Por Alexander Czischke

Las diferentes industrias se encuentran insertas en entornos competitivos cambiantes y cada vez más exigentes, lo que se refleja en mayores expectativas de los consumidores, presión sobre los costos, economía de red, globalización, escasez de recurso humano, mayor volatilidad, entre otros factores, según se demuestra en el estudio “Trends & Strategies in SCM”, desarrollado por la consultora alemana BVL.

• Exigencias y expectativas de los consumidores
Según el mencionado estudio, uno de los aspectos más relevantes en el aumento de la competitividad son las exigencias y expectativas de los clientes y se visualiza que estas seguirán aumentando en los próximos años.

Claramente, estas exigencias son diferentes para cada industria y dependerán de aspectos como grado de diferenciación de los productos, canales de venta, tipo de productos/materiales, estándares de calidad, aspectos regulatorios, entre otros. Para graficar cómo varían las exigencias de acuerdo al sector productivo, se pueden analizar los casos de las industrias del retail, química y minera.

En el retail, se observa una creciente fragmentación de los canales de venta y formatos, los que incluyen desde las grandes superficies, tiendas de conveniencia, outlets y bodegas hasta el despacho directo a domicilio. De igual modo, los mix de productos son cada vez más amplios y los ciclos de vida, más cortos. Adicionalmente, el surgimiento del E-Commerce ha impulsado una integración de los canales (Omni-channel) y una creciente complejidad en la preparación y entrega de pedidos.

En tanto, en la industria química se mantiene una tendencia a mayores exigencias en el cuidado de las personas, el medioambiente y los productos, respaldadas por una legislación más estricta para el almacenaje de sustancias peligrosas (DS- 78), las mediciones de la huella de carbono y el cumplimiento de estándares de calidad (APL, ISO 14.000), entre otros factores.

En el caso de la minería, las exigencias en cuanto a prevención de accidentes son muy altas y los estándares medioambientales, cada vez mayores. Asimismo, se deben cumplir altos niveles de servicio para materiales considerados críticos para la operación de las faenas mineras.

• Economía de red
Mayores exigencias de los consumidores, presión sobre los costos, cumplimiento de la regulación, globalización de la economía, entre otros aspectos, hacen necesaria una gestión integrada de la cadena de suministro, lo que implica que las empresas deben trabajar en conjunto con sus proveedores, operadores logísticos, clientes y, en algunos casos, hasta con su competencia. Para esto, los actores deben desarrollar capacidades como trazabilidad de la información a lo largo de la cadena, vendor-managed inventory, integración de sistemas, consolidación de cargas en transporte inbound/outbound, entre otras.

• Presión sobre los costos
El cumplimiento de los objetivos de rentabilidad es un desafío cada vez más complejo para las áreas logísticas de las compañías, dada la necesidad de cumplir con las exigencias crecientes de los consumidores, nuevas normativas, escasez de mano de obra, entre otros aspectos. Esto significa una gestión cada vez más eficiente de la cadena de suministros, lo que, a su vez, considera una optimización de los costos logísticos totales (inbound, warehousing, stock, VAS y outbound).

Además, es relevante la diferenciación de los servicios, generar economías de escala e impulsar prácticas colaborativas, como mejorar la coordinación entre los actores de la cadena, explotar sinergias, compartir capacidad, entre otras.

Fuente: BLV Strategies en Logistics and Supply Chain Management.

Estas tendencias, sin duda, generan desafíos importantes para los Operadores Logísticos (3PL), ya que estos son un soporte relevante para cumplir con las nuevas exigencias logísticas a las que se están viendo enfrentadas las compañías.

• Especialización de los servicios logísticos
Considerando que las industrias tienen exigencias diferentes y cada vez más complejas, se hace necesaria una mayor especialización de los 3PL, ya sea enfocándose en una industria en particular o bien desarrollando divisiones especializadas para cada rubro. En este sentido, es relevante que los 3PL conozcan las particularidades de cada industria y desarrollen servicios diferenciados basados en sus requerimientos específicos en cuanto a estándares de calidad, infraestructura y equipos (bodegas, layout, flota, etc.) y sistemas/ TI (Tecnologías de la Información).

• Servicios logísticos integrales
Los 3PL deben ser capaces de integrar servicios que incluyan inbound, warehousing, VAS y outbound, entre otros. Esta integración se debe orientar a lograr la trazabilidad de la información y de los flujos de materiales/productos, mejorar la coordinación de cada actividad, explotar economías de escala y reducir los costos de administración de operar con diversos operadores a lo largo de la cadena de suministro. Esta integración de servicios no implica necesariamente que el 3PL deba operar directamente cada servicio, sino más bien que debe ser capaz de gestionar y coordinar eficientemente servicios logísticos que pueden ser operados por distintos LSP.

• Flexibilidad
Debido a que las condiciones de los servicios y el entorno competitivo se encuentran en constante cambio, las compañías y sus 3PL deben ser capaces de desarrollar habilidades para adaptarse. Este atributo ha sido muy difícil de lograr por los 3PL a nivel global y, en general, es la principal crítica que reciben de parte de sus clientes. Para lograr una capacidad de adaptación, se requiere compartir información acerca de las proyecciones y tendencias de la industria de mediano/largo plazo y el 3PL debe lograr flexibilidad para disponer de los recursos críticos para la prestación de los servicios, como capacidad de almacenaje, flota de transporte, personal, etc.