Pese a la incertidumbre que existe respecto al crecimiento de la economía nacional, en la actualidad hay una serie de proyectos en el mercado de bodegaje que auguran un futuro auspicioso, al menos, en el mediano plazo. Parte importante de esa demanda proviene de un segmento que tal vez fue dejado de lado hasta hace no mucho tiempo: las Pymes.
El mercado de la pequeña y mediana empresa, referido a bodegas de 500 m², tiene hoy una alta demanda, pero existe poca oferta y la razón, según explica Mario Ojeda, Jefe Comercial de DLS Chile, es que “la mayoría de los proveedores desean aprovechar al máximo el espacio y obtener la mayor rentabilidad posible. Entonces, tener bodegas más chicas, implica menos metros cuadrados para arrendar”. Por ese motivo, agrega el ejecutivo, “nosotros apostamos por este mercado, con productos variados que permiten a estas empresas crecer dentro del mismo centro de bodegaje, facilitando de esta manera su logística”.
Rodrigo González, MERSAN.
Adrián del Río, BODEGAS 2000.
Jaime Silva, CENTRAL BODEGAS.
Rodrigo Farías, PATAGONLAND.
Respecto del ítem precio, si bien es un factor importante para este tipo de empresas, existen otros atributos que son muy valorados por los clientes al momento de decidir dónde instalarse. Como señala Rodrigo González, ex Gerente General de Mersan y actual Gerente General de Imolog, “la ubicación y conectividad con la ciudad son muy importantes para aquellas empresas que tienen personal que viene desde distintos puntos de la ciudad. Además, los accesos y amplitud de la urbanización también son aspectos muy valorados, así como la facilidad para recibir vehículos de carga en espacios amplios y en cualquier horario”.
En opinión de Adrián del Río, Gerente Comercial y Renta Inmobiliaria de Viviendas 2000, dos de los aspectos que en general más privilegian las Pymes son precio y seguridad. “En nuestro caso, además, lo que más valoran nuestros clientes es la ubicación, dado que nuestra instalación (Bodegas 2000) es el único condominio industrial del sector oriente”.
Otros factores determinantes son la flexibilidad que pueden ofrecer estos espacios -por ejemplo, al brindar la posibilidad de arrendar dos o más bodegas colindantes y unir sus espacios- y la facilidad que proporcionan para trabajar (servicios de grúa, alimentación, locomoción, etc.). Todo esto, sumado al apoyo permanente de la administración del recinto.
“Las empresas hoy buscan tercerizar el arriendo de bodegas, con el objetivo de crecer con flexibilidad y sin inmovilizar capital en construcciones”, acota Jaime Silva, Gerente de Proyectos de Central Bodegas.
Diseño y funcionalidad
Otro de los actores de esta industria que se ha focalizado en este tipo de clientes es Bodegas Ipark Buenaventura. De acuerdo a lo que sostiene Rodrigo Farías, Property Manager de Patagonland, sus bodegas fueron diseñadas pensando en el tamaño óptimo para satisfacer las necesidades de almacenamiento requeridos por la pequeña y mediana empresa (300, 340 y 520 m²). Además, todas tienen una oficina, pudiendo concentrar toda la operación del negocio en un mismo lugar. “Le encargamos a nuestra oficina de arquitectura que desarrollara una propuesta combinando diseño y funcionalidad. Cada bodega cuenta en la cubierta con planchas traslúcidas para un mejor aprovechamiento de la luz natural y el consiguiente ahorro energético”, enumera.
Por su parte, González agrega que el centro de bodegaje Mersan dispone de pequeñas superficies que permiten satisfacer las necesidades de las Pymes que buscan dónde instalar sus operaciones logísticas, comerciales y administrativas. “Las soluciones disponibles incluyen bodegas, oficinas, patios de maniobras y estacionamientos, lo que conjuga una oferta muy atractiva para todas las actividades de este tipo de empresas”, sostiene.
En el Condominio Industrial Bodegas 2000 tienen más de 35.000 m² de bodegas emplazados en un terreno de 13 hás, ubicados en pleno sector oriente de Santiago. “Actualmente, estamos construyendo una nueva nave de 3.500 m² que contendrá nueve módulos de bodega con oficinas que tendrán entre 150 y 700 m²”, explica del Río.
Por su parte, el centro de bodegaje Bodepark, perteneciente a DLS Chile, tiene capacidad para entregar soluciones a requerimientos específicos acorde a las necesidades de sus clientes y con una atención personalizada. “Arrendamos espacios de bodegas que van desde los 500 m². Nuestras instalaciones son construcciones de arquitectura moderna, con excelentes niveles de seguridad y amplias zonas de carga y descarga”, afirma Silva.
Diferencias y fortalezas
Para González la gran diferencia con proveedores que apuntan a grandes clientes está en la atención personalizada. “La clave está en brindar a todos los clientes, independientemente de su tamaño, el mismo grado de atención”, sostiene.
Silva coincide con este argumento y asegura que las certificaciones de calidad -como la ISO 9001-2008- añaden valor a la oferta.
En el caso de Ipark Buenaventura, definen su gran fortaleza como la capacidad de adaptarse a la demanda latente por bodegas de tamaño pequeño/ mediano (oficina y bodega todo en un solo lugar). “Esto permite controlar inventarios y eficientar la operación de almacenaje y distribución, gracias también a nuestra conectividad”, explica Farías.
De acuerdo a lo que explica Ojeda, las empresas grandes -que cuentan con bodegas de 5.000 m²- son muy poco flexibles. “No se adaptan a las necesidades del cliente. Ofrecen lo que tienen”, afirma. En cambio, “una de las principales fortalezas de DLS es que “brindamos un servicio flexible, una construcción de calidad, además de una seguridad efectiva y probada. También, contamos con oficinas modulables de hasta 120 m²”, agrega.
En cuanto a los contratos de arriendo, los entrevistados coinciden en que las características principales se basan en ser convenios estándar de mercado, con flexibilidad de plazos, ya que generalmente los clientes requieren contratos a un año.
“Los contratos se adecúan a los requerimientos del momento económico del país y de las características del postulante al arriendo”, sostiene Farías. “Destacamos la cláusula del plazo (promedio 5 años); es decir, mientras mayor sea el plazo mejores condiciones de tarifa por metro cuadrado podemos traspasar al postulante del arriendo”.
Los contratos, afirman, señalan los montos del canon de arriendo y gastos comunes, así como también dejan constancia de la garantía de arriendo que es necesario dejar. También hay algunos convenios que van desde 3 meses hasta 10 años, con distintas opciones de crecimiento o salida, además de ser renovables por períodos iguales, salvo que se avise con anticipación de 60 días, entre otros requisitos.
