Diego Bozzano Cabral.

El alza en el valor internacional de los commodities, nos dio la posibilidad de tener fuertes ingresos relacionados con la exportación de diferentes minerales. Esto también colaboró con el aumento en los costos de transporte, aplicando mayores niveles de servicio relacionados con mejores equipos, conductores más capacitados y mejoras en tecnologías vinculadas al proceso. No obstante, ya llevamos varios meses con el precio de las materias primas cayendo, volviendo a niveles quizá más normales, aunque todavía altos, si los comparamos con los valores históricos.

Estos cambios de precios a nivel global impactan directamente sobre los costos de las compañías mineras, que buscan reducir sus costos de producción y, a su vez, generar mejoras en la productividad de sus diversas faenas. Si bien todas las mineras en Chile han avanzado en este proceso, Codelco lidera hoy esta tendencia, con un trabajo de disminución de costos que ha generado en los últimos años ahorros por cerca de US$ 1.200 millones.

Muchos de estos ahorros aplican sobre las operaciones de transporte, las que se han visto fuertemente presionadas para reducir su aporte al costo total de producción de cobre. En este sentido, se plantea un fuerte desafío para el sector del Transporte: entregar el mismo nivel de servicio ya logrado, pero a menores costos, y sobre todo, mantener un fuerte desempeño en políticas de Seguridad, Salud y Medio Ambiente, uno de los escollos más fuertes que han enfrentado las faenas mineras para poder funcionar, sobre todo en su relacionamiento con las comunidades.

Si bien aparecen nuevas tecnologías para aplicar mayores y mejores niveles de control, la gestión de control no es algo nuevo, existiendo una serie de políticas que ayudan a mantener un nivel de costos adecuado. En este sentido, es crítico mantener la cercanía entre la Supervisión con los operadores de los equipos de transporte (ya sean conductores profesionales, cargadores o equipos de Planificación).

En muchos casos, se realizan planes de trabajo o se implementan procedimientos de transporte que, en su aplicación, no son controlados. Los avances tecnológicos permiten realizar controles en línea y remotos, que generan ahorros en presencia dentro de las operaciones mineras y permiten controlar un alto nivel de operaciones con un reducido número de personas. La aplicación de estas tecnologías, sumada a una gestión basada en alarmas, que permita priorizar los recursos hacia aquellas situaciones que así lo requieren, es actualmente una obligación para las empresas de transporte, ya que mantener personal adicional en terreno es uno de los ítems que habitualmente suman (y mucho) dentro de los costos de operación.

Adicionalmente, el emplear estas nuevas tecnologías para eficientar el uso de recursos críticos, como el combustible, también es una opción viable para las empresas que transportan los productos hacia las operaciones mineras. En ese sentido, se puede instalar un sistema de telemetría sobre los motores de los equipos o incluso conectarse directamente con los computadores a bordo (OBD, On-Board Diagnostics) que vienen instalados de fábrica en los equipos de transporte. Un análisis posterior de los datos, puede colaborar fuertemente con una correcta calibración de los motores, generando un menor consumo de combustible, permitiendo efectuar los procesos de mantenimiento en el momento justo, generando mejoras no solo en los costos, sino también en la disponibilidad de esos equipos.

Hoy en día, las auditorías administrativas, son muy importantes para verificar el cumplimiento de los procesos establecidos, ya sea por la empresa de transporte o por su mandante. Es habitual el movimiento constante de personal desde las oficinas centrales hacia las operaciones en terreno para llevar a cabo estas auditorías, pero en la actualidad hay diversas opciones para la gestión de esta documentación en línea, incluyendo las notificaciones online con respecto a la carga o no de los documentos requeridos. Esta posibilidad de realizar auditorías con respecto al cumplimiento de los procesos desde una oficina central, en vez del constante viaje de control a las faenas, también colabora con una reducción de costos.

Como podemos observar, el control de gestión sigue siendo un aspecto clave de las operaciones de transporte, sin embargo, lo que debemos tender a modificar es el método que aplicamos para realizarlo, buscando reemplazar procesos presenciales o en terreno (que suman costos en movilización y personal), por otros realizados de forma remota, estableciendo procedimientos de retroalimentación sobre la operación en terreno, pero manteniendo allí un staff mínimo que nos ayude en la reducción de costos.

En el mundo, se está tendiendo a fortalecer el trabajo colaborativo entre las empresas B2B que mantienen relaciones Cliente/Proveedor, y en nuestro país es tremendamente necesario avanzar en esa tendencia, pues abre grandes posibilidades de generar optimizaciones en servicios de mantenimiento, aprovisionamiento de combustibles/ lubricantes, contratación y mantenimiento de recursos humanos, y servicios administrativos.

Tradicionalmente, al comenzar una operación fuera de la zona de influencia de sus oficinas centrales, estas empresas de transporte buscan replicar su estructura organizativa, o al menos generar un apéndice de esta. Para ello, se efectúa el arriendo de una base operativa, la contratación de personal, la adquisición de equipos de soporte (como camionetas u otros equipos), etc., generando una estructura de supervisión independiente.

Dicha estructura representa un aporte muy importante al costo fijo de esta operación, por lo que hoy en día varias organizaciones están privilegiando la opción de trabajar colaborativamente con sus proveedores, quienes pueden ofrecer, no solo sus productos, sino también servicios de mantenimiento que permitan generar ahorros en la construcción de esta estructura adicional. Para ello, debemos buscar generar procesos de negociación tipo “win/ win”, que nos permitan generar ahorros en nuestra estructura de costos fijos, pero también le permitan a nuestro proveedor asegurar plazos de prestación de servicios que colaboren con su estabilidad y rentabilidad.