Un vehículo de carga tiene una gran cantidad de aspectos a revisar más allá de la capacidad de carga, de su peso o tara y del rendimiento de combustible que pueda entregar. Si bien estos factores son los principales a evaluar al momento de calcular la eficiencia de un vehículo, existe, además, una serie de características técnicas que se deben revisar, y que van a afectar en otros aspectos la operación logística y la eficiencia del vehículo.

Las empresas fabricantes de vehículos han estado trabajando en una serie de innovaciones técnicas que mejoran los principales indicadores de estos. Por ejemplo, no es extraño el uso de túneles de viento para la revisión de la aerodinámica del vehículo de carga, lo cual antiguamente imaginábamos que solo era utilizando en vehículos de competición o directamente en la Fórmula 1.

Hasta hace un tiempo podíamos encontrar diferencias de entre un 3% y un 4% de en el consumo de combustible para distancias de 1.000 kilómetros en velocidad crucero a favor de un vehículo con trompa con respecto a un vehículo frontal. Al día de hoy ha disminuido debido al trabajo de los fabricantes en los túneles de viento, además de comprobar la funcionalidad de los vehículos en distintas condiciones climáticas, incluyendo bajas o altas temperaturas, viento extremo, entre otras. La aerodinámica del vehículo es un aspecto a tener muy en cuenta, especialmente en cuanto al tipo de servicio y a la zona en que se trasladará, de manera de que este se adapte de la mejor manera posible a esas condiciones.

En el caso de los vehículos utilitarios medianos de hasta 3.000 kilos, algunos fabricantes ya están ofreciendo opciones “All-Wheel Drive” o “Four-wheel Drive” para 2020, lo que les permitirá prestar servicios de distribución en zonas rurales o de condiciones de terreno mixtas. También puede mejorar mucho su condición de servicio en industrias como la minería o de “Oil&Gas”. Para estos nuevos vehículos, no solo se están proponiendo y disponibilizando estas nuevas alternativas de tracción, sino que también vendrán equipados con nuevos motores, más pequeños pero con opciones de turbo alimentación, que incrementará la potencia, pero con un menor consumo de combustible equivalente.

Cómo mencionábamos anteriormente, los aspectos mecánicos o de diseño son muy importantes para la definición de qué vehículo será mejor para nuestra operación; sin embargo, existen otros datos que son críticos para su eficiencia. Datos logísticos, como los tiempos de carga y descarga, los tiempos de tránsito en diferentes condiciones, la capacidad de manejar el inventario en el vehículo y establecer secuencias de descarga que colaboren con la eficiencia.

Estos factores deben ser revisados al momento de diseñar la operación y seleccionar el vehículo de transporte. Al día de hoy existe en Chile una buena cantidad de fabricantes de plataformas o carrocerías de carga para vehículos de diferente tipo, especialmente dise- ñados para la distribución urbana.

Es crítico que las empresas de transporte puedan trabajar en conjunto con los fabricantes de carrocerías y con los mandantes o distribuidores, en cuanto a las capacidades de los vehículos, pero principalmente en cuanto a cómo se realizará el proceso de carga/descarga. Conocemos que para la carga se realizan inversiones muy fuertes en los Centros de Distribución, de manera de acelerar este proceso, lo que colabora con la eficiencia en esta etapa.

Sin embargo, cada vez se están colocando mayores restricciones en lo que tiene que ver con la circulación de vehículos por zonas urbanas, tales como prohibición de estacionar en ciertos lugares para descargas, y ventanas horarias y tiempos limitados para realizar esta labor.

Cuando evaluamos estos puntos, visualizamos que la industria está yendo más hacia la “fuerza bruta”, es decir, colocar simplemente mayor cantidad de personal en el vehículo como una manera de bajar los tiempos de descarga. Sin embargo, esta opción no solo representa un mayor costo, sino que no necesariamente reduce este tiempo.

La inversión en sistemas de transporte que faciliten y aceleren los tiempos de descarga es algo que se debe trabajar, incluso a través del fomento por parte de políticas públicas que apoyen estos procesos de investigación y desarrollo. La utilización de plataformas de carga y descarga incorporadas en el vehículo han demostrado colaborar mucho con la eficiencia de este proceso. Sin embargo, son insuficientes considerando los desafíos de mayor cantidad de productos a distribuir y tamaños menores, sobre todo en las industrias de retail en las que el e-commerce se está masificando.

La carrocería debe permitir ordenar los productos o paquetes a entregar de manera que sean de fácil acceso para el ayudante, especialmente si debe identificar características especiales del producto, como diferenciar por color o tamaño, entre otros. De esta misma manera, ordenar los productos según la secuencia de descarga colaborará fuertemente con la velocidad del proceso de descarga.

Es habitual que se utilicen equipamientos auxiliares al proceso de descarga sobre los vehículos, como traspaletas o carros manuales, de diferentes capacidades. Estos equipamientos pueden colaborar con acelerar los tiempos de descarga, pero también es muy importante que tengan su propio lugar de transporte dentro del vehículo.

Las condiciones de seguridad en la circulación del vehículo cuando estos equipamientos van sueltos, se ven condicionadas fuertemente, especialmente en lo que tiene que ver con la misma carga, ya que, al moverse, estos elementos dentro de la plataforma de carga pueden generar daños fuertes.

Por otro lado, las unidades de transporte, especialmente en cuanto a las unidades de descarga, deben considerar las capacidades reales de movilizar estos productos con los equipamientos de soporte. Especialmente en el caso de las plataformas de carga y descarga, en la que muchas veces tenemos la capacidad de descargar dos pallets al mismo tiempo. Pero, por condiciones de peso o volumen nos vemos restringidos a descargar solo un pallet por vez.

Como conclusión, podemos observar que no es suficiente con revisar las características principales del vehículo al momento de seleccionarlo, sino que además debemos prestar atención a aquellos aspectos que afectarán a la eficiencia en un segundo o tercer plano.