¿Qué barreras tienen que enfrentar las empresas exportadoras, especialmente Pymes, en comercio exterior?

Más que barreras, yo hablaría de desafíos o tareas pendientes. El primero y el más importante es desarrollar una política de comercio exterior que integre a todos los organismos estatales y que administre integralmente el comercio exterior chileno. Actualmente, no existe una política de comercio exterior, y tanto los ministerios de Economía y Hacienda, como ProChile y la Cancillería, trabajan de modo independiente, sin comunicación entre ellos, y ese es el grave problema.

Otro desafío tiene que ver con los exportadores indirectos, que son la mayor parte de las Pymes, quienes, por ejemplo, no reciben la misma consideración que “los de punta”, al momento de bajar el tipo de cambio. En los países desarrollados, estos son considerados de suma importancia, y si no podemos trabajar con ellos no vamos a tener exportaciones de valor agregado.

La última tarea pendiente se relaciona con la necesidad de trabajar en los mercados donde hemos firmado tratados de libre comercio, administrando esa labor de mejor forma. Las alianzas que han realizado Corfo y ProChile, con el objeto que las misiones comerciales vayan en conjunto, son un avance, pero hay varias oportunidades que aún los empresarios chilenos podemos aprovechar en países como Cuba, Argentina y Ecuador, por mencionar solo algunos.

¿Está Chile diversificando su portafolio de exportaciones a la velocidad que se requiere?
Desafortunadamente no lo estamos haciendo tan rápido como se requiere. A través de los años, el cobre ha conformado casi un 50% de las exportaciones de Chile, y actualmente existe una baja diversificación de nuestros productos. Además, cada vez estamos más concentrados en la exportación de productos primarios, porque, básicamente, cuando cae el tipo de cambio, se pierde competitividad.

Al mismo tiempo, al no haber una polí- tica exportadora es más complejo apoyar la diversificación de productos, y como el tipo de cambio tiene mayor incidencia, no hay un horizonte claro en este aspecto. Sin embargo, Chile sigue avanzando, ya que si bien el sector manufacturero ha retrocedido, los productos primarios han avanzado, no en la potencialidad que uno espera, pero con proyecciones.

¿Cuál es su opinión de la infraestructura logística chilena?
La infraestructura logística en Chile está en continuo desarrollo, especialmente la portuaria. Sin embargo, algunos de los últimos proyectos han tenido conflictos en sus entornos, y no hay que olvidar que el turismo también es comercio exterior. El punto es que hemos sido capaces de manejar estos impases y avanzar.

Actualmente todos los proyectos de modernización o de construcción de nuevas infraestructuras logísticas deben centrarse en el medioambiente, la relación con los trabajadores, la incorporación de tecnología y el entorno.

¿Recibe el exportador chileno el apoyo necesario del Gobierno?
En relación con este tema, creo que se podría potenciar más el cargo de los agregados comerciales. La idea es que haya personas capacitadas, no importando el gobierno de turno. Por ejemplo, cada cuatro años, el nuevo presidente tiene derecho a cambiar a 15 agregados de los más de 40 que hay, y no siempre las personas son las especializadas en la materia. No obstante, los exportadores chilenos han demostrado que han sido capaces de hacer una muy buena labor. Chile compite con el mundo y el desafío es mejorar.

¿Qué le falta a nuestro comercio exterior?
Como país hemos avanzado lo suficiente, pero requerimos de una estructura distinta, de una institucionalidad del comercio exterior chileno que se preocupe de desarrollar una política exportadora y de comercio exterior moderna, y que sea capaz de velar por los intereses de todos los exportadores sin hacer diferencias.