Pedro Valdivia Castillo.

¿Cómo ve la situación actual de los robos de carga en el país?
Los robos en el transporte de carga han sido una constante durante la última década y una gran preocupación para el sector, que quizás se ha visto minimizada como noticia después del estallido social. Sin embargo, el problema persiste debido a la especialización y organización de bandas delictuales, clasifi - cables como: "crimen organizado", con objetivos claros y que apuntan, principalmente, a robar productos tecnoló- gicos que provienen desde los puertos de Valparaíso y San Antonio a Santiago.

Tampoco se puede dejar de mencionar todo lo que le ocurre al transporte de carga en el área forestal, como consecuencia del confl icto no resuelto del Estado con el pueblo Mapuche.

Otra arista muy seria del problema, es la carga y el transporte de salmón de exportación desde Puerto Montt y la Isla de Chiloé hasta los puertos de la VIII Región. Esta actividad delictual está afectando enormemente a esta industria y a los proveedores de servicios de distribución.

¿Cuál es el modus operandi más habitual?
El más común incluye la intercepción violenta a los vehículos de carga en áreas sensibles del transporte, con la reducción y/o secuestro del conductor y el posterior traslado de la mercancía a una “zona de seguridad”, la que mantienen habilitada para su proceso de descarga. El secuestro del conductor, se efectúa, generalmente, para evitar el aviso a Carabineros o para que dé una alerta a través del sistema de monitoreo, que en muchas ocasiones es defi ciente y facilita la acción de los delincuentes.

¿Qué motiva el robo de mercancías?
La motivación es que son productos de muy fácil reducción, de alto valor y demanda, y su comercialización informal queda impune sin ningún tipo de fi scalización. A estas causas le sumaría la poca capacidad de investigación e, incluso, el poco interés del Ministerio Público por investigar a los culpables, además de las falencias del sistema judicial nacional en relación a las condenas, lo que no desincentiva el delito y menos logra rehabilitar a los transgresores.

¿Cuáles son las zonas más riesgosas?
Las autopistas, pero no en toda su extensión, sino en las proximidades o en los mismos accesos a salidas a caleteras o a caminos secundarios, cuyo diseño, lamentablemente, nada ayuda a la seguridad del transporte. También hay casos donde el delito se comete en las denominadas “zonas de descanso”, a través de procedimientos de seguimientos más largos por parte de las bandas delictuales.

¿Cómo afectan estos delitos a las empresas y a su competitividad?
Este delito afecta a una cadena de víctimas. Sin bien es cierto que todas las cargas están aseguradas, cada incidente representa un alza en las primas de los seguros. Esto se traduce en que el servicio de transporte eleve sus costos por los riesgos que ello implica, al igual que los conductores y peonetas.

También hay un daño a la imagen corporativa de las empresas, que no pueden cumplir con sus compromisos de entregas y terminan viendo sus productos vendidos o rentados en ferias libres o "mercados persas" informales.

El caso del transporte del salmón, por ejemplo, grafi ca bien este problema, ya que la empresa no solo pierde una determinada mercancía y el valor de ella, sino que además, no puede cumplir con sus contratos de exportación, perdiendo credibilidad, factor esencial en el mercado internacional.

¿Qué está haciendo el Estado para hacer frente a esta situación?
El Estado hace poco o nada, al califi car esta actividad como privada, obviando por completo que el transporte de carga se realiza por lugares públicos, donde la seguridad y las garantías para que se desarrolle con normalidad, son tareas que le competen al Gobierno.

¿Qué medidas preventivas existen?
En medidas preventivas, existe un gran número de ellas, principalmente las que se basan en el uso de las tecnologías. También están los servicios de escolta.

¿Cuál es la importancia de la asesoría en la implementación de TI?
Fundamental. Recomiendo a los empresarios transportistas buscar la asesoría de profesionales en el tema y no obrar en forma reactiva en la compra de productos que, finalmente, no son los más adecuados para sus operaciones o no saben cómo utilizarlos.

Hoy, si de prevención se trata, las cámaras de vigilancia con tecnología analítica y los sistemas de rastreo para monitorear los vehículos tanto en movimiento como detenidos, son las soluciones más  adecuadas. Estas pueden ayudar a desincentivar la acción delictual y detectarla, sin embargo, de todas formas, será necesaria la acción policial. Es en este punto donde el Estado y sus policías debieran tener una mayor injerencia.

¿Qué rol juegan los conductores y peonetas?
Uno muy importante y, lamentablemente, un alto porcentaje de conductores y peonetas tiene implicancia en los hechos delictuales con la entrega de información que facilita a los asaltantes la perpetración del robo. Incluso, la cadena se amplía aún más, llegando a las bodegas. Por ello, es clave la realización de minuciosas evaluaciones a la hora de contratar personal. Pareciera ser un oscuro panorama el planteado, pero toda acción tiene una reacción y cualquier acto delictual se debe enfrentar en forma profesional y preventiva y nunca reactiva, y con un claro objetivo de minimizar los riesgos y controlar las amenazas. De esa manera, sin duda alguna, se puede ligar una actividad segura con sistemas de seguridad eficientes, capaces de minimizar los riesgos.