Víctor Manuel Jorquera.

¿Cómo evaluaría la situación actual del transporte de carga por carretera en Chile?
Hoy en día tenemos un escenario bastante complejo. El Transporte, al igual que el rubro de la Construcción, es altamente sensible frente a la volatilidad económica que sufre el país. Estamos viviendo actualmente un frenazo abrumador al crecimiento, lo cual ha llevado a nuestra industria a incurrir en despidos, disminuir las cargas y los movimientos, entre otras cosas.

Dentro del sector, ¿qué rol desarrolla ChileTransporte?
Nuestra industria está representada por cuatro asociaciones gremiales (Agetich, ChileTransporte, CNDC y CNTC), y en la labor que nuestra entidad ha venido haciendo en el último tiempo, hemos tratado de invitar a todas estas entidades a trabajar como sector desde un punto de vista más bien técnico y objetivo; sin embargo, por razones que yo no entiendo, una u otra asociación se excluye, lo que quita fuerza y representatividad al objetivo que tenemos en común de mejorar la situación del gremio.

¿Cuáles son los temas que más conciernen al gremio?
Los grandes problemas que tenemos como industria son fundamentalmente tres. El primero es el tema de los robos que sufrimos permanentemente, ya sea con o sin violencia. Es injusto que no podamos circular libremente y con tranquilidad por las carreteras del país. El segundo aspecto tiene que ver con las adecuaciones que la realidad del transporte necesita en materia normativa. Concretamente, estamos hablando de lograr una mayor flexibilización en torno al séptimo día de la jornada de trabajo para los conductores. Por último, nos preocupa el tema de la seguridad vial y la necesidad de reducir los accidentes en esta materia.

Asimismo, existe también un problema grave de informalidad en nuestra industria que no se ha abordado debidamente: no puede ser que el incumplimiento legal sea parte de la cadena de valor de algunos inescrupulosos. La permanente adquisición de camiones “hechizos”, cuyas piezas y partes son compradas de camiones robados, es un claro ejemplo. Esto, además, genera competencia desleal.

En ese sentido, ¿qué acciones concretas está tomando ChileTransporte?
En el caso de la seguridad vial, hemos tenido varias reuniones con el MOP y las concesionarias de las autopistas para que se aplique el uso del TAG en las carreteras interurbanas. El detenerse a pagar un peaje implica que el conductor pierda cerca de 10 minutos promedio en cada parada, lo que genera riesgos y exposición innecesaria. Otra ventaja es que el conductor ya no requerirá manejar dinero en efectivo y, por tanto, se expondrá a menor cantidad de asaltos.

En el plano normativo, exigimos la universalidad de la jornada de conducción, ya que hoy en día no todos los empresarios la cumplen. En el tema de la informalidad que afecta a la industria, hemos elaborado un acuerdo formal para exigir un registro nacional abierto de transportistas que dependa del Ministerio. Queremos saber quiénes somos y con qué vehículos transitamos. También solicitamos que se prohíba la venta, porte y uso de los sistemas que permiten bloquear la señal de GPS de los camiones.

Con respecto a los robos y asaltos en el transporte de carga, ¿qué conclusiones se pudieron sacar de Enatrans 2016?
Hemos trabajado de manera coordinada y conjunta con el Ministerio del Interior y Ministerio Público en esta materia.

Gracias a este evento, logramos firmar un protocolo de acción frente a hechos delictuales con ambas carteras. Concretamente, en el último tiempo les entregamos un informe de robo, lo cual nos permitió desbaratar ocho bandas delictuales y detener a 57 delincuentes. A esto se suma el hecho de que el Ministerio Público planteó la posibilidad de aplicar las mismas herramientas que se utilizan en las investigaciones y procedimientos antidrogas a las bandas delictuales que operan en nuestra industria, como, por ejemplo, la intervención telefónica.

¿Qué desafíos aún están pendientes en esta materia?
Me parece que en el tema de los robos, específicamente, lo que se está haciendo es más bien atacar la “oferta delictiva” y no la demanda. Mientras exista demanda, la oferta se va a mantener de alguna manera. Si logramos sacar específicamente la delincuencia de las carreteras, esta se tendrá que concentrar en los centros de distribución, como pasa en otros países, y es donde finalmente mejor se puede controlar este flagelo. Claramente, el hecho de comprar artículos sin boleta, sin certificar una procedencia clara, significa seguir alimentando a la delincuencia y eso nos hace un daño tremendo como país.

¿Cuál es su posición frente a la Reforma Laboral?
Como gremio, estamos de acuerdo en que se debe legislar en términos laborales. De hecho, hemos estado trabajando en un acuerdo al respecto, que lamentablemente no hemos podido firmar por la negativa planteada de parte de una asociación. Entre los principales puntos que planteamos, destaca la necesidad de establecer como requisito una negociación pacífica entre empleador y empleados. Adicionalmente, está la necesidad de contar con un quórum mínimo de trabajadores para conformar un sindicato; establecer que la negociación siempre debe ser directamente entre empleador y trabajadores; reconocer la polifuncionalidad de los empleados Pyme, y respetar el derecho de cada funcionario a elegir libremente si se quiere o no sindicalizar.

Respecto al foco específico de su gestión, ¿cuáles son sus prioridades y lineamientos a seguir?
La propuesta que hoy día tenemos como gremio de transporte tiene como objetivo central plantear soluciones concretas. No nos interesa establecer problemas técnicos y dejarlos solamente enunciados. Tampoco somos partidarios de las movilizaciones, que si bien no las descartamos, solo pueden utilizarse como último recurso. Creemos que las cosas se solucionan conversando. Los argumentos deben tener el peso suficiente. Hoy en día tenemos que trabajar como gremio y reconocer que hay una cadena con eslabones y que a cada uno le corresponde una responsabilidad que asumir, tanto a mandantes como a transportistas.