Los envases y embalajes aportan a la cadena de valor del agro, siendo la industria alimentaria, a nivel mundial, la principal usuaria de packaging. Los envases y embalajes también ayudan a reducir la escasez de alimentación en países en desarrollo, en los cuales se pierde entre un 30% y un 50% de los alimentos sólo durante el transporte. Además, hay que considerar el porcentaje de pérdida por carencia de cadenas de frío adecuadas, particularmente por déficit de transporte y caminos apropiados como por falta de centros logísticos entre el campo y las áreas de venta.
Valor agregado tanto al producto como al servicio
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Los productos congelados requieren de maquinaria y procesos en línea con cadenas de frío hasta el punto de venta y destino final. |
El agro genera un sector cruzado, que incluye desde las materias primas hasta los equipos de almacenamiento, pasando por materiales de envases y embalajes, hasta soluciones logísticas y transporte aéreo, marítimo y terrestre. En este sentido, el packaging no sólo añade valor al cliente, sino también al productor. El valor agregado es entonces, tanto al producto como al servicio. Este último se asocia a los requerimientos logísticos sobre los envases y embalajes y tiene que ver con la optimización y ahorro de costos, la eficiencia en la distribución y transporte, el ahorro de materiales e incluso de energía. Actualmente, este factor incide fuertemente en el control de la huella de carbono en lo que a esta parte de la cadena se refiere. El valor de producto se asocia a la funcionalidad, facilidad de uso, mayor precio, volúmenes de venta y al "deseo" que provoca al consumidor y sus exigencias.
El uso de envases y embalajes en la industria del agro no sólo facilita, sino que también permite la cadena de manejo y distribución de los productos perecibles frescos y/o procesados para llegar desde la tierra, provenientes de alguna parte del mundo, a los lugares de consumo final de los
alimentos. Sin embargo, el uso de envases y embalajes en el agro juega un rol aún más protagónico, ya que previo a la cadena de distribución de los alimentos, facilitan el transporte de insumos tales como semillas, abonos, productos químicos, fertilizantes y alimentos para animales y peces, entre otros. Además, algunos materiales se emplean para contener almácigos, ampliando el rango de aplicaciones del packaging. Se genera así un interesante circuito logístico basado en productos distribuidos en envases y embalajes, tanto para el abastecimiento inicial, por una parte, como para un necesario manejo post-consumo adecuado de éstos, por otra. Todo esto, de manera previa a la cadena de distribución del producto a consumir.
Embalajes: Más allá de la protección
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Líneas de pesaje con multicabezales para porcionar contenidos para envasado de productos congelados. Fuente: www.ishida.com |
Junto con los medios de transporte y cadenas de frío, los envases primarios extienden la vida útil de los productos para que lleguen a destino o sean procesados en el menor tiempo y lo más frescos posible (sean éstos materia prima como semillas o productos destinados al consumidor final, como frutas o verduras). Los envases secundarios y embalajes buscan optimizar la cadena de manipulación, distribución y transporte, pudiendo tener un alto impacto en la reducción de la huella de carbono. Si bien la principal función de los embalajes es la protección física de los productos, hoy se busca el rediseño incluso de los productos en sí mismos (como ciertas variedades de tomates, por ejemplo) para que éstos sean más resistentes a los impactos físicos que sufren debido a la manipulación y/o transporte, reduciendo mermas por daños, machucones, deterioro visual, e incluso organoléptico. Estos impactos también pueden reducirse mejorando los vehículos de transporte, la calidad de los caminos y carreteras, y ajustando la maquinaria adecuadamente al manejo de los embalajes. Pero, un producto con mejor resistencia también puede determinar un packaging más ajustado al rol de conservación y protección del producto en sí mismo, reduciendo la cantidad de material empleado para absorber los impactos del transporte sobre los productos. Ello aporta a una cadena logística más eficiente en el agro, donde el factor transporte incide fuertemente en los costos del producto, sobre todo mientras más se alejan los campos de las zonas urbanas.
Por otra parte, comercialmente vemos que los productos del agro adquieren mayor valor al ofrecer al consumidor una vida útil más prolongada o nuevos formatos y presentaciones obtenidas por medio de nuevas tecnologías y sistemas de envasado (algunas de ellas realizadas como un proceso continuo, conservando sus propiedades intactas). Especialmente, si se trata de productos de exportación, tales como porciones individuales en comparación con cajas con productos a granel, es necesario considerar que algunos países tienen regulaciones que aplican a quienes producen, llenan, venden, o manipulan envases. En otras palabras, las empresas usuarias de envases (quienes producen
bienes envasados) o quienes colocan envases o bienes envasados en el mercado, están sometidas a regulaciones específicas, como la Packaging Essential Requirements Regulations (Reino Unido) y/o a obligaciones de responsabilidad sobre los desechos de envases y embalajes, como el Producer Responsibility Obligations (Packaging Waste), si su empresa maneja sobre ciertos volúmenes de materiales de envases por año, junto con una cifra determinada de facturación. Se indica, por ejemplo, no exceder los límites de concentraciones de ciertos metales pesados como plomo, cadmio y mercurio; usar el envase mínimo necesario; producir envases que puedan ser reutilizados, recuperados o reciclados; y guardar registros por cuatro años que comprueben que están cumpliendo las regulaciones, además de hacerse cargo de los desechos (1). Localmente, el CENEM, Centro de Envases y Embalajes de Chile, está trabajando sobre propuestas de ley referidas a la responsabilidad extendida al productor referente al manejo de los envases y embalajes.
