• Fuerza laboral: Los trabajadores son siempre un factor clave en nuestras operaciones, pero el escenario con este nuevo virus nos hace mirar con una perspectiva distinta. ¿Qué pasa si uno de los integrantes de un turno en mi bodega se enferma y tengo que dejar a todo el turno en cuarentena? ¿Cuántos colaboradores aptos para manejar las grúas de bodega, movimiento de contenedores u otro similar tengo en mi empresa? Un ejemplo: hace unos días un trabajador de uno de los terminales del puerto de Houston enfermó de Coronavirus y el terminal completo tuvo que cerrar.

¿Qué tan expuesta está mi empresa a una situación similar? ¿Qué acciones debo tomar para proteger a mi equipo y para evitar que se contagien entre sí? ¿Qué labores críticas tengo?

Sin duda que la problemática cambia; ya no se trata de, por ejemplo, una negociación colectiva o de seguridad laboral frente a accidentes, que eran los problemas que enfrentábamos hasta Febrero.

• Productos: Si los productos que vendo están comoditizados, tengo un riesgo mayor a que una disrupción en la cadena de abastecimiento hacia mis clientes termine generando que ellos me reemplacen. Por otro lado, mientras más fuerte es nuestra marca, estaremos más protegidos.

Analicemos el caso chileno de un exportador de vino, por ejemplo, el que está exportando este producto de bajo valor en Flexibags, donde problemas en los puertos o de espacios en los buques podrían poner en riesgo su participación de mercado y eventualmente que sus productos sean reemplazados por exportadores españoles o australianos que no tengan estas dificultades en los mismos tiempos. Lo inverso también es posible, donde exportadores chilenos puedan ganar cuota de mercado frente a sus competidores de otros países.

Pero también debemos ser capaces de reaccionar a variaciones grandes de demanda que no esperábamos. Por ejemplo, dudo que los productores de papel higiénico en Chile supieran en Diciembre que en Marzo iba a haber una explosión de demanda. Como si este producto fuera la solución de todos nuestros males. Algo similar hemos visto con mascarillas, alcohol gel, alimentos no perecibles, entre otros. Al final, creo que es el valor de la flexibilidad y capacidad de reacción lo que hará la diferencia entre competidores.

• Costos: Sin duda que el impacto financiero del Covid 19 será muy importante y quizá muchas empresas deban cerrar por caídas abruptas de la demanda, como por ejemplo la industria de las aerolíneas y hoteles. Por otro lado, los costos de la cadena de abastecimiento estarán bastante distorsionados este año, debido a la declaración de fuerza mayor por parte de muchas compañías o a la generación de recargos adicionales.

En el caso de los exportadores chilenos, por ejemplo, este último mes hemos visto muchos despachos de carga aérea a Oriente, para cumplir con los volúmenes de venta comprometidos, que no se pudieron ir vía marítima, producto de las cancelaciones de naves a oriente durante Febrero. Otros han decidido la utilización de bodegas extra portuarias para almacenar productos que deben ser exportados en las próximas semanas, anteponiéndose a posibles restricciones de transporte terrestre dentro del país.

Después de esta crisis, sin duda que habrá que evaluar si tenemos planes alternativos frente a disrupciones como esta, y de tenerlos, si funcionaron o deben ser actualizados. En Chile, sabemos que las disrupciones pueden venir no solo como una pandemia, sino que, como un terremoto, tsunami, huelga de aduana, de portuarios, transportistas, entre otros.