Miguel Álvarez, VP Industry de Latinoamérica de Blue Yonder.

Se trata de un tema global, latinoamericano y chileno: la cadena logística y de abastecimiento está sufriendo presiones como nunca antes. La pandemia lo ha exacerbado todo y ahora, en la previa navideña, las empresas están actuando con mucha anticipación y al consumidor final se le recomienda hacer lo mismo.

Miguel Álvarez, VP Industry de Latinoamérica de Blue Yonder, especialista mundial en soluciones para digitalizar la cadena de suministro y cumplir con el de comercio omnicanal, señala lo siguiente: “Este año, experimentamos una combinación de escasez de mano de obra, falta de materias primas y partes para la fabricación de productos, y largas demoras en los puertos. Por ejemplo, la escasez de semiconductores afecta el suministro de productos electrónicos, desde computadoras y consolas de juegos hasta automóviles. Súmele, problemas en la logística terrestre, donde la falta de bodegas puede llevar a que la mercadería deba ser guardada en contenedores”, indica.

Veinte meses después del inicio de la pandemia, para el retail, este año estará plagado de retrasos en los productos, bajo inventario, mayor costo de transporte, aumento en el valor del dólar y, como consecuencia, precios más altos. “No se trata de ser alarmista. Pero se sugiere, también en Chile, comenzar temprano con las compras navideñas, monitorear múltiples minoristas para ver quién tiene inventario y a qué precio, y luego comprar sin esperar las liquidaciones de navidad. Y probablemente, habrá menos descuentos, incluso en el Black Friday, del 26 de noviembre”, agrega el ejecutivo de Blue Yonder.

Para quienes dejen las cosas a última hora -advierte-, es posible que se encuentre con estantes vacíos o productos que no se puedan entregar hasta 2022.

Dado que la capacidad de los barcos no aumentará más allá de 4% y 5% en 2022, en Sudamericana de Vapores estiman que el estrés logístico perdurará hasta 2023.

Raj Patel, Director Senior de 3PL Global Industry Strategy en Blue Yonder, entrega otra mirada a nivel global, con un énfasis a lo que se produce en Estados Unidos. En ese país, se están produciendo “mayores tiempos de envío y precios: Antes de la pandemia desde Asia a EE.UU. (desde la fábrica al centro de distribución) un contenedor tardaba 22 a 30 días en llegar, alcanzando un costo de US$ 5.000 a US$ 7.000. Hoy, esa misma ruta y producto tardan 75 a 90 días a un valor de US$ 20.000 - US$ 22.000 por contenedor”. Asimismo, indica, se está dando una mayor escasez de mano de obra para los conductores de camiones / trabajadores de almacén, aumentos de precios de 3 a 4 veces por parte de los transportistas y una mayor demanda de importaciones asiáticas a EE. UU. vs Estados Unidos a Asia. Hoy, en el puerto de Los Ángeles, Estados Unidos, hay 79 naves portacontenedores esperando ser atendidas, en circunstancias que en una situación normal no debería haber ninguna nave esperando, indica una fuente de SAAM.

Todo esto lleva a que los minoristas supliquen a los consumidores que realicen pedidos para las festividades ahora ya, más aún, considerando el aumento de uno a dos meses en los plazos de entrega. A estas alturas, aunque estamos a comienzos de noviembre, ya es difícil garantizar 100% que el producto esté para el 24 de diciembre en los escaparates de las tiendas. “Han sido dos trimestres de interrupciones y todavía estamos lidiando con estos problemas”, agrega Raj Patel, “en el pasado, las cosas se volvían a equilibrar en unas semanas, pero la suma de brotes de Covid-19, escasez de trabajadores, escasez de contenedores y aumentos de precios, cierres de puertos, entre otros, hacen muy difícil el cumplimiento de los plazos”.