El impulso de concesiones en los terminales chilenos, ha permitido una ola de inversiones privadas en puertos estatales, logrando de esta manera, el desarrollo de nuevas instalaciones y/o la modernización de las antiguas. Situación, que sin duda, ha apoyado el auge de diversas industrias, como la hortofrutícola, acuícola, de la madera y celulosa, y minera, así como las importaciones de bienes e hidrocarburos. También se han promovido las inversiones en materia de infraestructura vial, que junto al aumento del stock de camiones, ha posibilitado el incremento del transporte de carga.

Ambos factores permitieron aumentos importantes de la productividad, situando a Chile como el país más eficiente de América Latina en materia logística y portuaria, según el Índice de Desempeño Logístico (Logistics Performance Index, LPI) del Banco Mundial.

Sin embargo, el sector enfrenta hoy una competencia global que requiere urgentemente de modernizaciones inmediatas en materia marítima portuaria y logística, que permitan expandir y diversificar sus infraestructuras (de puertos y transportes), así como erradicar situaciones de saturación y congestión en los corredores logísticos.

Al mismo tiempo es necesario impulsar el desarrollo de nuevos clústeres de empresas proveedoras de bienes y servicios tecnológicos para este sector; aplicar normas internacionales que contribuyan a la sustentabilidad ambiental de los puertos; avanzar hacia una logística de clase mundial con un equilibrio más adecuado entre los distintos modos de transporte; promover la productividad limpia; alcanzar estándares de países desarrollados en materia de seguridad en las operaciones logísticas en puertos; impulsar la certificación, capacitación y formación de capital humano logístico/portuario avanzado; promover el aprendizaje en comercio exterior y logística internacional; incitar a que la investigación científica y tecnológica, incluya temas como la modelación, optimización de redes logísticas, lo que supone estimular la colaboración entre universidades, institutos profesionales y empresas; y que el sector público asegure una integración estratégica y preponderante en el desarrollo económico del país.

Para que los puertos de Chile y su logística alcancen los estándares descritos, es necesaria una visión integral del proceso, dado que la productividad y las decisiones estratégicas de los agentes económicos de este sector son interdependientes.

Al respecto, se observan dos tipos de desafíos a superar. El primero, requiere de la expansión e integración intermodal de la infraestructura y los servicios de transporte. En el segundo, se deben superar los problemas de coordinación entre los sectores público y privado, a nivel nacional y en cada puerto, y sus corredores logísticos.

Finalmente, Chile requiere estrechar su integración con los países vecinos, a partir de la fortaleza de su proyección al Pacífico, para lo que es fundamental contar con puertos y una logística de elevada calidad y competitividad.

Esto fortalecerá el comercio internacional y favorecerá la integración territorial y la conectividad para el transporte de pasajeros, aumentando el comercio internacional y la calidad de vida de las personas.