Sergio Albornoz.

¿Cuáles son los principales problemas y desafíos que enfrenta el país en este tema?
El principal problema que presenta nuestro país en relación a los incendios en bodegas e industrias es el grado de destrucción en que terminan estas edi- ficaciones en la mayoría de los casos. Esto deja en evidencia que no se cumplen con los requisitos de construcción que determina nuestra legislación, referentes a evitar la propagación desde el punto de origen al resto de la edificación y a las construcciones vecinas. Además, deja en evidencia la inexistencia de sistemas automáticos de mitigación del fuego como los sistemas de rociadores (sprinklers), los cuales son obligatorios en países desarrollados.

¿Qué requisitos debe cumplir una bodega para ser considerada “segura contra incendios”?
Para que una bodega sea “segura contra incendios”, se deben considerar dos aspectos. El primero y más importante es evitar que los siniestros se produzcan mediante una mezcla de condiciones del lugar y acciones de sus ocupantes. Y el segundo aspecto es contar con sistemas que puedan evitar el colapso de la estructura y eventualmente apagar el incendio.

Las normativas de las condiciones que deben tener estas instalaciones está contenida en el Decreto 47 del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, que indica las características constructivas de cualquier edificación que se construye o remodela en nuestro país. Adicionalmente, si en una bodega se almacenan sustancias peligrosas incluidas en la Norma Chilena 382, debe cumplir con el Decreto 43 del Minsal “Reglamento de Almacenamiento de Sustancias Peligrosas”.

Por otro lado, la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones, OGUC, la cual en su Título IV, Capítulo 3, “De las Condiciones de Protección Contra Incendios”, estipula que toda edificación en nuestro país debe evitar la generación de incendios, facilitar la evacuación de las personas, evitar la propagación del fuego y facilitar las labores de extinción.

¿Cómo una empresa puede lograr esta cualidad? ¿La asesoría de expertos es necesaria?
Para lograr un aceptable nivel de riesgo ante un incendio, tanto en la parte preventiva (para evitar que ocurran) como en la reactiva (actuar durante su ocurrencia para minimizar sus consecuencias), deben intervenir varios profesionales. En primer lugar los arquitectos, quienes se encargan de incluir en sus proyectos las medidas de protección contra incendios exigidas en la legislación. Luego los constructores, quienes deben ejecutar de manera adecuada las medidas proyectadas, y los expertos en prevención de riesgos, los que, una vez terminado el edificio, desarrollan y gestionan los procedimientos y normas para su uso seguro y actuación ante emergencias de sus ocupantes.

Incendio fábrica en Quilicura / Karen Pozo, Agencia UNO.

¿En qué consisten los servicios de gestión de riesgos y prevención de incendios?
Para una adecuada implementación de las medidas de protección contra incendios, las empresas deben asesorarse con profesionales que tengan experiencia en esa materia. Esto tendrá un costo inmensamente menor que la destrucción producida por un incendio, el cual además de destruir el edificio y lo que almacenaba, interrumpe la continuidad del negocio, genera cesantía y pérdida de clientes, y una contaminación y afectación del medio ambiente circundante, tanto por la contaminación del aire, el agua y el suelo, como por el daño producido a la vida de los vecinos, su calidad de vida y sus viviendas.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que la activación de los seguros contratados por parte de las empresas afectadas, en el caso de haberlos, solo cubren costos directos, pero no todos los costos indirectos generados por los incendios masivos.

¿Qué se entiende por protección pasiva y activa?
Los conceptos de Protección Pasiva y Protección Activa aparecen citados en el Decreto 47 del Minvu. La Protección Pasiva es aquella presentada por los elementos arquitectónicos que participan de las acciones exigidas en la OGUC, tales como evitar la generación de incendios utilizando materiales que presenten resistencia a la combustión, la aplicación de productos retardantes o similares. También evitando la propagación mediante muros cortafuegos, compartimentación y distancias que eviten que el fuego se propague dentro de la misma edificación o a otras vecinas. Esto toma especial relevancia en edificaciones de altura por la propagación vertical por convección.

En el caso de la Protección Activa, se refiere exclusivamente a sistemas automáticos de detección de incendios con descarga también automática, de un agente extintor, generalmente agua, los que son capaces de apagar el fuego, aunque principalmente evitan que la combustión pase a fase libre, permitiendo la evacuación de las personas, la llegada de los equipos de Bomberos y la destrucción total del recinto.

Muchas veces, de manera equivocada, los proyectos incluyen sistemas como la red de incendio (seca y húmeda), los extintores y otros sistemas manuales como parte de la Protección Activa. Esto no correcto pues estos sistemas no son automáticos y requieren de personal entrenado para su utilización y para que tengan algún efecto de mitigación del fuego, lo cual no se puede garantizar (factor humano). Estos equipos se encuentran en un vacío actualmente en la OGUC, porque pues no son mencionados en las definiciones.

¿Qué daños puede provocar un incendio?
Los incendios masivos, además de las pérdidas directas e indirectas para sus dueños y trabajadores, provocan graves daños al medio ambiente circundante, con la generación de cientos de toneladas de humo (partículas carbonosas en suspensión, definidas como cancerígenas) y cientos de toneladas de gases tóxicos, producidos por la combustión de contenidos comunes como plásticos, maderas, revestimientos, cauchos, gomas y muchos otros. Estos materiales que se encuentran en todos los productos que usamos en la vida diaria, al quemarse generan gases como dióxido de carbono, monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre, cianuro de hidrógeno, fosgeno, fosfina, cloro, amoniaco, entre muchos otros. La mayoría de estos no tiene color ni olor, por lo que son detectados solo cuando las personas colapsan por su inhalación y son encontrados en los exámenes o autopsias de estas.

Incendio Bodega Macul.

Por ello, todas las zonas habitadas afectadas por el humo y los gases de los incendios deben ser evacuadas hasta que se realicen las mediciones con instrumentos adecuados, que demuestren que la zona es segura para las personas. Muchas veces la autoridad de turno, con un desconocimiento profundo de las características de los productos de la combustión, le indican a la ciudadanía que cierre las ventanas de sus casas o usen paños húmedos para respirar. Todas estas medidas están absolutamente equivocadas ante los productos de la combustión de incendios de bodegas y de cualquier estructura en general. Por otro lado, los cientos de toneladas de agua utilizados en la extinción del incendio está contaminada, por lo que debería ser retenida y tratada como un residuo peligroso hasta su tratamiento para pasar a la categoría de agua industrial.

¿Qué nuevas tecnologías para prevención y control de incendios destacaría?
La ciencia y la tecnología avanzan muy rápido y la protección contra incendios no es la excepción. En la actualidad se encuentran disponibles sistemas de última generación de detección temprana de incendios mediante tecnologías combinadas que se activan ante temperatura, humo o gases, dando aviso y descargando diversos agentes extintores, todos ambientalmente aceptados, vale decir, no contaminan ni dañan la capa de ozono. Al mismo tiempo, existen barreras desplegables que separan grandes ambientes en caso de incendio, generando compartimentos que evitan la propagación del fuego. Algunas son barreras físicas, otras por aire u otros sistemas que evitan la destrucción total de las edificaciones.