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Jorge Aravena, Unegocios FEN Universidad de Chile:
“Existe mucho apoyo tecnológico para mantener y asegurar la cadena de frío”

Una cadena de frío intacta garantiza al consumidor que el producto de consumo que recibe se ha mantenido dentro de un intervalo de temperaturas seguro durante la producción, el transporte, el almacenamiento y la venta, preservando así su calidad, propiedades y características. En esta entrevista se explican las exigencias y desafíos que implica la logística de este tipo de carga.
Jorge Aravena.

¿Qué se entiende por cargas refrigeradas y congeladas?
En general, este tipo de cargas son aquellas que necesitan mantener una cadena de frío a lo largo de todo su ciclo productivo y de abastecimiento. Las cargas congeladas son aquellas que necesitan mantenerse a muy bajas temperaturas para conservar sus propiedades, especialmente ante tiempos de traslado prolongados, lo que es muy común en la industria de alimentos congelados. Por otro lado, las cargas refrigeradas son aquellas que necesitan mantener una baja temperatura a lo largo de la cadena de abastecimiento, pero sin alcanzar el punto de congelación. Por ejemplo, las vacunas en el mundo farmacéutico, o la levadura fresca, en la industria panadera, requieren una cadena de frío entre los 2°C y los 7°C. Adicionalmente, podemos mencionar los productos con temperaturas controladas, que son aquellos que tienen un límite máximo de temperatura a la que deben ser expuestos.

Ejemplo de esto son ciertos productos cosméticos o farmacéuticos, cuyos estudios de estabilización indican que deben ser manejados bajo 25°C.

¿Cuál es la importancia de mantener la cadena de frío en los diferentes productos que la requieren?
La importancia de mantener la cadena de frío adecuada a cada producto radica en la conservación de las propiedades con las cuales fue producido. Así por ejemplo, en la industria farmacéutica, las vacunas que no se mantengan entre el rango de temperatura definido, pierden su efectividad al momento de ser utilizadas, impactando en la salud de las personas. Es por eso que se exige registrar la trazabilidad de temperaturas a lo largo de la cadena de abastecimiento de este tipo de productos.

¿Cuáles son los aspectos más críticos en la logística de este tipo de cargas? 
Dentro de la cadena logística, existen aspectos críticos a considerar, uno de ellos es la capacidad de generar y mantener condiciones de enfriamiento de la carga, tanto en bodegas como en medios de transportes, ya sean camiones o containers, en donde el rol principal está determinado por el equipamiento que la infraestructura y los vehículos tienen incorporados para disminuir y mantener la temperatura de los productos. En algunos casos de transporte, en los cuales no se puede contar con equipos de frío, cobra importancia el embalaje de los productos, puesto que mediante el aislamiento externo de la temperatura, adicionando algunos elementos como bolsas de frío o gel pack en el interior, pueden mantener su temperatura ante trayectos cortos de transporte.

¿Qué otros factores son fundamentales a considerar?
Tan importante como el generar y mantener las condiciones de temperatura requeridas por las distintas categorías de carga, es el mantener el registro de la temperatura y su trazabilidad a lo largo de toda la cadena. De este modo, es posible tener la seguridad de que esos productos no fueron expuestos a condiciones que degraden su calidad y sus propiedades de uso, sin nombrar que en la mayoría de las industrias, este es un requerimiento reglamentario.

Otro punto crítico a lo largo de la cadena es el traspaso de carga desde un actor a otro, por ejemplo, en la entrega de un transportista a un centro de distribución. En esta actividad es en donde los productos cambian de ambiente, pasando desde el interior de un camión al andén de recepción de una bodega, por ejemplo. Esta actividad de recepción, dados los controles que se requieren para el traspaso de responsabilidad de la carga, puede generar una sobre exposición del producto a condiciones inadecuadas, si no se cuenta con la infraestructura y los procedimientos correctos.

¿Existen regulaciones al respecto? ¿Cuáles son y qué organismos las dictan?
Las regulaciones existentes están ligadas principalmente a la industria a la que pertenecen los productos. Así, por ejemplo, en la industria alimenticia se pueden encontrar indicaciones para el manejo de este tipo de productos en el Decreto Supremo 977 “Reglamento Sanitario de los Alimentos”, dictado por el Ministerio de Salud.

De igual manera, el manejo de los productos farmacéuticos se encuentra regulado a través de la Norma Técnica Nº 147 “Buenas Prácticas de Almacenamiento y Distribución para Droguerías y Depósitos de Productos Farmacéuticos de Uso Humano”, en el cual se dan las indicaciones generales de buenas prácticas de la industria para este tipo de carga. Esto se complementa con las indicaciones técnicas de almacenamiento que cada producto presenta en el registro sanitario ante el Instituto de Salud Pública.

El caso de productos cosméticos es similar al de los farmacéuticos y se encuentra regulado por el Decreto Supremo 239 “Reglamento del Sistema Nacional de Control de Productos Cosméticos”, en el cual se determinan las condiciones sanitarias para su manejo. También acá, los requerimientos específicos de temperatura están determinados por los estudios de estabilización del producto y registrados en la ficha técnica del mismo.

En general, es la autoridad sanitaria quien determina las normas y quien fiscaliza su cumplimiento, en lo que a manejo de productos se refiere.

Igualmente, existen productos que no son de consumo humano, sino que son productos para el consumo agropecuario, como los productos veterinarios, que también deben cumplir con condiciones de temperatura, los que están regulados por el Servicio Agrícola y Ganadero.

¿Qué tecnologías apoyan este proceso?
Existe mucho apoyo tecnológico para mantener y asegurar la cadena de frío para los distintos productos que se almacenan y distribuyen. Así, por ejemplo, está todo el equipamiento de las instalaciones de frigoríficos, como son los túneles de enfriamiento y congelamiento, o los equipos para mantener temperaturas congeladas en bodega, en donde hay desde aire acondicionado industrial, hasta equipos que solo inyectan aire fresco, manteniendo la temperatura mediante la infraestructura aislante.

Para la trazabilidad de las temperaturas existe una gran variedad de sistemas y sensores que pueden instalarse para hacer un control y registro continuo de la temperatura, los cuales transmiten mediante una red de Wi-Fi la información a un software ubicado en el Cloud, que almacena y maneja los datos. Igualmente, en el transporte es posible incorporar sondas de temperatura conectadas con dispositivos GPS de los vehículos los cuales recogen esta información y la disponibilizan para su trazabilidad.

También hay soluciones más sencillas como los termógrafos portátiles, que registran las temperaturas durante un período de tiempo, por ejemplo, durante un viaje de distribución, para luego rescatar manualmente esos datos a un computador. Finalmente están los llamados “testigos” de temperatura, que son dispositivos que registran solo la mayor temperatura a la que estuvo expuesta una carga durante un período de tiempo. Esto si bien no entrega la traza completa, al menos permite saber si el producto tuvo alguna excursión del rango permitido.

Abril 2020
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