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Optimización de recursos en Transporte y Distribución Agrícola

Hace algunos años, en una conferencia sobre Logística en Estados Unidos, escuché sobre un nuevo modelo de distribución de semillas en las granjas de ese país y sobre cómo la empresa que exponía lo estaba implementando. Desde ese momento, me generó una gran inquietud cómo mejorar estos procesos, logrando eficiencias en una industria de por sí muy complicada.
Diego Bozzano.

La Logística aplicada a la industria agrícola presenta desafíos muy particulares, completamente diferentes a otras industrias, que se desarrollan en entornos urbanos, donde las condiciones de transitabilidad y accesibilidad son mucho más seguras, y en las que la temporalidad y el clima no juegan roles tan relevantes.

Estos desafíos se plantean en toda la cadena de suministros de la industria agrícola: desde el abastecimiento de semillas, combustibles e insumos para las maquinarias agrícolas, incluyendo en muchos casos el mantenimiento de las mismas directamente en terreno, pasando por todo el proceso de fertilización de suelos, siembra y posterior cosecha, hasta llegar al momento de retirar la producción, para lo que el desarrollo y mantenimiento de caminos rurales siempre es un desafío, considerando que la densidad poblacional en estos sectores es muy baja, lo que quita interés y prioridad a su desarrollo y mantenimiento por parte de las autoridades gubernamentales.

Tomando en cuenta estos antecedentes, sin duda que la planificación logística de esta industria requiere de una lógica especial, definida en hitos muy claros que tienen que ver con las estacionalidades de siembra y cosecha para los granos, y en requerimientos especiales de infraestructura de servicios para otras áreas de esta industria, como el traslado de ganado en pie o el transporte de la industria láctea, por mencionar algunos ejemplos.

Enfoquémonos en un principio en el traslado de granos: la distribución de semillas a nivel nacional, sin duda, plantea un desafío muy grande, considerando que existe una gran cantidad de variedades, dependiendo del producto que se quiera sembrar, las condiciones de suelo y fertilización que incluya cada predio, y el tamaño del mismo. Todos estos factores generan un requerimiento muy especial del insumo semilla para cada uno de estos predios, y especialmente cuando el tamaño de estos es muy pequeño; esto provoca que los requerimientos de semilla sean muy parcializados, por lo que se hace necesario contar con canales de distribución un poco más largos, incluyendo productores agrícolas con una mayor superficie de siembra, quienes habitualmente participan de la cadena de distribución como un eslabón adicional, incorporando una cantidad mayor de producto a sus necesidades para poder, posteriormente, redistribuirlo a los predios más pequeños.

Esta misma situación se da con los fertilizantes, importados en su gran mayoría tanto desde Argentina como desde otros continentes. La cadena de distribución de estos productos está compuesta por los mismos importadores, además de distribuidores, cooperativas y posteriormente productores agrícolas, para en algunos casos, ser entregados finalmente a productores agrícolas de menor tamaño, quienes lo utilizarán para mejorar el rendimiento de los suelos. Todos estos intervinientes en la cadena de suministro, generan la necesidad de un mayor número de vehículos y de personas, haciendo más ineficiente la cadena y sumándole costos a la producción final.


El transporte de granos

Como todo transporte a granel, el de granos requiere de un equipamiento especial en los vehículos, que permita acelerar los procesos de carga y descarga, y que genere una accesibilidad más rápida a los puntos de entrega del producto; sean estos puertos para la exportación o plantas de procesamiento de alimentos. Esta misma situación, pero aún más compleja, se da en los puntos de carga, en los que en muchos casos es necesario colocar el vehículo de transporte paralelo a la máquina cosechadora, para acelerar el proceso de retiro de la producción desde los campos hacia las zonas de acopio o exportación. Estas operaciones requieren condiciones especiales de tracción por parte del vehículo, además de la necesidad de contar con la posibilidad de acceder constantemente a los campos donde se encuentra la producción para ser retirada.

Una vez que la cosecha se encuentra en la ruta, todo se hace más sencillo, ya que la infraestructura de acceso a los puertos pasa a ser más simple. Adicionalmente, se puede emplear el multimodalismo para el transporte de las cargas hacia los puertos, ya que existe la posibilidad de utilizar el sistema ferroviario para acercar las cargas hacia los puertos de una manera más rápida y con menores costos de transporte.

Pasando a la industria láctea, se requiere realizar una planificación mucho más exigente de retiro de los productos desde los tambos, ya que, en este caso, la producción primaria (leche), se debe retirar diariamente, buscando evitar la pérdida de esta producción. Este requerimiento genera que se deba acceder a las zonas de producción independientemente de las condiciones climáticas y viales, lo que genera que muchas veces se deba usar vehículos de doble tracción o tractores para mover la producción desde las zonas agrícolas hacia las rutas troncales, en las que los vehículos que trasladan la producción a granel hasta las plantas de procesamiento, esperan poder cargarlas. Esto genera mucha pérdida de recursos de distribución, ya que todo el proceso de carga se hace más lento, además de tener que hacerlo de manera manual en muchos casos.

Una vez transportado hacia las plantas de procesamiento, el producto lácteo -ya procesado y listo para consumoingresa en una distribución marcada por el mantenimiento de la cadena de frío y por la trazabilidad de los productos, cuya administración es realizada por las empresas procesadoras de una manera mucho más exhaustiva que la recolección de los productos primarios. Otra industria es la que trabaja en la recolección de frutas y hortalizas, y aquí existe una gran diferencia cuando estos productos son para exportación o para consumo nacional. El primer mercado (exportación) es habitualmente ocupado por productores muy profesionalizados, quienes mantienen una trazabilidad clara de la carga, entregándola en muchos casos en condiciones de refrigeración, ya sea directamente al transporte final -sobre todo para el mercado brasilero, en el que muchas veces son transportistas de aquel mismo país los que vienen a retirar la carga en Chilecomo a operadores de transporte que llevan los contenedores “reefer” hacia los puertos para su posterior exportación.

Cuando analizamos este mismo tipo de transporte para el consumo nacional, podemos observar que se realiza en condiciones más precarias, trasladando el producto directamente desde las zonas de extracción hacia las zonas de consumo, como es el Mercado Central de Santiago, en el que posteriormente se redistribuyen hacia supermercados u otros puntos de venta final.

En definitiva, tenemos fuertes desafíos en toda la cadena de distribución agrícola, pero sin duda la mayor de ellas es poder acortar los canales de distribución, ya que tomando en cuenta la atomización de los predios y productores agrícolas, estos requieren menores volúmenes de producto, lo que genera una mayor exigencia de la planificación de distribución por parte de los proveedores de insumos, tanto para la siembra y cosecha como para el funcionamiento de la maquinaria agrícola.


Diego Bozzano es Consultor en Logística y Transporte. Diplomado en Gestión de Operaciones y Logística, IEDE Escuela Española de Negocios (2011). Diplomado en Logística Estratégica Universidad de Chile (2012). Profesor Auxiliar Duoc UC en las carreras Comercio Internacional e Ingeniería en Gestión Logística. diego@dbozzano.cl
Junio 2017
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