Los procesos logísticos, en general, se han ido haciendo más complejos; se requiere contar con mayor información de las diferentes etapas y que esta esté disponible para los diferentes actores. Esto implica una mayor carga al proceso de generar y administrar estos datos, así como a los procesos de auditoría de los mismos, con el fin de certificar su autenticidad y consistencia.

Entre las tecnologías que actualmente se están desarrollando, destacan el Blockchain, la IoT y las aplicaciones Cloud, todas las que, aplicadas de forma correcta, permiten generar transacciones más seguras y eficientes, aportando valor al proceso, disminuyendo el riesgo de la información y haciendo, en general, más segura la información, así como el proceso general, tanto documentario como físico del traslado de los bienes.

Las aplicaciones Cloud o Cloud Computing, es el desarrollo de aplicaciones en la “nube”, es decir, sobre Internet, lo que permite al usuario tener acceso desde cualquier punto donde se tenga cobertura, a la vez que permite entregar servicios para empresas de diferentes tamaños en función de sus demandas efectivas de servicios, acceder en algunos casos a sistemas de primer nivel a empresas en desarrollo que no tendrían la capacidad de instalar sistemas de alta gama en instalaciones propias.

La IoT (sigla en inglés de “Internet de las Cosas”), en términos simples, es la capacidad de un objeto o producto de interconectarse de forma autónoma con otros o con un sistema, para obtener información desde diferentes equipos, productos o sistemas. Esta tecnología es aplicable al movimiento de equipos, pallets, contenedores, etc., ya que permitirá obtener de manera independiente datos de los procesos de despacho y, de este modo, tomar mejores decisiones, en especial en aplicaciones asociadas a la logística de los productos perecibles.

El Blockchain es un “libro de registro” digital distribuido en varios computadores, en los que se lleva el registro de las transacciones de manera duplicada y que la hace más robusta y resistente a la manipulación. Esta tecnología presenta una serie de oportunidades para los procesos de trazabilidad y logísticos por cuanto entrega una poderosa herramienta para el manejo de la información, que disminuye los procesos de traspaso y reingreso de información, los que aumentan la tasa de error y la inconsistencia de los datos. Asimismo, esta tecnología permite eliminar los procesos de auditoría de datos por la naturaleza de su estructura y el hecho de que la información se mantiene consistente de forma natural.

En este sentido, podemos comparar la aparición del Blockchain (a nivel de datos) con la del container (a nivel físico): es un cambio de paradigma y permite un aseguramiento del traspaso de información, de su consistencia y uso. Esto va a redundar en que la cadena de información se vuelva más robusta y liviana y que, por lo tanto, los costos que se asocian a ella disminuyan.

En muchas ocasiones, la Trazabilidad depende de que cada actor ingrese los datos que corresponden a su parcela de proceso, lo que actualmente se hace de forma manual en muchos casos y depende de la rigurosidad de cada uno de ellos en dicha operación.

Asimismo, la información debe estar disponible para la cadena de abastecimiento para tener una visión completa de esta y no siempre lo está.

Lo anterior se solucionaría de forma completa con el uso de las cadenas de datos; si bien sigue dependiendo de la rigurosidad de los actores, esta queda expuesta a todos los demás actores, por lo que se vuelve una medida de valor y, por lo tanto, las cadenas de valor serán integradas por aquellos que aporten información rigurosa al proceso global, lo cual se puede hacer desde el mismo punto donde se generan a través de aplicaciones Cloud, tecnología móvil y el uno de tecnología IoT para el control de los tramos de transporte.

Desde la perspectiva del proceso exportador, las nuevas tecnologías representan una gran oportunidad, ya que permiten agregar valor a nuestros productos, entregando una trazabilidad real y eficiente, que puede partir desde el punto efectivo de producción hasta el de consumo, con acceso efectivo a ella y en tiempo real. Esto no solo es una ventaja desde el punto de vista de la logística y trazabilidad, sino que de cara al consumidor final, aportando nuevas oportunidades al desarrollo de los negocios.