Juan Pablo Fuentes.

¿Cuál es la situación actual de la industria de transporte de carga?
Primero, es importante aclarar que en el denominado segmento “transporte de carga terrestre por carretera” caben todos los subsectores que hacen transporte de materiales por carretera y que cada uno de ellos tiene características y desafíos diferentes. Por eso, antes de cualquier análisis, hay que comprender que esta industria está agrupada por segmentos de negocio, los cuales están vinculados con un tipo de carga, industria y canal de distribución. Es necesario hacer esta distinción, porque cuando se estudia el subsector de paquetería CEP, por ejemplo, se observa que es uno de los más avanzados y profesionales, no obstante, en otros subsectores, como el de transporte de contenedores, no ocurre lo mismo.

¿Existen retos transversales que abarquen a todos estos sectores?
Sí. Una falencia que por lo general posee el management de una compañía de transporte en Chile (que de por sí es muy mejorable), e incluso en Latinoamérica, tiene que ver con la escasa gestión estratégica del mantenimiento. La primera capacidad que debe tener una empresa de transporte es ser capaz de mantener un alto coeficiente de disponibilidad de los vehículos, lo que quiere decir que, excluyendo los mantenimientos preventivos y predictivos, ese camión debe estar siempre disponible para ejecutar un servicio. Pero eso, generalmente, ocurre solo cuando el camión está nuevo; después se requiere de un programa de mantenimiento integral, que a la larga es una de las falencias que tiene esta industria en su conjunto, salvo contadas excepciones.

¿Qué problemática específica observa hoy en este rubro?
Enfocándonos en el canal de venta de mayor crecimiento (e-commerce), vemos cómo los requisitos exigidos por el cliente van complejizando de manera creciente las variables a gestionar en la distribución. En esa línea, aparecen ventanas horarias cada vez más desafiantes, protocolos de entrega cada vez más complejos, restricciones de circulación, etc, todo lo que condiciona sistemas de distribución más complejos y que el desafío de la eficiencia se instale en el análisis. Hay que comprender que cualquier planificación de ruta de un canal de e-commerce en el B2C corresponde a un modelo de distribución capilar donde las entregas se realizan una a una.

Esta tendencia del canal e-commerce nos invita a reflexionar acerca de las soluciones que propondrán las empresas de distribución para satisfacer a este nuevo tipo de cliente/canal, desde medios de transporte alternativos (bicicletas, triciclos, drones, etc) hasta considerar direcciones variables durante un período de tiempo dependiente de la ubicación del destinatario.

¿Ha asimilado la industria logística local el cambio que implica el e-commerce?
Primero, hay que entender bien que el canal condiciona tus capacidades. Gran parte de los seminarios que se hacen hoy tienen que ver con el omnichannel, pero esto no es algo nuevo; más bien está mutando. La gran diferencia hoy de este tipo de marketing se basa en que cada vez está más instalado el comercio electrónico, el cual tiene un impacto en la logística completa. Por otra parte, hay un tema cultural fuerte que impide la correcta asimilación de los protocolos relativos a un proyecto de este tipo. En el canal ecommerce, los programas de entrenamiento de conductores y peonetas son uno de las desafíos que enfrenta la industria del transporte.

Entonces, el tema de la profesionalización cobra un valor agregado importante…
Este es un tema que hemos venido hablando los últimos 20 años. Hay que tener en cuenta que las empresas de transporte genéricas en Chile están constituidas por un dueño un secretario, conductores y un par de mecánicos (es una industria muy atomizada). Al ver estos organigramas, no es fácil hablar de profesionalización. Hoy los clientes de cierta envergadura, como las empresas mineras, exigen incluir el organigrama (capacidad de gestión) dentro del proceso de licitación.

La profesionalización, que está asociada a tener esta capacidad de gestión en el sector del transporte de carga por carretera, es un tema a seguir trabajando y que requiere de mejoras importantes. El Instituto de Logística y Transporte de Chile, en el marco de un proyecto Cofinanciado con Corfo, concluyó, entre varios temas, que la profesionalización de sectores económicos con déficit tiene un componente generacional significativo, ya que son las nuevas generaciones las que promueven la aplicación de modelos y tecnologías en estos sectores.

¿Qué valor le da al uso de la tecnología en ese sentido?
Hoy en el mercado existe una enorme cantidad de herramientas tecnológicas y software de gestión de todo tipo. Pero el punto esencial es reconocer cuántos de esos se utilizan en las empresas. Hay muchas soluciones disponibles y poca inteligencia en su aplicación, por lo que difícilmente los datos se transforman en información para la gestión. La tecnología debe estar al servicio de la inteligencia del negocio.