Rodolfo Torres-Rabello.

En el año 2004 el grupo AMR Research propuso una solución más sencilla, pero práctica: identificó empresas que se destacaban en ciertos indicadores, suponiendo que su éxito se debía a que habían logrado configurar una SC de excelencia en torno a ellas. Seis años más tarde el grupo Gartner adquirió AMR Research y continuó publicando año tras año el ranking de SCM. El ranking de 2018 fue recientemente publicado (ver recuadro 1) y lo encabeza Unilever, seguido de Inditex (el grupo español al que pertenece Zara) y Cisco Systems (empresa de Silicon Valley, líder en el campo de redes y comunicaciones).

Para elaborar el ranking se consideran factores cualitativos y cuantitativos. Los primeros son las opiniones de ejecutivos de SCM y de los propios investigadores de Gartner, así como su lugar destacado en Responsabilidad Social Corporativa. Los factores cuantitativos, en tanto, se refieren al retorno sobre los activos (ROA), el crecimiento sostenido y la rotación de inventarios (ver fórmulas en el recuadro 2). Se utilizan datos públicos, normalmente a disposición de accionistas y del público en general.

El contexto en el que se confeccionó el ranking contiene algunas nuevas complejidades, tales como el resurgimiento del proteccionismo en USA y otros países. Si esta situación continúa obligará a reevaluar la localización de los centros de manufactura y de los inventarios, afectando la rotación o el ROA o el crecimiento, por lo que la posición relativa de algunas empresas en este ranking podría cambiar en 2019.

El grupo investigador Gartner, después de analizar en profundidad a las 25 empresas que figuran en el ranking, logró identificar tres grandes tendencias: (a) Las empresas del ranking declaran estar centradas en sus clientes (customer centricity), (b) Realizan pasos decididos hacia la transformación digital y (c) Se mueven hacia diseños de economía circular (cradle to cradle).

El ranking de Gartner tiene la ventaja de ser sencillo, con indicadores comparables a través del tiempo y con información útil. Además, esta consultora desarrolla estudios para algunas industrias, lo que facilita el benchmarking inter-industria.

Para algunos este es un ranking de empresas, no de SCM.

Nada sabemos qué ocurre aguas abajo o aguas arriba. Sin embargo, suponemos que estas empresas han configurado una SC y su éxito reside en su liderazgo en la cadena. Por esta razón, la idea central de este tipo de rankings es destacar el liderazgo y su objetivo es identificar los líderes de ciertas industrias.

Aun así, el ranking no está exento de críticas. Por ejemplo, ¿qué tienen que ver los activos con la excelencia en cadenas de suministro? Veamos: las empresas intensivas en outsourcing tienden a poseer menos activos y su ROA debiera aumentar y, dado que el crecimiento de ROA afecta el 20% del puntaje final, aparecerían favorecidas en el ranking. Pero hay industrias intensivas en activos, como la industria minera que, aunque logre configurar una SC de excelencia, sería perjudicada en el ranking respecto de esta variable.

La misma objeción podría hacerse para la variable crecimiento. Las empresas que implementen agresivamente una estrategia de fusiones y adquisiciones (M&A, mergers & acquisitions) debieran tener alto puntaje en crecimiento, y este factor impacta 10% en el puntaje final. Pero, cabe preguntarse: ¿Cadenas de suministro basadas en M&A son mejores que las que no lo hacen?, ¿el crecimiento es igual al éxito?

El ranking está basado en datos financieros que son públicos para accionistas. Esto significa que las empresas que figuran son grandes y públicas (es decir, que transan en la bolsa). Pueden existir empresas medianas y pequeñas, cuyos datos financieros no son públicos, que han logrado configurar una SC de excelencia, pero no lo sabemos. Como todo estudio, la real limitación viene por el lado de los datos. En fin, el ranking Gartner 2018 no es perfecto, pero al fin y al cabo es lo mejor que hoy tenemos.

Excelencia es un concepto elegante, pero carente de un significado único y preciso.

En una cadena no basta con que un eslabón sea exitoso. La situación ideal es desarrollar negocios en un entorno de ganarganar y no de suma cero (lo que uno gana el otro lo pierde). Al menos, teóricamente, podríamos imaginar una cadena de suministro (SC) como una coordinación virtuosa y de mutuo beneficio entre diversas entidades -desde productores a distribuidores-, compitiendo con otras SC para entregar valor a sus clientes. Se podría formular una hipótesis de que si ello no ocurre, la SC sería inestable, pero este estudio debe aún realizarse.

En la práctica, observamos que en el entorno complejo de negocios de hoy en día una SC necesita ser eficiente, flexible y con capacidad de respuesta; todo al mismo tiempo. Tal vez no sea excelencia, sino mera sobrevivencia. Varios autores hemos propuesto modelos de madurez teóricos para identificar el itinerario desde un estadio inicial no colaborativo hasta un nivel de excelencia. Sería interesante otro estudio para verificar qué cadenas de suministro caen en qué nivel de madurez y por qué.

Finalmente, el movimiento se muestra andando. Todo lo anterior es opaco para el cliente. Sería interesante comparar el valor percibido de los clientes respecto de diversas cadenas de suministro, pues, al fin y al cabo, una SC es un medio que -supuestamente- entrega valor. Se puede medir si un cliente recibió un producto a tiempo o en la cantidad y en las condiciones correctas, pero su percepción de valor es muchísimo más que eso. Medir el valor percibido por los clientes de distintas cadenas de suministro es otra asignatura pendiente, pero tal vez nos acerca a responder la pregunta de qué es la excelencia, cambiando la mirada desde afuera hacia adentro. Los clientes tienen la palabra.