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ALMACENAMIENTO DE CARGAS PELIGROSAS
Un mercado que evoluciona positivamente

En el marco de una reunión virtual, organizada por Revista Negocios Globales y efectuada el 24 de septiembre, importantes ejecutivos y académicos, interactuaron sobre la situación actual y los desafíos del mercado de cargas peligrosas.

Las sustancias peligrosas son elementos químicos y compuestos que presentan algún riesgo para la salud, para la seguridad o el medio ambiente. Debido a la peligrosidad de estos componentes existe regulaciones a nivel de cada país e internacionales para su almacenamiento, manipulación y distribución.

En esta materia, Chile ha avanzado consistentemente y el 29 de marzo de 2016, se publicó en el Diario Oficial el D.S. 43 del Ministerio de Salud, que aprueba el Reglamento de Almacenamiento de Sustancias Peligrosas. Esta nueva regulación comenzó a ser exigible a partir del 26 de setiembre de 2016, fecha en que quedó derogado el antiguo D.S. 78 de 2009.

Esta nueva normativa implicó nuevas exigencias y cambios, tanto para los proveedores de este tipo de servicio como para las empresas que requerían almacenar estas sustancias. Para Juan Carlos Contreras, Jefe de Logística de Diteco, empresa dedicada por más de 10 años al servicio de la distribución, logística y almacenaje tanto de carga general como de productos químicos, ubicada en Coronel, VIII Región, el mercado de carga peligrosa en Chile comenzó a regularse con la implementación del D.S. 78, período en el cual las compañías tuvieron que adecuarse para cumplir con las exigencias que estipulaba esta normativa y se vio una mayor demanda por almacenaje externo. “Muchas empresas visualizaron su realidad y las necesidades que requería esta carga, entendiendo que la especialización era un factor clave, encontrando en proveedores externos una solución a su demanda, sin que tuvieran que hacer grandes inversiones en infraestructura y personal”, explica Contreras.

Concuerda con lo anterior, Tomás Izcue, Gerente Comercial del TW Logística, operador logístico multi industria con más de 22 años de experiencia en el manejo de sustancias peligrosas. “El D.S. 43 terminó de establecer las reglas que se necesitan para el almacenamiento de Suspel y está demostrado que nos ha hecho avanzar, sin embargo, aún falta por mejor, especialmente en el tema comunicacional, y cuando ello vaya evolucionando, seguirá aumentando la demanda, ya sea propia o tercerizada de bodegas especializadas”.

Carolina Núñez, Product Manager Revista Negocios Globales.
Marcelo Ortiz, Sub Editor Publicaciones EMB.
Marcela Contreras, Directora Editorial Publicaciones EMB.
Tomás Izcue, Gerente Comercial del TW Logística.
Juan Carlos Contreras, Jefe de Logística de Diteco.
Rodrigo Sobarzo, Docente Carrera Logística, Duoc UC Antonio Varas.
Gonzalo Barrera, Gerente de Negocios de IIMOLOG.
Gladys Castro, Periodista Revista Negocios Globales.
Patricio Vera, Subgerente de Prevención de Riesgos de Indura.

Otro factor a optimizar y haciendo alusión a los últimos incidentes graves ocurridos, Gonzalo Barrera, Gerente de Negocios de IMOLOG, operador logístico, especialista en la prestación de servicios logísticos para diversas áreas, entre las que destaca el rubro industrial, químico y de cargas peligrosas, asegura que “como proveedor es fundamental el cumplimiento de la normativa vigente, pero me preocupa la coordinación interna entre los entes fiscalizadores (Seremi, ISP, SAG, Ley medioambiental), ya que individualmente su labor está bien abordada pero existen diversas instancias, como en materia medioambiental, donde no se coordinan, creándose vacíos. A mi juicio esto no evoluciona a la par de la normativa y como actores activos en el rubro debemos hacernos cargo e incentivar a nuestros pares y a asociaciones como Asiquim”.

Lo primordial es que los diferentes entes fiscalizadores aúnen sus criterios en torno a las exigencias estipuladas. Así lo afirma Rodrigo Sobarzo, Docente Carrera Logística de Duoc UC Antonio Varas, quien se- ñala que “en el caso de la exposición por plasma en las bodegas de Obras Civiles y Tronaduras Explonun Ltda., había contradicción de versiones entre Bomberos y la Seremi Metropolitana, ya que el cuerpo de voluntarios indicaba que la empresa no tenía los permisos para la fabricación de plasma, mientras que el ente gubernamental decía que sí los tenía”.

Al mismo tiempo, el académico agrega que el “riesgo” sigue siendo el principal factor a tener en cuenta. El cumplimiento del D.S 43 ha salvado vidas, pero el riesgo está siempre presente, ya sea por error humano o por conjugación de diversas situaciones. “La explosión en la planta EHM de la empresa Orica -dedicada al suministro de explosivos para la minería- el 2016, donde murieron dos trabajadores, es un ejemplo de ello. Las instalaciones, que cumplían con la normativa, y contaban con las barreras físicas necesarias, evitaron que este pasara a mayores, sin embargo, el error humano fue fatal”.


El mercado

El número de operadores logísticos para carga peligrosa ha crecido con el correr de los años, existiendo diversas propuestas de calidad para satisfacer esta necesidad. A pesar de ello, sigue siendo un mercado acotado. “Cada vez hay más conciencia por parte de las empresas de la necesidad de regularizar su situación en torno a la normativa vigente, sin embargo, el costo de construir bodegas adecuadas o de arrendar, no deja de ser una preocupación para ellas”, sostiene Izcue.

Efectivamente el costo es una de las fuertes barreras que tiene este mercado, agrega Barrera. “Se requiere de una fuerte inversión inicial para el diseño y desarrollo de infraestructura, además de una serie de trámites y requerimientos para autorizar y acondicionar este tipo de bodegas. Hay distintas realidades y mucho por hacer en términos culturales”.

Coincide con lo anterior, el Jefe de Logística de Diteco, quien asegura que “algunas empresas por falta de conocimiento no ven el beneficio final, que es sacar el “riesgo” de sus instalaciones, y cuestionan mucho los números, pero un proveedor especializado es capaz de ofrecer asesoría y un óptimo servicio, permitiéndoles que se enfoquen en su core de negocios”.

Ahora, qué deben preguntarse las empresas antes de tercerizar el almacenaje de sus sustancias peligrosas. A juicio del Docente Carrera Logística de Duoc UC Antonio Varas, deben preguntarse ¿cuál es mi costo de asumir el riesgo de no hacer bien las cosas? ¿en cuánto valorizo tener gente capacitada para desempeñarse? Y si las respuestas son mayores en término de costos y seguridad para las personas les conviene claramente tercerizar.

En Indura, empresa con más de 70 años de experiencia en el desarrollo, producción y comercialización de gases y soldaduras, hoy parte del Grupo Air Products, multinacional norteamericana de gases industriales, saben bien lo que es lidiar con las exigencias del almacenamiento de mercancías peligrosas. Para Patricio Vera, Subgerente de Prevención de Riesgos de Indura, lo ideal sería no tener que almacenar este tipo de elementos, pero si el negocio así lo requiere, primero que todo se debe realizar un buen análisis de seguridad y riesgo de los procesos productivos.

“Lo recomendable es almacenar en las bodegas la cantidad mínima de carga necesaria para la producción de un par de semanas (en bodegas propias y externas), evaluar correctamente el período que estará almacenada y las condiciones que debe tener. Estos tres factores pueden disminuir considerablemente la posibilidad de accidentes”.


Las mayores exigencias

Además del alto costo en la inversión, las bodegas de sustancias peligrosas, deben sortear otras variables importantes en su diseño, así lo asegura el Gerente Comercial del TW Logística. “En general, estas instalaciones se desarrollan en contra de los principios básicos de la logística, en cuanto a su tamaño, ya que no pueden almacenar grandes volúmenes de productos debido a su peligrosidad, evitando que se puedan obtener grandes economías de escala”, asegura.

Además del número reducido de carga a almacenar, la incompatibilidad entre los productos, genera otra variable fundamental a considerar en el diseño de la estructura física de una bodega o centro.

“Existen distintas categorías y sub calificaciones dentro de las categorías. No puede almacenarse cualquier tipo de productos al lado de otro, solo por tener una bodega de sustancias peligrosas, ya sea de químicos o inflamables, ya que, por ejemplo, los líquidos y sólidos no se extinguen de la misma forma”, explica Izcue.

Otro punto esencial es la capacitación del personal que interactúa en las operaciones. “Es de vital importancia que los trabajadores tengan el conocimiento necesario de los productos que manipulan y sus efectos. Debemos aterrizar el conocimiento y la responsabilidad a la cadena base del servicio. Eso es complejo porque requiere de una especialización constante y permanente en el tiempo”, afirma Contreras.

Por otro lado, el medio ambiente y la comunidad también se han vuelto temáticas muy importantes para este mercado ante el riesgo de las sustancias químicas peligrosas. Afortunadamente, la mayoría de los proveedores consideran dentro de su estrategia practicas sustentables y el impulso de acciones comunicacionales con la comunidad. “En nuestro caso, por ejemplo, trabajamos muy de la mano con Bomberos de Coronel y San Pedro de la Paz en los entrenamientos de nuestra brigada de emergencias, además, realizamos casa abierta con alumnos de diferentes instituciones, y capacitamos a Carabineros en la fiscalización del D.S 298, que tiene por objetivo reglamentar y regular el transporte de cargas peligrosas por calles y caminos, así como los vehículos utilizados para esta tarea”, relata Contreras.


Buenas prácticas

Para sobrellevar de la mejor manera el almacenamiento y manipulación de mercancías peligrosas, los expertos coinciden en señalar que se debe establecer una cultura de manejo de productos peligrosos, que, aunque suene fácil, a juicio de Izcue, no lo es. “El logro de este objetivo no se materializa solo con impartir un par de capacitaciones, sino que implica un trabajo mucho mayor y constante a lo largo de los años. Asimismo, muchas veces se contrapone con la atención al cliente por ponerlo de alguna manera, ya que, por ejemplo, no podemos recibir un producto si no está rotulado, si no viene con su hoja de seguridad como corresponde o si está con una pequeña filtración. Acá no existe el ‘ok te lo recibo por un ratito’. Las claves para esta cultura son la capacitación y ser consecuente”, asegura el ejecutivo.

Lo mismo opina Barrera sobre el tema cultural, quien afirma que debe ser una decisión estratégica para la compañía, que no puede quedarse solo en el discurso, sino que tiene que ser vivido en la práctica, en la operación, con la gente y dónde y cuándo se originan los problemas. “Se debe generar una política de calidad a nivel de empresa y de comunidad, que se implemente en el día a día y que esté presente en todas las actividades para prevenir cualquier tipo de incidente”, explica.

Otra iniciativa que apoyará el manejo de este tipo de cargas, tiene relación con el Sistema Globalmente Armonizado de Clasificación y Etiquetado de Productos Químicos (GHS por sus siglas en inglés o SGA en español). La SGA es una propuesta a nivel mundial para promover criterios uniformes para la clasificación y etiquetado de los productos químicos que servirá para definir y comunicar los peligros físicos para la salud y para el medio ambiente que estos involucren, así como también las medidas de protección, en las etiquetas y fichas de datos de seguridad (FDS) de una manera lógica y comprensiva. El 26 de octubre de 2018, el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad de Chile aprobó la propuesta Reglamento de Clasificación, Etiquetado y Notificación de Sustancias y Mezclas Peligrosas, que busca estandarizar la clasificación de peligros y etiquetado de los productos quí- micos, poniendo a Chile en línea con las normas de Naciones Unidas y la OCDE.

Sobre este sistema, Vera señala que “al día de hoy, no existe una regulación en Chile que exhiba criterios de clasificación para productos químicos, por lo que la implementación de SGA en Chile para la clasificación y el etiquetado de productos químicos será un gran avance, que implicará una gran labor, que parte con la clasificación y homologación de las sustancias puras utilizadas, para identificar si clasifican como sustancias peligrosas o no, bajo los criterios del SGA; criterios que definen peligros a la salud, físicos y al medioambiente de los productos químicos”.

Al mismo tiempo, agrega el ejecutivo de Indura, sería una buena propuesta que se establecieran certificaciones para las personas que trabajan con estas sustancias. “Hemos avanzado por el camino correcto con el D.S. 43, pero es importante seguir mejorando e impulsando nuevas iniciativas, especialmente con Asociaciones como Asiquim para llegar de manera más rápida y expeditamente a las autoridades gubernamentales”, expone Vera. En esta línea, Contreras explica que es imprescindible contar con el apoyo de Asiquim en esta materia, y que actualmente la asociación está trabajando en una iniciativa que promueve entre sus miembros la implementación para 2022 de Responsible Care, sistema de gestión voluntario de la industria química internacional que promueve el compartir buenas prácticas”.

Finalmente, y a modo de conclusión, Sobarzo, reitera que el mejor accidente y de menor costo es aquel que no se produce, por lo siempre hay que ir más allá en la prevención.

En este mismo contexto, Izcue conluye que la educación es primordial en esta área, y que la adquisición de conocimientos para la correcta manipulación de estos productos y sus categorías debe ser esencial.

Octubre 2020
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