Son pocos los vehículos sobre los que recaen tantas exigencias por parte de los usuarios, muchas de ellas, por cierto, difíciles de combinar. Es el caso de los furgones, a los que exigimos amplios espacios para carga pero, al mismo tiempo, un tamaño compacto para moverse ligeramente. Se espera que sea un vehículo de bajo consumo de combustible y que posea un diseño sencillo para facilitar su conducción, sin que lo anterior implique sacrificar aspectos como potencia, comodidad ni seguridad.

Además cumple con una tarea que escapa a los atributos y funcionalidades propias de su esencia, ya que la demanda de este tipo de vehículos es un gran indicador –incluso predictor- de la actividad económica de un país y sus niveles de consumo. A diciembre de 2019, según cifras de la Asociación Nacional Automotriz de Chile, ANAC, se vendieron 31.722 unidades de vehículos comerciales, lo que representa una variación negativa de un 14,9% respecto al año anterior.

En suma, la situación del mercado de furgones es una genuina fotografía de la situación económica de un país. “Es un segmento muy sensible al momento económico que se vive, ya que los principales compradores son empresas en todo su espectro y particulares que son emprendedores”, señala Fernando Maldonado, Gerente Comercial de Changan Chile, quien agrega que “este segmento no tiene una tendencia clara en su comportamiento en los últimos cinco años. Desde el punto de vista del volumen ha fluctuado desde las 10.000 unidades al año hasta superar las 18.000 en 2017 y 2018. Y desde la mirada del market share del segmento dentro del mercado ha variado en el rango de un 4% a un 5% de participación”.

“De esta forma, en épocas de bonanza prolifera el uso de furgones y en caso contrario, su consumo se reduce drásticamente y en un corto plazo”, señala Maldonado. Una opinión que también comparte Maximiliano Sfeir, Gerente Maxus de Andes Motor, quien indica que “los furgones han sabido destacar como una alternativa ideal para quienes buscaron emprender y contar con un modelo funcional y cómodo”.

Complementando lo anterior, Sfeir afirma que este tipo de vehículo reina en “los servicios de distribución y reparto, carga liviana y mediana, entre otros. Son ideales para entregar buenas respuestas en líneas de negocios que principalmente requieren traslado dentro de la urbe”. No por nada los furgones son los predilectos en las empresas de encomienda y los más eficientes en la ciudad. “Son vehículos que privilegian el cumplir la promesa de uso”, dice Maldonado. “Es decir, en el caso del transporte de bienes, es la maximización del espacio de carga medido en metros cúbicos así como la capacidad de carga, ya sea en kilos como en toneladas”, añade.

Changan M201.

Sfeir agrega que el furgón es también una atractiva solución para el transporte de pasajeros. También son una opción para el traslado compartido a fiestas o celebraciones, sin mencionar que su aplicación más tradicional ha sido siempre el transporte escolar. Lo ha anterior ha sido posible gracias a la incorporación en los furgones de aquellas comodidades que antes eran propias del automóvil.

“Los furgones cuentan con un nivel de equipamiento, seguridad, confortabilidad y estilo como si fuese un automóvil, pero con más espacio”, comenta.

Claro que, así como ocurre con la carga, la clave de este negocio descansa en la eficiencia del vehículo, en “la posibilidad de incorporar un número significativo de usuarios sin comprometer normas de seguridad”, sostiene Maldonado, quien celebra los actuales niveles de seguridad que ofrecen los furgones, “gracias a elementos adicionales en sistemas de frenado, airbags, asistentes de colisión u otros”. Sfeir complementa el comentario del ejecutivo de Changan: “Hoy los furgones tienen frenos ABS con EBD y carrocerías con deformación programada”.

Si algo positivo tiene la tecnología es que nunca es suficiente. Los nuevos modelos de furgones cuentan con “pantallas táctil con conexión USB y bluetooth”, y los hay incluso con “control de estabilidad, cámara y sensor de retroceso”, sistemas que contribuyen a una mejor experiencia de viaje, según precisa el Gerente Maxus de Andes Motor.

En otras palabras: el furgón dejó de ser una simple herramienta de trabajo o un bien de capital para las operaciones de una compañía que pretende transportar determinados bienes o movilizar a personal que presta servicios técnicos o de asesoría, personal que muchas veces pasa horas dentro del vehículo y precisa de comodidades.

“También es posible encontrar elementos tecnológicos para la administración de flotas, como por ejemplo el GPS”, señala Maldonado, quien destaca a esta herramienta de posicionamiento satelital como un imperativo para incrementar los niveles de rentabilidad de una empresa.

Sfeir declara que atrás quedaron los años en que un vehículo utilitario era solo un vehículo de carga desprovisto de innovaciones. Los furgones más modernos destacan por su equipamiento, entre los que se encuentran dispositivos como “radio con conexión MP3, alzavidrios eléctricos, aire acondicionado, doble airbag, frenos ABS con EBD y BAS, asiento del conductor ajustable en 8 posiciones, incluso conexión para cargador AC y DC”, agrega. En ese sentido, el mercado está, señala el ejecutivo de Maxus, “alineado a los requerimientos de la industria. Los usuarios y clientes buscan un balance entre seguridad, equipamiento y performance, y esto último está percibido en términos de calidad y confiabilidad del producto”.

Maxus EV80.

Todas estas aplicaciones descritas por Sfeir corresponden, por cierto, a los nuevos furgones eléctricos que ya están disponibles en nuestro mercado. La electromovilidad en tareas de carga será un fenómeno tendencial en un corto plazo, cree el ejecutivo.

“Dentro del line up de Maxus contamos con la EV80, un modelo que reúne todas las características de un buen furgón con diseño atractivo y moderno”, comenta el profesional.

Si bien la transición a la electromovilidad es inevitable conforme se instala una mayor conciencia medioambiental, más aún si consideramos la gravedad de la emergencia climática que vivimos a nivel global, lo cierto es que el ritmo de transformación no ha sido todo lo veloz que quisiéramos. “Los vehículos eléctricos son aún de muy alto costo como para que sean una opción de beneficio para quienes los adquieren”, según explica el Gerente Comercial de Changan Chile.

A este respecto, el crecimiento de este segmento de utilitarios deberá ir acompañado de políticas públicas.

“En mercados internacionales, la experiencia muestra que la incorporación de vehículos eléctricos a este segmento está directamente relacionada con incentivos gubernamentales para estos fines, como los impuestos menores o la exención de estos, o en su defecto la aplicación de normas estrictas relacionadas con el medioambiente”, destaca Maldonado.

Eléctrico o no, full equipado o más bien austero en sus prestaciones, más o menos grande, ya sea para carga o pasajeros, lo importante es que cada furgón se ajuste a las necesidades específicas de cada empresa.

“Quizás la mejor ‘recomendación’ que se le pueda dar al usuario es comunicar bien el uso que dará al vehículo, de esta forma será posible maximizar los beneficios que la amplia oferta de productos existente tiene para ofrecerle, ya sea el espacio, capacidad de carga, seguridad o relación precio–producto”, afirma Maldonado, opinión que coincide con la de Sfeir: “Es relevante considerar el uso que se le dará para poder optar por una óptima configuración. Asimismo, dado que los vehículos comerciales tienden a tener un uso intensivo, el servicio de postventa juega también un rol relevante, por lo cual hay que considerar su cobertura, periodicidad de las mantenciones y valores involucrados”.