Alejandro Córdova A.

Tras un nivel de crecimiento más bien acotado los últimos cuatro años, las tendencias recientes en la economía mundial indican un mayor ímpetu en esta actividad. En esta misma línea, en nuestro país las proyecciones apuntan a rangos de crecimiento entre 3 y 4%, según el último Informe de Política Monetaria del Banco Central. Alineado con estas perspectivas económicas, es importante destacar que el nivel de intercambio comercial impone una exigencia sobre la infraestructura portuaria, dada una mayor distribución de la producción y mayor transferencia de carga a nivel mundial.

Con ello, la industria marítimo-portuaria se ve expuesta a exigencias de mayor productividad. Este nivel de crecimiento del intercambio comercial, aumenta la importancia de los puertos en cuanto a ser eslabones de conexión de la red logística mundial, y es que, parte significativa de las actividades de distribución están directamente relacionadas con la infraestructura portuaria, tanto de embarque como de destino, y con la red logística completa asociada a tal infraestructura portuaria.

En este contexto, el nivel de servicio con los que se gestionen los flujos en los puertos e igualmente sus consecuentes estructuras de costos, dependen del grado de coordinación existente entre los actores de la cadena logístico-portuaria. Tales desafíos primordialmente implican un mayor nivel de relevancia de los organismos que determinan la gobernanza logística portuaria, por cuanto tales estructuras definen los grados de participación de los diversos actores microeconómicos dentro de tales mercados, y por tanto, pueden propiciar un fuerte nivel de eficiencia de la operación portuaria.

Los aspectos indicados resultan claves a la hora de fortalecer la competitividad de cada clúster portuario, bajo los escenarios de crecimiento indicado, en tanto la infraestructura portuaria está, y estará, cada vez más sometida a niveles de solicitación mayores, dada la tendencia de globalización de mercados más acentuada, que fortalece la transferencia de carga a nivel mundial, exigiendo la infraestructura de nuestra industria portuaria nacional.

A fin de generar un mayor nivel de competitividad, en un marco de mayores demandas, resulta importante poder alinear la oferta de la cadena logística portuaria a tales expectativas. En este sentido, la priorización de proyectos de inversión es de suma importancia en la industria, considerando iniciativas que permitan fortalecer la continuidad del nivel de servicio, la diversificación de la matriz de transporte mediante el análisis de transporte multimodal, la calidad de los servicios logísticos, y los efectos sobre el desarrollo económico mediante la evaluación de impactos sociales.

El reto es consolidar un enfoque estratégico que permita establecer a nuestra red portuaria como una red de logística de gran escala, situación especialmente importante en la zona central, por cuanto el enfoque de inversión no debe estar radicado en un puerto específico, sino en una visión país que permita encontrar complementariedad entre las distintas infraestructuras portuarias. De esta forma, la competitividad país se ve fortalecida por la diversificación de la oferta y la misma competencia entre los distintos actores que genera eficiencias económico-sociales sobre todos los involucrados.

La lógica de análisis futuros debe fundamentarse primordialmente sobre el concepto clave de competitividad, entendiendo las ventajas competitivas asociadas a la red logística global del país. Este enfoque de análisis radica no solo en el desarrollo de nueva infraestructura propia de las instalaciones portuarias; por el contrario, incorpora el análisis de todos los actores de la cadena. Este análisis integral permite focalizar las intervenciones de los actores públicos y privados hacia la generación de sistemas tecnológicos orientados en la trazabilidad de la carga, equipamiento avanzado, recurso humano calificado, que permitan equilibrar y hacer más eficiente la estructura de costo y nivel del clúster portuario nacional.