazado por el sector de Tiltil, pasando también por Limache, Villa Alemana y Quilpué.
¿Cuáles son los principales desafíos que se deberán evaluar para su diseño y construcción? Uno de los grandes desafíos es lograr la rentabilidad social mínima del proyecto, sobre todo pensando en la alta inversión (2.500 – 3.000 millones de dólares aproximadamente). El trazado, por lo tanto, es clave, ya que influye tanto en la demanda como en los costos. De hecho, el trazado se ve influenciado por la geografía, donde hay alternativas que tienen una mayor longitud de túneles, impactando fuertemente la inversión.
¿Cómo podría mejorar la logística del transporte de carga entre ambas ciudades? Actualmente el tren de carga a Valparaíso se limita al período nocturno, ya que comparte la vía con el tren suburbano de pasajeros, Merval, en cierto tramo. Uno de los desafíos es que los trenes de carga a Valparaíso puedan circular las 24 horas. La incorporación del tren de carga a este proyecto va a depender directamente de la definición que tome el Gobierno. De hecho, uno de los proyectos que se presentaron (TVS) se hacía cargo del transporte de carga entre Santiago y Valparaíso, con un uso exclusivo de la vía en un cierto tramo y con un uso mixto (pasajeros y carga) en otro. Ese mismo proyecto generaba una conexión de carga con el puerto de San Antonio, a través de una vía exclusiva entre Santiago y San Antonio. Desde mi punto de vista, el diseño que finalmente escoja el Gobierno debiera analizar también la incorporación del transporte de carga al puerto de Valparaíso, ya que es un factor clave en la eficiencia entre las dos conurbaciones más grandes del país.
El Gobierno tiene un gran desafío, que es desarrollar uno de los proyectos de transporte más relevante de los últimos años. Es clave que pueda lograr la licitación de este al término de su período. |