Las turbulencias del último año, tanto políticas como sanitarias y económicas, han hecho que muchas veces olvidemos importantes planes de desarrollo, que se venían gestionando o que estaban planificados para llevarse a cabo. El 9 de noviembre, los Presidentes de Chile y Colombia se reunieron en Viña del Mar, en un encuentro de trabajo, donde dialogaron sobre temas bilaterales y coincidieron en la necesidad de profundizar la integración de la Alianza del Pacífico, confirmando una cumbre del bloque para diciembre de este año.

La Alianza del Pacifico está constituida por Perú, Colombia, México y Chile como estados miembros. La población total de todos estos países alcanza los 230 millones de habitantes, cifra comparable con la población de Brasil o de Rusia y Turquía juntos. Si este bloque fuera un país, sería la quinta nación con el mayor número de población mundial, superando a Paquistán y Brasil.

En tanto, en términos de territorio, suma 5,1 millones de km cuadrados, superando ampliamente el territorio de India, por ejemplo. En relación a uno de los factores más importantes: el económico, el tamaño de la economía conjunta de los países miembros de la Alianza del Pacífico, supera los USD 2,2 billones, lo que la convierte en una de las 10 economías más grandes del mundo, superando a países como Italia o Canadá. El bloque tiene un ingreso per cápita (PPP) de USD 19.000, según The Economist Intelligence Unit y, además, atrae a cerca de un 40% de la inversión extranjera directa que llega a América Latina.

La unión hace la fuerza

Una vez revisado los números, creo que es claro porque somos mucho más fuertes en conjunto que por separado. Desde sus inicios, América Latina se ha debilitado en eternas luchas de poder entre los países y, en algunas ocasiones, entre los mismos estados. Que coincidan todos los países de la Región puede ser un poco utópico, sin embargo, la Alianza del Pacífico la componemos solo cuatro naciones, con objetivos comunes y claros.

Por esta razón, este proyecto es tremenda mente atractivo, y espero que este acercamiento de Chile con Colombia, se transforme en la semilla de acuerdos mayores y que finalmente, logremos tener una ruta clara al desarrollo del bloque y de sus países miembros. Uno de los objetivos de la Alianza del Pacífico es que exista una libre circulación de bienes entre los países que la conforman, lo que significa para Chile que su mercado interno se multiplique por siete veces aproximadamente. La interrogante es ¿estamos actualmente explotando esta oportunidad?

Para analizarlo, tomaré como ejemplo al vino chileno. Las exportaciones de este producto a los países de la Alianza del Pacífico, significan USD 75 millones aproximadamente, según las cifras de Intelvid, un 4% del total de las exportaciones de vino y aproximadamente un 20% de las ventas en el mercado doméstico nacional (Ver gráfico).

Ahora, al comparar esta cifra con las exportaciones a Brasil, solo representan aproximadamente un 45% de lo que enviamos a ese país, con una población relativamente similar. Creo que, a la luz de estos antecedentes, al menos en lo que respecta al vino, tenemos aún un gran potencial por explotar.

¿Cuantas industrias más se pueden beneficiar de la profundización de este mercado?

Sin duda, muchas. No podemos dejar que este proyecto se estanque y todos los sectores del país deberíamos empujar e incentivar para que el acuerdo siga profundizándose.

Enfrentar el mundo en este nuevo ciclo post Covid-19 requerirá de nuevas formas de pensar y de enfrentar los desafíos. Quizás este bloque nos sirva para que, de una vez por todas, dejemos la retórica, las rencillas y construyamos juntos. Ese fue el espíritu de en la creación de la Alianza del Pacífico.