La pandemia ha generado comportamientos de la demanda inesperados, que se han luego traducido en falta de capacidad de naves, escasez de contenedores, congestión en puertos principales, cancelaciones de itinerarios de buques, reducción de espacios aéreos, alzas de tarifas de transporte, entre otros muchos problemas. Por si eso fuera poco, hemos visto extraños eventos como varios buques que han perdido un número importante de contenedores en alta mar en tormentas y la última semana un porta contenedores que quedó varado en la mitad del canal de Suez bloqueándolo.

Ante tanto problema y contingencia, cuesta mantener el foco en la estrategia. Por esto, a continuación, detallo tres pilares estratégicos que, a mi juicio, los Gerentes de Cadena de Abastecimiento no deben perder de vista para el nuevo escenario que se viene durante los próximos años.

La pandemia nos ha demostrado que muchas cadenas de abastecimiento eran febles. Dependían en algunos eslabones de proveedores únicos y estaban muy enfocadas en la reducción de costos. Quizá un ejemplo es la industria automotriz, la que se ha visto fuertemente impactada por la poca disponibilidad de microchips producidos por unas pocas fábricas. Según la consultora IHS Markit, durante la primera mitad de este año se dejarán de producir más de un millón de automóviles a nivel mundial.

De ahora en adelante, será muy relevante tener un mapa completo de la red de proveedores y tener evaluaciones permanentes de la salud de ellos. También será muy relevante reevaluar los proveedores de transporte y distribución, como las diferentes localizaciones del inventario. El pilar es entonces la resiliencia o la capacidad de responder antes contingencias.

2. Demanda

Estos últimos 12 meses la demanda ha sido difícil de predecir. Esto ha estado explicado por el comportamiento del virus y las acciones que han seguido los gobiernos para mitigar su propagación.

En este sentido, la calidad y oportunidad de la información ha sido muy relevante para tomar acciones a tiempo, que permitan responder a los cambios.

Quizá un tema que ha quedado olvidado, pero será relevante, es que los costos de atender a cada cliente han cambiado y, por lo tanto, se hace necesario una reevaluación de la rentabilidad de los clientes. Esto, sumado a la escasez de capacidad en las cadenas de abastecimiento, puede significar que muchos de los clientes hayan dejado de ser rentables. Esto tiene dos caminos posibles: un alza de precios o que simplemente se dejen de atender. Para aclarar este punto hagámonos la siguiente pregunta: ¿Con fletes para contenedores de 40 ft de importación de China cercanos a los USD 10.000, qué productos soportaran el alza de costos? Si estas tarifas se mantiene altas, es muy probable que muchos productos de importación ya no tengan mercado a los precios necesarios para cubrir costos.

Por años, el foco principal de los Gerentes de Cadena de Abastecimiento ha sido minimizar costos. Esta pandemia nos ha mostrado que ese foco excesivamente focalizado en costo dejaba a las empresas muy expuestas a contingencias. Hemos visto así muchos quiebres de stock. Vuelvo al ejemplo de los autos. En Chile casi la mitad de 2020 hubo quiebres de stock en muchas marcas, lo que ha empujado al alza los precios de los autos usados en casi un 40% en 12 meses, según datos del portal Chileautos. Así entonces, es esperable que durante los próximos años se reevalúe el trade off entre costo y nivel de servicio.

En este mismo sentido, muchas de las capacidades tecnológicas se han visto sobrepasadas por las nuevas necesidades de conectividad. Esto implicará un impulso en las inversiones en tecnologías de la mano con capacitaciones a los equipos operativos para explotar estas inversiones.

Estamos aún en una etapa de transición y es aún incierto cuando llegaremos a tingencia, será importante para el largo plazo no perder el foco estratégico en resiliencia, compresión de la demanda y la robustez de las operaciones.