Diego Mendoza.

¿Cómo ha evolucionado la industria automotriz en los últimos diez años?
En los últimos 10 años, la industria se ha abierto enormemente al ingreso de vehículos desde múltiples orígenes, con versiones y modelos orientados a satisfacer las distintas necesidades de los consumidores. Por ejemplo, hace 10 años atrás las marcas de origen asiático no tenían la participación de mercado que vemos hoy, y la mayor parte de la venta se realiza a través de vehículos de pasajeros tradicionales (de silueta sedán, hatchback o station wagon).

Hoy, una década después y a propósito de la pandemia, el segmento de mayor relevancia son los SUV, vehículos que como su nombre lo indica, son mucho más versátiles, amplios, confortables y cada vez más medioambientalmente amigables. Son la opción preferida por la familia chilena, ya que les permite trabajar durante la semana, realizar sus emprendimientos, y también utilizarlo para desplazamientos particulares. En general, todos los segmentos de vehículos han evolucionado hacia motorizaciones más eficientes, enfocándose en un menor consumo y mínimo impacto medioambiental. Eso se traduce en que nuestro parque sea joven (para el promedio latinoamericano), de alrededor de 10 años de antigüedad, y con un parque de camiones y buses que también está en permanente renovación y que no sobrepasan en promedio los 10 años de edad.

El 2021 se posicionó como el 2do mejor año en la historia del mercado, ¿cómo visualiza el comportamiento del sector para 2022?
El año que recién terminó tuvo una sumatoria de factores que llevó a cerrar con cifras relevantes para prácticamente todos los segmentos de vehículos. Previo a ese año, no habían existido ayudas fiscales directas enfocadas al bolsillo de los consumidores, ni créditos especiales para Pymes, ni mecanismos de apoyo a los gastos familiares (como ingresos de emergencia, postergaciones de pagos de impuestos, contribuciones, créditos, entre tantas otras ayudas). A eso se sumó la postergación de compra en el año 2020, pues muchos interesados en renovar su vehículo decidieron retrasar esa decisión a la espera de volver a la normalidad en sus desplazamientos. Ese fenómeno se vio con mucha fuerza en el segundo semestre de 2021, explicando en gran parte la demanda por autos nuevos y usados.

Para 2022, el comportamiento de los consumidores continúa cambiando: hoy el factor de uso del vehículo es preponderante por sobre otros medios de movilización, ya que es un medio seguro, confortable, ambientalmente hermético en el cual tú decides desplazarte en compañía de tu núcleo familiar. Eso, en un contexto de distanciamiento social, significa una ventaja por sobre los medios de transporte colectivos.

Durante 2022 la tendencia debiera normalizarse y debiésemos ver mayor participación de los medios de transporte público, pero dependerá del avance que tengamos en el combate a la pandemia. En cifra, 2022 debiese ser un año dentro de la tendencia histórica del sector, para lo cual se han proyectado en torno a 384 mil unidades de vehículos livianos y medianos nuevos que debiesen comercializarse.

¿Cuáles son las tendencias que se verán en términos de sustentabilidad y seguridad por parte de las marcas y del Estado?
Durante la pandemia, Chile ha sido un país ejemplar en materia de emisiones y seguridad. Sí, porque se implementó la norma Euro 6 para vehículos livianos y medianos en septiembre de 2020, cuando todavía no existía vacunación y en plena fase de cuarentenas. El programa Euro 6 en Chile ha sido pensado gradualmente, y a diferencia de otros países, Chile no ha suspendido su implementación. Es una buena noticia para el medioambiente ya que reduce drásticamente las emisiones de NOx y de CO2 en vehículos, trayendo también mayor eficiencia energética a los desplazamientos en vehículos. En seguridad, también se ha avanzado con la implementación obligatoria de frenos ABS y sistemas electrónicos de estabilidad (ESP), con un cronograma progresivo de implementación, lo que se suma a la permanente revisión de normativas de seguridad obligatorias y optativas para vehículos. Esto es una buena noticia, porque demuestra que no importa desde dónde provengan los vehículos -hoy son 28 orígenes distintos de importación- a todos ellos se les aplican las mismas normas y regulaciones, con alcance nacional. Es un compromiso entre los fabricantes y el Estado por avanzar en vehículos más seguros, más tecnológicos y menos contaminantes.

¿Cómo se ha comportado el mercado de vehículos cero y bajas emisiones?
El año 2021 marcó un récord para la venta de vehículos de cero y bajas emisiones. En total, fueron 3.348 vehículos con tecnologías híbridas, hí- bridas-enchufables, 100% eléctricas y microhíbridas vendidas durante 2021.

Es un aumento del 230% al compararlo con 2020, pero la cifra resulta engañosa ya que 2020 fue un año de fuertes caídas por la pandemia y las cuarentenas. En 2021, en cambio, hubo varios meses con ventas récord de eléctricos, híbridos y microhíbridos, pero en el panorama global todavía no logran superar el 1% de las ventas totales en un año. Para ello, las proyecciones al mediano plazo indican que si queremos alcanzar las metas de electromovilidad anunciadas por el gobierno (100% de vehículos enchufables al año 2035) será necesario y fundamental contar con incentivos enfocados en el usuario, sea a través de ayudas directas o indirectas para abaratar su adquisición. Hoy la brecha tecnológica y de precio sigue siendo relevante, y sin un programa de incentivos similar al de países avanzados, nuestro país no podrá dar el salto a la electromovilidad. En ello se debe trabajar junto a las autoridades, naturalmente, y creemos que se han dado buenas señales en tal sentido.

Si analizamos los vehículos para el transporte de carga, ¿cree que este mercado seguirá creciendo?
Sí, el mercado de transporte de carga y transporte de pasajeros continuarán creciendo, ya que son una opción necesaria por la geografía de nuestro país. Más del 97% del transporte en Chile se realiza por carreteras, siendo fundamental la logística de carga para esa función. Las proyecciones que hemos trabajado como ANAC junto con las agencias de gobierno (por ejemplo, la fundación Conecta Logística de Ministerio de Transportes y Corfo, en que ANAC participa como socio fundador) demuestran que el transporte de bienes en carreteras y en la última milla (dentro de las ciudades) ha sido fundamental en el contexto de la pandemia, en especial por la creciente demanda del comercio electrónico, ventas remotas y despachos a domicilio. Es algo que debe fomentarse ya que permite optimizar desplazamientos para la población, con una importante cantidad de horas ahorradas.

¿A qué factores atribuye la mayor demanda de estos vehículos de carga?
Antes de la pandemia, la demanda de servicios de transporte para el comercio electrónico venía experimentando una evolución lenta o incipiente: el auge del e-commerce era una realidad solo en ciertos segmentos, los servicios prestados a domicilio eran escasos, los trámites presenciales eran una buena cantidad de tiempo perdido. Hoy eso cambió y muchas labores, servicios y bienes son recibidos por las personas en sus hogares. El cambio fue instantáneo y motivó a una mayor demanda de vehículos comerciales, furgones, camionetas pick-up y también vehículos tradicionales (de pasajeros y SUV, por ejemplo) para cumplir con diversas labores. Se debe agregar, también, el auge de Pymes y emprendimientos específicos en una situación de pérdida de empleos, como medio para subsistir en muchas familias, y ellas han necesitado de un vehículo para apoyar sus funciones.

¿Qué proyecciones tienen para el mercado de vehículos comerciales y qué desafíos vienen a futuro?
Durante 2021, los vehículos comerciales aumentaron su participación en un 1% para alcanzar el 11,2% del total del mercado y las camionetas pick-up, que también son vehículos de trabajo, alcanzaron el 17,7% del mercado. Suman, en consecuencia, un porcentaje relevante dentro del parque vehicular nacional. A ello se debe sumar que los desafíos a futuro son considerar también al vehículo particular como una “herramienta de trabajo”, ya que por su silueta y versatilidad son vistos como un medio apto para desplazarte particularmente, pero también para emprender, trabajar, prestar servicios a domicilios, movilizarte con tu familia y tantos otros usos. Esa versatilidad debe ser reconocida por la vía de un tratamiento que no discrimine el tipo de vehículo, sino el fin para el cual es utilizado. A futuro, la venta de los segmentos de trabajo (comerciales y pick up) debiese continuar aumentando, ya que la inversión en nuestro país debiese aumentar a medida que la pandemia comience a ser dejada atrás.

Como Asociación, ¿qué iniciativas han impulsado para apoyar a sus miembros y al mercado?
Principalmente a través de mejorar la información al público, proporcionando la principal fuente de datos e informaciones disponibles sobre el mercado automotriz chileno. En esa experiencia que tenemos se ha centrado nuestro trabajo con las autoridades para mejorar los derechos a los consumidores, por ejemplo, destacando la tramitación de una nueva ley de defensa del consumidor que incluirá mayores derechos de información sobre vehículos.

También se ha trabajado en aspectos de seguridad vehicular con el ministerio de transportes, en una permanente revisión de las normas y regulaciones aplicables al ingreso de vehículos nuevos. Ambientalmente, la adopción de la economía circular en el reciclaje de productos REP y la adopción de los últimos estándares de emisiones Euro 6, son buenas señales para el parque vehicular, ya que se asume que ingresarán vehículos cada vez más amigables con el medioambiente. En este trabajo es clave el rol de nuestras marcas socias, quienes nos aportan su valiosa experiencia desde el extranjero, sus fábricas o sus representaciones de marca en el país, para aportar la mejor información al gobierno y así avanzar en políticas públicas transparentes. Todo esto mantiene a nuestro mercado como uno de los más competitivos en el mundo, reconocido por su enorme variedad de oferta y no discriminación de productos.