Sin lugar a dudas, la minería juega un rol fundamental en el total de las exportaciones de Chile, con un poco más del 50% en valor. Pero hay otras industrias, que también tienen un papel relevante en la matriz exportadora y donde además, nuestro país posee un nivel distinguido en el mundo.

Una de ellas es la del vino, que tiene exportaciones anuales de más de USD 2 mil millones y cercanas a mil millones de litros, lo que convierte a Chile en el 4to exportador a nivel mundial, solo superado por Italia, Francia y España. Siendo además, el número uno del nuevo mundo. Dada la ubicación geográfica de nuestro país, la Logística en las exportaciones de vino juega un rol clave. Los principales mercados de este producto son China, Estados Unidos y Japón, ubicados a grandes distancias y con países competidores con mayor cercanía geográfica. Es por esto que para competir debemos ser muy eficientes. En este escenario la calidad, capacidad y eficiencia de las operaciones de nuestros puertos, aeropuertos y cruces carreteros son fundamentales, así como la conectividad de ellos.

En la industria Logística, Chile lidera América Latina, siendo el número uno en la Región, según el Logistics Performance Index (LPI) del Banco Mundial. Pero, no debemos olvidar que nuestra competencia es global, por lo que el desafío ahora es seguir avanzando. Por ejemplo, en el LPI estamos en el lugar 34 a nivel mundial con un puntaje que esta 15% abajo del país que está en el décimo lugar que es Finlandia.

En países como Finlandia, las exportaciones representan más del 40% de su PGB, lo que refuerza aún más la importancia de la industria exportadora en países relativamente pequeños y nos muestra el espacio de crecimiento que debemos alcanzar.

Por una cadena logística coordinada

Todo el avance exportador del país y su aporte al desarrollo se complica y retrasa con cada conflicto sindical que desemboca en paros portuarios, paros de aduanas o bloqueo de carreteras. Estos eventos generan disrupción, potenciales no cumplimientos de promesas de entrega, potenciales daños a la mercadería y finalmente pérdida de confianza de los clientes en destino.

Independientemente de lo justificadas que puedan ser las demandas laborales de los sindicatos involucrados, las externalidades generadas a todo el país son enormes.

El último paro portuario que afectó a Valparaí- so, que se extendió por alrededor de un mes, solo para el Terminal Pacifico Sur generó pérdidas por más de USD 2 millones, según la empresa.

Para entender los órdenes de magnitud, se debe entender que por ejemplo en Diciembre de 2017, según estadísticas aduaneras, por Valparaíso salieron mercaderías que superaron los USD 1.000 millones en valor FOB. Lo que significa que las posibles pérdidas de venta por problemas de bloqueo del puerto durante Diciembre pasado tienen potencialmente costos altísimos.

A mi juicio, a Chile le va a costar mucho dar el salto en el desarrollo mientras todos los actores de la industria exportadora no entiendan que competimos como país por una cadena logística coordinada.

Finalmente quien pone los recursos a esta cadena es el cliente final en destino, y si no le cumplimos, preferirá comprar a otros países. En ese caso, perdemos todos, empresas, trabajadores y Estado. Por ejemplo, al consumidor de China no le cuesta nada reemplazar el vino chileno por el australiano. China tiene un tratado de libre comercio con ese país, el vino australiano ha trabajado bien su marca país y los precios son competitivos para el cliente final, ya que los tránsitos son más cortos, lo que reduce los gastos logísticos. Es por ello que como país debemos potenciar nuestros productos y trabajar mancomunadamente para el crecimiento de las exportaciones.