Los puntos de venta chilenos, en particular aquéllos con grandes superficies, muestran cifras en alza de los equipos para alimentos congelados. No obstante, dos de los principales competidores de esta categoría de alimentos son los productos refrigerados y frescos. En especial, los productos refrigerados listos para consumir tienden a tener mejor aceptación entre los consumidores, quienes los evalúan como superiores en calidad y conveniencia; en cuanto a precio, sin embargo, los congelados tienden a considerarse más económicos. Esto se debe, en parte, a las diferencias en preparación y presentación entre ambos. Por cierto, una vez abierto el envase, los productos congelados suelen verse de un modo muy distinto a la imagen de la fotografía que muestra una tentadora "sugerencia de preparación"
que poco tiene que ver con el contenido real del envase!
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El sistema de válvula aplicado en el film ofrece un sellado hermético que protege contra contaminantes y a la vez regula el proceso de cocción. La válvula se abre cuando el envase alcanza temperaturas predeterminadas, controlando la cantidad de vapor y presión dentro del envase. El producto se vende refrigerado. Avery Dennison. |
Los productos refrigerados, en cambio, pueden asemejarse más a la fotografía del envase (a veces transparente), pero su tiempo de duración es menor que el de los congelados.
Y para competir con la tendencia y crecimiento de comida fresca lista para consumir (refrigerada), aparecen cada vez más alimentos congelados ofreciendo comidas étnicas (como el wantan chino, listo para freír en casa).
Las tendencias en innovación de packaging para estas alternativas buscan soluciones que agreguen valor por medio de mayor conveniencia para el usuario: es decir, soluciones que permitan que los alimentos envasados pasen directamente del freezer o lugar de conservación al proceso de cocción o calentamiento. Esto es posible no sólo debido a las recetas que genera la ingeniería de alimentos, sino también gracias a la ingeniería de los empaques. La industria del packaging debe responder, entonces, por una parte, a exigencias de conservación y, por otra, con materiales y sistemas adecuados para resistir cambios de temperaturas extremos, todo para que el consumidor cuente con productos convenientes.
Un recorrido por las góndolas de productos alimenticios refrigerados y/o congelados da cuenta de que algunos materiales empleados para envasarlos presentan ciertas condiciones adversas a su presentación; resistencia a la humedad, manipulación, visibilidad, transparencia, e incluso para la seguridad del producto. Por ello, es esencial elegir el tipo de material adecuado, solicitando tablas de resistencia y comportamiento bajo condiciones de frío y temperaturas ambientales, como someterlos a ensayos reales, de modo de verificar que el material de empaque sugerido o determinado cumpla en todos los puntos de la cadena de formado, llenado y uso del envase.