Aníbal Montalbetti.

¿Cuál es su visión del mercado actual de monitoreo satelital?
Actualmente, en el mercado local existen cerca de 15 empresas de renombre que prestan servicios en esta materia, cuatro de las cuales forman parte de AGEMOS. Sin embargo, hay casi un centenar de firmas pequeñas que ofrecen servicios informales y de escasa calidad, sobre todo en materia de postventa. Además, solo venden los equipos, aportando básicamente servicios de posicionamiento, no de mayor información. Este hecho es preocupante, ya que según nuestras estimaciones cada mes aparecen cinco de estas empresas a nivel nacional y otras tantas desaparecen porque carecen de espaldas financieras y, por otro lado, no son capaces de hacer frente a la demanda del cliente.

A partir de esta situación, ¿cuál es el principal desafío de esta industria?
El mercado ha mostrado una evolución significativa tanto en conocimiento como en exigencias de los servicios, por lo tanto hoy estamos frente a un rubro maduro, con altas expectativas respecto de los beneficios que espera y desea obtener. Sin embargo, tenemos un reto muy importante, que es poder lograr un equilibro entre lo que el mercado quiere y lo que está dispuesto a pagar por ello. En otras palabras, falta sincerar el valor del servicio respecto de sus beneficios.

Además, resulta primordial lograr una mayor regulación en la aplicación de malas prácticas, como es el uso de inhibidores de la tecnología GPS. En este punto, hoy estamos haciendo gestiones con el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones para que se sancione legalmente el uso de este tipo de aplicaciones y se considere como un delito.

¿Y a nivel de AGEMOS?
Creo que nuestro foco debe seguir estando relacionado con dar a conocer la ventaja de pertenecer a esta asociación: ofrecer un sello de garantía y calidad, que incluye, entre otras cosas, aportar servicios serios, permanentes y oportunos; contratos a largo plazo; respaldo financiero; e incorporación de tecnologías de última generación.

En cinco años de existencia, ¿ha logrado AGEMOS impulsar esta industria en Chile?
Nuestra entidad no tiene como fin específico impulsar este tipo de soluciones; más bien nos dedicamos a cuidar a nuestros clientes y fomentar la relación con ellos. Nos parece que los sistemas de monitoreo satelital en Chile están bastante difundidos. En cuanto a la tasa de adopción de la tecnología GPS a nivel local, no existen datos concretos, ya que, entre otras cosas, esta industria no está regulada en esta materia. A diferencia de otros países, en Chile ni las empresas ni los particulares deben informar si tienen o no GPS en sus vehículos para poder sacar un seguro.

¿Han advertido las empresas de logística y transporte los beneficios de incorporar esta tecnología?
Claramente, la tecnología GPS permite disponer de información valiosa y oportuna, facilitando la gestión y minimizando el costo de posibles excepciones o desviaciones de la operación. Por ello, si bien no hay cifras concretas, cada vez más las medianas y grandes empresas han ido incorporando mayores niveles de control de los usuarios y de los productos que se transportan, ya que finalmente esto se traduce en disminución de los costos no deseables, pero más importante aún, en un mejor servicio para el cliente final.

¿Cuál es la aplicación más demandada de la tecnología GPS? Por lo general, los sistemas relativos al posicionamiento del móvil son los más requeridos. Es decir, aquellos que entregan datos sobre dónde está ubicado un vehículo y en qué momento preciso. Además, se trata de aplicaciones que ofrecen reportes tradicionales como kilómetros recorridos, detenciones y alarmas de velocidad, entre otros. Hoy en día, el cliente es muy exigente y demanda instantaneidad y calidad y eso es posible. Lo importante es que entienda que los productos van evolucionando y que invertir en tecnología de punta tiene un costo. Respecto de este punto, no debemos dejar de lado que las compañías de telecomunicaciones han ido creciendo mucho en smartphones que requieren de muchos datos, y eso no necesariamente ha ido acompañado de inversiones en antenas, lo que muchas veces perjudica la instantaneidad de la información en algunas áreas u horarios peak.