Los cambios disruptivos que sufrieron los procesos logísticos en los últimos 10 años son similares a la revolución industrial de 1760. Hace 10 años no nos hubiésemos imaginado que íbamos a encontrarnos con procesos completamente robotizables, o con el uso de la Inteligencia Artificial (IA) para predecir la demanda, o la trazabilidad de transacciones completamente seguras con tecnologías como el blockchain.

Si tuvieses que analizar tu proceso logístico, ¿te encuentras más cerca de una locomotora a vapor o de un auto manejado sin conductor? ¿Sabías que hay empresas especializadas en co-innovar con sus clientes para ayudarlos a optimizar sus servicios logísticos?

Varias compañías ya están empezando a utilizar blockchain en su cadena logística. Este concepto se refiere a una base de datos distribuida y encriptada que contiene registros de datos y eventos, organizada de una forma que impide su alteración. Se puede añadir información o consultar, pero no se puede modificar o eliminar. Lo anterior permite mantener los antecedentes originales y realizar el seguimiento de estos y las transacciones realizadas.

El uso de blockchain posibilita solucionar problemas típicos de una cadena de suministro. Permite rastrear de forma transparente todos los tipos de transacciones y crear un historial del producto desde su producción hasta la entrega al consumidor final. También, puede ser utilizado para registro de documentos, acuerdos, contratos y pagos realizados.

Al disponer de una fuente única de información accesible a todos los actores de la cadena, se reducen las disputas entre las partes de la cadena logística y, por ende, los plazos de entrega y de pago por los servicios prestados.

Aparte de la transparencia entregada en todo proceso logístico, blockchain facilita la escalabilidad de la operación de manera ordenada, sin perjudicar la trazabilidad y la seguridad de la información. Incluso, si se considera una cantidad infinita de actores en la operación.

Otra tecnología que está siendo implementada más comúnmente es el uso de aplicaciones móviles en los procesos logísticos, ya que con ellas se puede optimizar y explotar aún más la cadena logística. A través del desarrollo de aplicaciones móviles, los transportistas pueden conectarse con sus “clientes”, para lograr una comunicación más fluida, evitando tiempos muertos y aumentando la productividad. Ya no es necesario que este se acerque a rendir cada uno de sus viajes con la empresa que lo contrata: al estar conectados a través de GPS y APP es posible conocer en línea el recorrido que realizó, el detalle de la mercadería que tomó en el origen y lo que despachó en el destino. De esta forma, el proceso se vuelve 100% transparente, más productivo y generando un ahorro de tiempo administrativo significativo.

Otras de las grandes herramientas que son de gran aporte al área de logística, es la utilización de tecnología como Internet de las Cosas, más conocido como Internet of Things (IoT). Para aquellos que no están familiarizados con este concepto, sería algo así como la capacidad de todo tipo de objetos o dispositivos para obtener información de su entorno y comunicarse entre sí.

Hace algunos años ya comenzaron a aparecer artículos del hogar inteligente (smart home); sumado a esto, y con la ayuda de la tecnología y el foco en la reducción de costos, IoT tomará aún más un protagonismo relevante. Según un estudio de Cisco en 2015, 1.500 millones de aparatos estaban conectados a Internet. Para 2020, su previsión es que esta cifra alcance los 5.000 millones.

En este contexto, la logística integral será uno de los sectores con mayores beneficios al capitalizar la gran ventaja de poder gestionar los almacenes, el transporte y la distribución. Se estima que el 25% del valor que genere IoT estará vinculado al transporte y la logística. En algunos casos, son mejoras sobre procesos que ya eran posibles, pero que se harán más rápidos, más eficientes y se aplicarán en más situaciones.

El almacén es uno de los sectores que más podría beneficiarse. Las estanterías equipadas con sensores de peso y dimensiones pueden avisar si el pallet que se acaba de colocar en una ubicación no corresponde al que, teóricamente, debía ocupar. O si la colocación por parte del operario no ha sido correcta y ha de moverse en alguna dirección, o si corre peligro de caída.

A su vez, un almacén puede tener previsto los lugares de ubicación de los pallets que va a recibir, según diferentes parámetros; por ejemplo, los camiones que vayan a llegar, la franja horaria de recepción, el tipo de mercancía, su volumen y su peso.

Si a IoT lo hacemos conversar con las tecnologías antes detalladas, como es el GPS, lograremos tener una flota circulando por nuestras calles, donde además de poder determinar la ubicación actual, materiales entregados y tiempo exacto, podremos determinar si la temperatura actual en la que se encuentra el camión podría afectar el producto que se está trasladando; ayudando de esta forma con el envío de alguna alerta o cambiando el camino de traslado para salvar la mercadería.

También pueden aplicarse como medidas de seguridad, anunciando la apertura indebida de puertas o contenedores o el desvío de un vehículo de su ruta preestablecida. La posibilidad de tener todos estos datos en tiempo real mejora la trazabilidad y la visibilidad que las empresas, cada vez más, exigen tener sobre sus mercancías.

En resumen, IoT es una gran oportunidad para aumentar el valor que se les ofrece a los clientes, ya que constituye un gran salto hacia un nivel de mejora cualitativa. En definitiva, las compañías logísticas tienen que esforzarse por dar un mejor servicio y el Internet de las Cosas es una forma muy sencilla de empezar a hacerlo.

Todas y cada una de las nuevas tecnologías pueden convivir entre sí. Explorar y explotar cada una de las bondades que ellas nos brindan harán, sin duda, que la transformación de los procesos logísticos sea total. Desde el proceso de transporte de un punto A a un punto B, hasta el proceso de recepción y el proceso de almacenamiento podrían automatizarse al 100%, aumentando la transparencia y la productividad de los procesos.

La población mundial aumentará de 7.4 mil millones a 10.6 mil millones para 2050, el volumen de bienes enviados se cuadruplicará. ¿Estás listo para este gran desafío?