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ALMACENAMIENTO DE CARGAS PELIGROSAS
Altos niveles de control y cumplimiento de la normativa

Mejores estándares en seguridad para el almacenamiento de sustancias peligrosas significó la implementación del DS 43. El desafío para el cumplimiento de este en el mercado nacional no ha sido menor, pero las empresas han logrado adaptarse y cumplir con las nuevas regulaciones, optando por diferentes alternativas de almacenamiento, siendo el arriendo de bodegas y/o la tercerización de servicios, las más demandadas.

Hace más de cuatro años que se promulgó el nuevo DS 43 del Ministerio de Salud, que vino a reemplazar el DS 78 y que aprueba el Reglamento de Almacenamiento de Sustancias Peligrosas. Esta modernización y actualización del reglamento implicó una serie de nuevas exigencias para el almacenamiento de este tipo de carga, lo que, al mismo tiempo, significó la adaptación de muchas empresas para cumplir los nuevos requerimientos. Entre los cambios más relevantes, Rodrigo Sobarzo, Docente Carrera Logística, Duoc UC Antonio Varas, destaca que se incluyeron tres Normas Chilenas, la NCH 382/2013 sobre Sustancias Peligrosas, la NCH 2245/2015 sobre la Hoja de Datos de Seguridad y el cumplimiento de la NCH 2190, sobre el rotulado de sustancias peligrosas. Además, en el DS 43 se incorporó la aplicación a empresas mineras y relacionadas a las faenas de extracción respecto del almacenaje de líquidos y gases a granel o en bodegas y sólidos, en bodegas. También, se reguló el almacenamiento en contenedores o isotanques de sustancias peligrosas en recintos extra portuarios. “Y aparte del análisis de consecuencias contemplado en el DS 78, se incluyó la obligación de efectuar un análisis de riesgos, en el que se debe considerar aspectos críticos de las instalaciones de almacenamiento y probabilidades de accidente y del impacto de estos, en caso de ocurrir, y se definió claramente los niveles mínimos de sustancias peligrosas que requieren almacenamiento”.

Por supuesto que todas estas mejoras implicaron una serie de beneficios en el nivel de Chile en relación al almacenamiento de cargas peligrosas. Así lo asegura Jorge Aravena, Docente Unegocios FEN U Chile, quien explica que se aumentó considerablemente el estándar de seguridad en la manipulación operacional de las sustancias peligrosas. “Esto claramente va en beneficio, no solo de las personas que trabajan en estas operaciones, sino que también representa una mayor tranquilidad para la sociedad en su conjunto, dado que incidentes con este tipo de materiales, suelen escalar sus consecuencias. Por otro lado, este aumento del estándar también impone desafíos a las empresas para lograr el cumplimiento de la normativa, equilibrando los costos operacionales e inversiones requeridas para este efecto”, agrega.

Rodrigo Sobarzo, Duoc UC Antonio Varas.
Jorge Aravena, Unegocios FEN U Chile.
Luis Navarro, Duoc UC Antonio Varas.

En este contexto, muchas empresas han tenido que esforzarse para cumplir con la nueva normativa, que -aunque está vigente hace cuatro años- aún no todas logran este cometido. Para Luis Navarro, Docente Carrera Logística, Duoc UC Antonio Varas, muchas de las organizaciones han trabajado arduamente para lograr satisfacer las exigencias que impone la Autoridad Sanitaria. Sin embargo, este camino no ha sido fácil para algunas organizaciones, ya que existe un déficit no menor de técnicos y profesionales formados en estas materias que apoyen este proceso y, en segundo lugar y vinculado a lo anterior, los cambios, además, obligan a las empresas a invertir en consultorías y capacitación, como ya ha ocurrido con las actualizaciones a las normas 2245, 2190 y 382 vinculadas estrechamente al DS 43. “Todo esto requiere de inversiones que las empresas pequeñas y medianas les cuesta solventar. Por último, un crecimiento y expansión en los negocios, obliga a las organizaciones a buscar nuevos terrenos para el almacenamiento, los que no siempre están disponibles por temas de ordenamiento territorial y/o costos asociados”, afirma.

Otro desafío, a juicio de Aravena, tiene que ver con la internalización de la cultura de seguridad a la que obliga este nuevo cuerpo normativo, donde las empresas deben redoblar sus esfuerzos de capacitación y concientización de las exigencias para incorporarlas en sus procesos operacionales y en el comportamiento de las personas.


Comprar, construir o tercerizar

Dado lo planteado anteriormente, las empresas tienen estas tres opciones para el almacenamiento de sus sustancias peligrosas. Sobre las diferentes alternativas, el Docente Unegocios FEN U Chile, explica que “dada la alta especialización de las exigencias que deben cumplir las bodegas, también es muy elevada la inversión asociada, ya sea para la construcción o la compra y posterior adecuación de la infraestructura de almacenaje.

Luego si el manejo de las sustancias peligrosas es parte del ‘core’ del negocio de una compañía en el largo plazo y el tamaño de dicho negocio genera suficiente escala para amortizar y entregar una buena tasa de ocupación de los espacios, la compra o construcción es una alternativa a considerar. Si, por el contrario, el manejo de este tipo de elementos es un complemento al negocio principal y/o el tamaño no da la escala suficiente, claramente la alternativa más razonable es considerar un servicio variable, ya sea de arriendo o de operación completa”.

En línea con lo anterior, Sobarzo expone que la opción de tercerizar esta actividad se puede vislumbrar como una conveniente y real alternativa para muchas empresas. “El principal beneficio de esta modalidad es disponer de la instalación para su uso en forma casi inmediata, una vez logrado el acuerdo económico. Asimismo, la empresa no tiene que disponer de recursos para la generación de conocimientos detallados, ni dedicar personal y recursos al mantenimiento y gestión de las bodegas para el almacenamiento de las sustancias peligrosas, usando la experiencia y los conocimientos de la empresa tercerizada, que es especialista en el rubro”, asegura el académico.

Desde otro punto de vista, Aravena, agrega que otro de los beneficios de esta alternativa tiene que ver con la posibilidad de variabilizar los costos operacionales, disminuyendo así el riesgo financiero del negocio, al tener menores costos fijos invertidos. Por otro lado, dada la experiencia y especialización de los operadores logísticos de sustancias peligrosas, es posible dar cumplimiento a la normativa vigente sin tener que desarrollar todo desde cero, sino mas bien, accediendo a ese estándar a través de la compra del servicio”.


Una operación riesgosa

Las mercancías peligrosas abarcan un abanico muy amplio. Son nueve clases de sustancias peligrosas, las que están divididas en 1) Sustancias y objetos explosivos; 2) Gases comprimidos, licuados, disueltos a presión o criogénicos; 3) Líquidos inflamables; 4) Sólidos inflamables; 5) Sustancias comburentes; peróxidos orgánicos; 6) Sustancias venenosas (tóxicas) y sustancias infecciosas; 7) Sustancias radiactivas; 8) Sustancias corrosivas; y 9) Sustancias peligrosas varias. A pesar de que son nueve clasificaciones, no están todas contempladas en el DS, indica Sobarzo, las excepciones son controladas por otros organismos, normados en otros cuerpos legales, que incluyen desde bebidas alcohólicas con más de 24% de alcohol hasta sustancias corrosivas, inflamables, entre otras.

Por esta misma razón, otro factor muy importante a considerar al momento de implementar una bodega, ya asea propia o tercerizada, es tener claro que el manejo de sustancias peligrosas exige tener un control muy preciso del flujo de los productos dentro de la instalación. En este sentido, Aravena, señala que “el manejo de este tipo de sustancias exige altos niveles de control y cumplimiento de la normativa ya que, dada su naturaleza, su manipulación conlleva un cierto riesgo asociado, tanto por productos que son inflamables, como por aquellos que, al mezclarse o ser mal manipulados, pueden generar una reacción química con graves consecuencias para las personas y el medioambiente. De ahí la importancia a las restricciones de incompatibilidad en el almacenaje o la distribución, y las especificaciones de las hojas de seguridad de los productos”.

Para que este proceso sea exitoso, asegura Sobarzo, la trazabilidad del manejo de estas sustancias es imprescindible, dado que un manejo descuidado en este aspecto, puede ocasionar que algunas Suspel no sean tratadas en las condiciones adecuadas y puedan provocar un accidente con víctimas o daños al medioambiente. “A modo de ejemplo, puedo relatar un accidente con dos víctimas fatales en Antofagasta (17.01.2017), donde la manipulación de plasma, que en ese entonces no era tratado como explosivo, ocasionó daños, posterior a este incidente se incorporó como explosivo, y otro ejemplo catastrófico es lo sucedido en el Puerto de Beirut recientemente, lo que, por cierto, no es el primer accidente que ocurre en una instalación portuaria (Catástrofe de Tianjin)”, explica.


Tecnologías

Desde el punto de vista tecnológico, es importante que los sistemas con los que se maneje el almacenaje puedan identificar los distintos tipos de sustancias y puedan también incorporar en sus reglas de operación las restricciones de seguridad de cada uno de los tipos de productos, tanto en el almacenaje como en la operación. “Típicamente, los sistemas que controlan las operaciones al interior de los centros de distribución son los WMS (Warehouse Management System), los cuales tienen la capacidad de parametrizar las estrategias operativas de modo que se cumplan las restricciones que la norma provee. Asimismo, permite el control y la trazabilidad de los productos, especificándolos por lote de producción y ubicación específica dentro de la bodega”, indica el Docente Unegocios FEN U Chile.

Por otro lado, Navarro relata que “existen bodegas que están equipadas con sensores y/o detectores de gases que permiten asegurar los procesos, en caso de emisiones fugitivas que pongan en riesgo la salud de los trabajadores. Además, cuentan con equipos mecanizados para el transporte, como también, armarios y estanterías para almacenar sustancias corrosivas y software para el control de inventario, que permite movimientos más rápidos y seguros, evitando el contacto entre los operarios y las sustancias peligrosas. Y en algunos casos, la carga y descarga mecanizada de este tipo de producto con la ayuda de brazos robóticos contribuye a mecanizar procesos, ganando rapidez y seguridad”.

En resumen, la tecnología puede ser clave para la trazabilidad de las sustancias peligrosas en toda la cadena de suministros, desde el proveedor hasta el consumidor final y su posterior disposición como residuo. Dependiendo del costo y de la peligrosidad de la sustancia es la tecnología que se debe utilizar, asegura Sobarzo, pudiendo partir desde un có- digo de barras, pasando por tecnologías avanzadas en el control de incidentes, como ejemplo, ante un siniestro detectado por sensores, la inmediata inyección de nitrógeno presurizado, disminuyendo la concentración de oxígeno, hasta tecnologías de posicionamiento satelital.


Sustentabilidad y Eficiencia Energética

La normativa entrega una guía completa de la infraestructura necesaria para almacenar cada tipo de sustancia, haciendo indicaciones especificas para dimensiones, espacios, distancias y cargas máximas aceptables en el almacenaje de cada tipo de material. Del mismo modo, agrega Aravena, especifica las condiciones de diseño y el tipo de material con el que cada bodega debe ser construida, con el fin de asegurar la ventilación mínima, contener posibles derrames o focos de incendio, entre otras. “Además de dichos estándares, dado el avance del concepto de sustentabilidad, más allá del mínimo exigido, muchos centros de distribución consideran también alternativas de eficiencia energética (EE), tanto en la generación limpia de electricidad, como en el manejo de la temperatura o el control inteligente de la iluminación”, destaca el académico. Concuerda con lo anterior Navarro, quien explica que “la sustentabilidad se puede entender como una simbiosis entre lo económico, social y ambiental, y en ese sentido, la construcción sustentable de bodegas para el almacenamiento de sustancias peligrosas debe considerar estos tres elementos. Por tal motivo, la dimensión económica no debe poner en riesgo la integridad del ecosistema humano, social y natural”.

Por lo tanto, en esta línea, las bodegas de Suspel, deben incorporar el uso de contendores o envases que se puedan recuperar y rehusarse para el almacenamiento de las sustancias, generando la menor disposición de estos envases e impulsando la economía circular. Por otro lado, estas bodegas, una vez que dejen de estar operativas, deben ser sometidas a procesos de descontaminación, cobrando vital importancia la RSE de la organización y su responsabilidad con el entorno y la sociedad.

Septiembre 2020
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