Desde hace varias décadas, la labor profesional que llevan a cabo los Freight Forwarders (FFW) resulta de suma relevancia en la cadena logística. Esta actividad se ha extendido a contar de los años noventa, especializando su trabajo y abarcando otras ramas de industrias conexas, ya sea transporte, aduanas o grandes empresas, entre otras.

Para Leopoldo Santibáñez, Profesor en la Escuela de Ingeniería de Transporte PUCV, el crecimiento de este sector surge desde los clientes, quienes van exigiendo a los mercados mayores niveles de rendimientos, costos y eficiencia. “El país está alcanzando diversos mercados y la revolución digital va generando nuevos modos de comercio, exigiendo a estos actores operaciones más sofisticadas y mayor preparación en el desarrollo de ellas”, afirma.

En general, asegura Ana María Pérez, Docente en Unegocios FEN U Chile, la oferta de servicios de agentes para el movimiento de mercaderías, tanto en exportación como en importación, se ha concentrado en nuestro país en algunos actores, quienes compiten principalmente por tarifas según volúmenes de mercadería o sectores (origen-destino).

Estas empresas trabajan grandes y pequeños volúmenes y no ponen en duda el negocio por cantidad o tipo de productos, afirma José Urbano, Académico de la Facultad de Administración y Economía de la UTEM. “La facilidad que brindan es lo que las ha hecho crecer tan rápido, además, de su adaptabilidad a las necesidades del cliente”.

Otros de los factores que han potenciado su crecimiento, según Rubén Aguilar, Chief Commercial Officer de Agility, son la entrega de un servicio de excelencia, la flexibilidad y la atención personalizada, además de la incorporación de herramientas y plataformas tecnológicas innovadoras al servicio del cliente.

Pese a ello, para Rodrigo San Martín, Managing Director Argentina & Chile de Gori, el mercado de los FFW está aún muy dividido. “Por un lado, es un reflejo del mercado global que está muy fraccionado y, por otro, se debe a que muchos se especializan fuertemente en rutas o industrias específicas, lo que para los clientes significa que no puedan trabajar con uno solo, sin perder los beneficios de esa especialización”, acota.

Las diversas prácticas actuales del comercio (plataformas, redes, retail) van generando nuevos niveles de diversificación y servicios, complementando a otros operadores de manera eficiente y competitiva. “Muchos agentes de aduanas van integrando al FFW como un servicio adicional y rentable en todos los modos de transporte y se complementan con zonas de apoyo logístico, terminales de contenedores, zonas de segregación de cargas”, explica Santibáñez.

Es así como los servicios se han diversificado, y hoy cuentan con distintos tipos de operaciones según volúmenes transportados, características particulares del negocio, de los productos o servicios adicionales (trazabilidad, preparación de embarques), etc.

“Un factor importante para los mercados es la competitividad que se logra, principalmente, cuando estos actores de la cadena de suministro integran muy bien los procedimientos y la información de los diversos servicios logísticos que prestan a sus clientes en el proceso de importación o exportación de bienes”, indica Pérez.

La docente asegura que en el caso de FFW chilenos aún existen trabas que no permiten ubicar al país dentro de los 20 primeros en el ranking del Banco Mundial (en 2018, Chile se ubicaba en la posición 34). “Una de dichas trabas es la tecnología para integrar bases de datos que permitan contar con la información en línea.

Además, existe un escaso esfuerzo de los gobiernos por ser un apoyo real en la generación de oportunidades de negocios o de mejoras en los procesos”, agrega. Para San Martín, el desafío para los operadores nacionales pasa por un aspecto financiero y tiene que ver con capital de trabajo y riesgo de crédito. “Las operaciones de transporte son muy demandantes de recursos y deben ser pagadas en tiempos cortos a las navieras y compañías aéreas. El descalce de estos pagos con la cobranza es siempre un riesgo, en especial para una firma local”.

Entre las medidas que a la fecha se están implementando para el desarrollo de FFW, destacan la inversión en tecnologías (plataformas digitales como Tradelens-Maersk y FreightHub); y la mayor capacitación en desarrollos globales de la actividad, detalla Santibáñez.

“La principal brecha que existe es la profesionalización reconocida desde el estado o la formación de capital humano bajo las directrices que tiene FIATA (Fédération Internationale des Associations de Transitaires et Assimilés), organización cuya función es gestionar y coordinar el transporte internacional de mercancías. Incluso, en Europa hay paí- ses que exigen la licencia de FIATA para operar en este medio”, añade.

La decisión de externalizar procesos logísticos es una tendencia que viene desde hace años, comenta el Chief Commercial Officer de Agility, pero en lo concreto cada empresa debe analizar cuál es el aporte real al negocio. "Cada vez más hay una tendencia a externalizar los servicios logísticos. Las empresas están dejando la logística y comercio exterior en manos de proveedores especializados y con personal profesional, comprometido y experto en estos temas".

Complementando lo anterior, Santibá- ñez agrega que la participación de FFW debe estar sujeta a la naturaleza de los negocios y al tipo de empresa que lo requiera. “Hay compañías que compiten en uno o más segmentos de la cadena logística que cubre un FFW y son una amenaza importante en sus operaciones, por ejemplo, navieras o armadores”, afirma.

San Martín estima que aún existe espacio para mayor integración. “Todavía las firmas tienen mucho costo fijo es sus cadenas de abastecimiento que perfectamente pueden variabilizar con servicios de FFW”.

Muchas grandes empresas cuentan con departamentos de operaciones y por lo mismo son resistentes al cambio, señala Urbano. “La mayoría solo busca el conocimiento en el manejo de productos o medios de transporte poco frecuentes en su funcionamiento. En cambio, pequeñas empresas, muchas veces se ven en la necesidad de llegar a estas empresas por la cantidad de trabajadores o porque no cuentan con personas que conozcan en específico la operación para solo esta organización”, enumera.

Según señala Pérez, el valor agregado de los operadores logísticos en general es la trazabilidad de los envíos, y en el caso de los agentes es la transparencia en los gastos. “Contar oportunamente con el detalle de los gastos locales de cada operación, puede aportar con dar información oportuna de los costos involucrados en los procesos y tomar las medidas para ser cada vez más competitivos”.

San Martín agrega que la especialización por industria es una forma de entregar diferenciación de una manera muy atractiva para los clientes con requerimientos especiales. “Si a esto agregamos tecnología enfocada en estas industrias específicas, la oferta de servicio se hace aún más atractiva”, indica.

“Las tecnologías actuales juegan un rol fundamental sea por el uso de plataformas, redes, entre otras herramientas, que nos lleva a reducir sistemas y a la racionalización de costos”, añade Santibáñez.

Por otro lado, afirman los entrevistados, lo que requieren los clientes no es muy distinto de lo que se ve en otros mercados: calidad de servicio y precios competitivos. “Como usuarios, necesitamos sus conocimientos en productos y/o en distintos tipos de fletes. Trabajamos con diferentes compañías y en cada una de ellas buscamos la calidad, rapidez de servicio, disponibilidad y seguridad de la mercancía; si estos requisitos no se cumplen, pasamos a una siguiente opción”, enfatiza Urbano.

Si EE.UU. y China llegan finalmente a un acuerdo para terminar la guerra comercial, es probable que veamos un incremento de volúmenes y un año positivo para la industria, pronostica San Martín. “Desde el punto de vista local, el tipo de cambio sobre los $750 por dólar, sin duda le pondrá presión a la importación y beneficiará a los exportadores”. Dada la alta globalización de los mercados se esperar que el mercado de los FFW siga creciendo, por lo que tienen el gran desafío de incrementar tecnologías y sistemas que permitan dar un mejor soporte a las cadenas de suministros. “Se debe generar una real competitividad en los mercados de las industrias en las que participan los FFW en el comercio internacional, ya sea para la importación de materias primas o mercaderías, como para la exportación de nuestros productos a los diversos mercados internacionales”, señala Pérez.

En opinión de Urbano, estas empresas mantendrán flujos, a pesar de la contingencia actual en nuestro país. “Sin embargo, el crecimiento no pareciera ser tan prometedor como a principios de 2019 y 2018. Sin contar las pérdidas producidas en el último tiempo en el trayecto de la mercancía a su destino, lo cual podría afectar de tal manera la operación, que el cliente podría exigir respuesta económica de los freight forwarders y en el peor de los casos perderlo”, concluye.