Los almacenes desempeñan un papel fundamental a la hora de hacer coincidir la demanda de productos con la oferta en los diferentes niveles de la cadena de suministro. Ningún diseño y gestión de la cadena de suministro es adecuado sin decidir la ubicación, el diseño y la gestión de los almacenes.

Hoy en día, los almacenes funcionan no solo como centros de guarda de mercadería, sino también como centros de valor agregado. Los almacenes tienen operaciones de montaje, embalaje y reparación dentro de sus instalaciones. Los modelos de decisión de almacén son cruciales para la rentabilidad de una organización. La investigación existente muestra que comprender el diseño y los principios de gestión del almacén puede desempeñar un papel fundamental en la mejora de la eficiencia de las operaciones; reducir el burnout y la rotación de los empleados; y mejora de los niveles de servicio al cliente. El almacén, como elemento importante de una red de suministro, tiene un gran impacto en el tiempo de entrega. Una conexión crítica entre el tiempo de procesamiento de un pedido en el almacén y el tiempo de entrega es que cuanto más rápido se pueda recuperar un pedido, (1) antes estará disponible para su envío y (2) disminuye la probabilidad de cualquier posible retraso en el envío dentro de la red de distribución.

Como ya se sabe, en los últimos años ha existido un impacto significativo del uso de las TIC en la logística. En este sentido, una mayor automatización de la gestión del almacén facilita la colocación de productos y un mejor seguimiento de las operaciones, así como el control de inventario. Algunas de estas tecnologías permiten órdenes de compra automáticas y reducen los requisitos de cantidad de inventario intentando anticipar la demanda de manera más efectiva. Desde el punto de vista del cliente, los procesos automatizados e información en tiempo real pueden mejorar el servicio en términos de reducción del tiempo de compra, mayor variedad y ventanilla única. Otras mejoras asociadas son el ahorro de tiempo, menor gasto de personal, confiabilidad, precisión y reducción de errores, así como mejoras de productividad a través de la mecanización de actividades de almacenamiento intensivas en mano de obra. Además, el uso de tecnologías en los procesos logísticos influye positivamente en las relaciones con proveedores y clientes.

Hoy, con la palanca tecnológica de la llamada Industria 4.0, los nuevos sistemas de información y automatización (robotización) de almacenes pueden ayudar a aumentar la flexibilidad operativa y la eficiencia de los procesos y, asimismo, satisfacer las crecientes expectativas de los clientes y aumentar la calidad de servicio percibida.

Automatización inteligente

La automatización inteligente de almacenes se ha convertido en una solución eficaz y competitiva para proveedores y distribuidores. Permite servicios de almacén endto-end rentables con mejor control y ejecución, almacenamiento y recuperación más eficientes, errores reducidos y demoras mínimas. Como parte de la automatización inteligente de los almacenes, la mayoría de aquellos que trabajan en línea han cambiado sus operaciones de selección y embalaje de almacén de persona-a-mercancía a mercancía-a-persona; utilizan robótica y vehículos autónomos en un esfuerzo por acelerar las operaciones. Con una mayor efectividad y control habilitados por la automatización inteligente del almacén, se obtienen mejores servicios centrados en el cliente y puede servir como ventajas estratégicas. Uno de los mayores desafíos es la necesidad de responder con una latencia mínima.

Las principales ventajas de la automatización son el ahorro de espacio (se puede construir un almacén automático en un área más pequeña), el ahorro en los costos de mano de obra (se puede lograr una operación 24/7 de manera relativamente fácil y económica), disponibilidad (no siempre es fácil encontrar personal no calificado dispuesto a trabajar en el almacén) y ahorros en otros costos operativos, como calefacción e iluminación. Sin embargo, automatizar del todo implica incurrir en altos costos, requiere una escala considerable y una visión a largo plazo (las inversiones son elevadas y solo se pueden recuperar a mediano o largo plazo); dificultades en la realineación de los procesos internos para integrar la tecnología al sistema existente; un período de ajuste hasta que la tecnología esté en pleno funcionamiento, actualizaciones periódicas y coordinación con agentes externos: transportistas, proveedores, otros centros de distribución, clientes.

Así, que la decisión requiere no solo condiciones técnicas sino también sociales, que están fuertemente influenciadas por la confianza y el compromiso.

Finalmente, no podemos dejar de mencionar que la parte de picking del proceso sigue siendo difícil de automatizar y es posible que deba realizarse manualmente. Esta parte del proceso no suele ser el trabajo más interesante, especialmente si no se considera que una persona es una extensión de la solución de automatización. En definitiva, los almacenes manuales seguirán existiendo por el momento, a pesar de los nuevos desarrollos, incluso en economías con altos costos laborales.

La logística sigue siendo un negocio de personas y los almacenes bien administrados, con efectivas combinaciones de tecnología y personas, funcionan significativamente bien en las áreas de productividad, innovación de procesos, calidad y seguridad.