Andrés Toro.

La actual cuarta revolución industrial se identifica como un proceso de nuevas ideas basadas en la infraestructura y experiencia de la revolución digital anterior. Los analistas explican que la revolución 4.0 no es una prolongación de la tercera revolución, sino que una independiente, debido a su velocidad y alcance, y al impacto que está produciendo en las empresas, las personas y en la aldea global.

Esta nueva revolución tiene la potencialidad de incrementar los ingresos y la calidad de vida de la personas, gracias a los beneficios que proporciona el mundo digital al disponer de productos y servicios que ayudan a aumentar la eficiencia y dan la posibilidad de comprar, ver una película o chatear en forma remota, por mencionar algunas aplicaciones. Esta revolución también influye en el accionar de todo tipo de empresas, las que deben adaptarse a esta nueva realidad para satisfacer las demandas del nuevo consumidor B2B, más exigente y que busca rápidas respuestas y soluciones.

La automatización, a través de robots, maquinaria computarizada, nanotecnología, inteligencia artificial y todo lo que permita optimizar los procesos, está entrando cada vez con más fuerza en las plantas industriales, siendo capaz de mejorar productividad a límites desconocidos.

Por ende, el transporte y las comunicaciones deberán disminuir los costos; la logística y la cadena de suministro serán más eficientes; y los costos del comercio local y global caerán, permitiendo la apertura de mercados y nuevas oportunidades de negocios, lo que finalmente incrementará la economía.

Para mejorar los procesos y costos operacionales en las empresas, ya no es suficiente con conocer las economías de escalas y de ámbito, sino que se deben implementar las economías del conocimiento digital. Un actor relevante en esta nueva época híper automatizada es el robot, el que viene a reemplazar o complementar el trabajo de las personas.

En el caso de los robots, los más populares son los “robots articulados”, que se pueden clasificar en robots de 6 y 4 ejes. Los primeros se utilizan en aplicaciones como soldadura, carga/descarga de piezas, pintura, entre otras, mientras que los segundos están diseñados para aplicaciones de embalaje y paletización.

Los robots de 4 ejes para aplicaciones de logística/final
de línea son cada vez más utilizados.

Muchos se preguntan si los robots desplazarán a los trabajadores, pero hay estudios que indican que la capacitación y reasignación de funciones con mayor valor agregado, tienen un efecto neto positivo en la fuerza laboral. En Europa, el estudio ZWE confirma lo anterior, ya que se produce un círculo virtuoso (a mayor automatización, menores costos), lo que reduce el precio de venta, aumentando la demanda, lo que a su vez, exige la contratación de nuevos trabajadores. Un ejemplo de ello es la industria automotriz alemana, que entre 2010 y 2015 incrementó en 80.000 unidades su stock de robots y creó 230.000 nuevos empleos.

Además de Alemania, China, Corea del Sur, Japón y Estados Unidos, ya están inmersos en esta revolución 4.0, y son ellos los que concentran el 75% del consumo anual de robots para todo tipo de aplicaciones. Se estima que para 2019, el stock mundial de robots alcanzará 2.600.000 unidades, en comparación a las 750.000 unidades existentes en 2000. ¿Podemos, entonces, poner en duda que la cuarta revolución industrial no es futuro, sino que presente?

En el otro extremo del mundo, Sudamérica está muy lejos aún de esta nueva revolución; incluso con Brasil como principal actor, con un estimativo de penetración de mercado de 3.500 robots multipropósito para 2019. Para Chile, la organización mundial IFR no tiene estadísticas, pero podría afirmar que los robots de 4 ejes para aplicaciones de logística/final de línea son cada vez más utilizados.

Por otro lado, según el SII, los trabajadores del rubro “Industrias Manufactureras No Metálicas”, en 2016 alcanzaban a 734.960 personas y, según la IFR, el promedio mundial de robots multipropósito es de 69 unidades por cada 10.000 trabajadores. Entonces, si hacemos los cálculos al Chile de hoy, podríamos deducir que existe un parque “potencial” de robots de aproximadamente 5.000 unidades y unos 1.700 robots “potenciales” para aplicaciones de paletización. Más allá de un cálculo exacto, lo importante es la tendencia, por lo que la pregunta final y más importante es: “¿estamos entrando rápido o lento a la cuarta revolución industrial?”.