En los últimos 10 años, las tarifas entre Asia y Chile han sufrido variaciones importantes, principalmente porque hubo un aumento del tonelaje y del volumen de la oferta que no tuvo relación con la demanda.

Lo anterior se debe a que servicios que estaban entrando a la costa este de Sudamérica estaban muy deprimidos por crisis en Argentina y Brasil, y a que el servicio de Asia a Europa y de Asia a EE.UU. no se incrementó en la misma relación de cómo se incrementaron los tamaños de los barcos, impulsando a muchas compañías a poner más barcos en la costa oeste, lo que incrementó el volumen de la oferta, mientras que la demanda se mantenía exactamente igual.

Esta situación hace que las tarifas fluctuaran con escenarios de US$200 por un contenedor de China a Valparaíso (el monto más bajo). Hoy en día, estas se han ido estabilizando y están en el rango de los US$1.600 a US$1.700, considerando que el precio normal es de US$1.500.

Un servicio marítimo de China a nuestras costas considera el viaje de ida y de vuelta. Entonces, si las cargas exportadas desde Chile no se incrementan, el precio de un traslado China-Chile debe sustentar todo el servicio (impuestos, combustible, tasas de puertos, etc.).

¿Cómo la industria ha ido afrontando esta situación? Las grandes compañías navieras han debido formar consorcios entre ellas, unificándose para poder hacer los viajes y realizar sus servicios de manera regular, y con eso han logrado darle mayor transparencia al negocio.

No obstante, otra problemática es que las industrias navieras y de embarcadores están muy atrasadas en términos de tecnología; el trabajo que realizan es casi de un 80% análogo y 20% digital. Por lo tanto, existen actores en el mercado que están buscando romper esta situación, desarrollando tecnología que permita una mayor trazabilidad y mayor transparencia a los clientes para que puedan visualizar las tarifas en línea, los servicios disponibles, los tiempos de tránsito y los recargos que tienen para que ellos puedan tomar la mejor decisión de una manera informada.

La Logística siempre ha tenido un sinfín de imponderables para quienes necesitan importar.

La cadena desde el vendedor al comprador, requiere un mínimo de seis interlocutores y, a la postre, la posibilidad que surjan problemas durante alguno de los eslabones es alta.

Las cifras hablan por sí solas e indican el alza de estos servicios. Según el estudio Comuser Foodservice 2016 (elaborado por Euromonitor Internacional), en 2010 las transacciones de este tipo llegaban a 30.862, y en 2015 la cifra aumentó a 40.064, lo que significa un alza del 29,8% en cinco años, mientras que para 2020 el estudio proyecta 45.916 transacciones.

Esta innovación se puede observar en Chile, en pequeñas empresas que ofrecen servicios de “envíos convenientes” y que conectan a personas que necesitan obtener o enviar un paquete o documentos de forma rápida y sencilla, sin recurrir a los servicios de mensajería tradicionales, los que suelen tardar más tiempo, con trámites tediosos y pagando un valor alto. Estas plataformas funcionan por medio de aplicaciones y permiten incluso hacer envíos al extranjero.