Problemas en el abastecimiento de combustibles", fue la explicación de las aerolíneas LAN, PAL y American detrás de la suspensión y reprogramación de algunos de sus vuelos, así como la inclusión de algunas escalas técnicas en sus trayectos. A través de un comunicado, Copec, empresa responsable del suministro, afirmó que esta situación se debería principalmente a que el mayor consumo de combustible "JET-A1", que normalmente se produce en esta época del año, superó los rangos estimados para el terminal de Santiago, lo que se acentuó a partir de la última semana de noviembre.

Aparte de las medidas ya mencionadas (escalas técnicas en otros aeropuertos, reprogramación de vuelos e importación marítima de combustible), se anunciaron otras como el traslado de combustible vía terrestre desde aeropuertos regionales y argentinos. El conjunto de estas medidas, según declaró Copec en un comunicado de prensa, lograría que "durante este período hasta el 23 de diciembre, la restricción de suministro no superaría el 20% de la demanda total del aeropuerto. Con ello, se reducirán significativamente los problemas derivados de esta coyuntura".

Según este documento, pese a un alza en el consumo europeo (que ha dejado poco margen en los stocks de las refinerías internacionales), la empresa logró asegurar nuevas importaciones que llegarían al país vía marítima cerca del 24 de diciembre. De acuerdo al comunicado, la empresa cree que este nuevo suministro "permitirá normalizar el abastecimiento y superar los problemas en el servicio que las compañías aéreas han debido afrontar en los últimos días".

Críticas de la industria

Para los principales actores de la industria logística y del transporte aéreo, este desabastecimiento de combustible complicó especialmente a los clientes que no pudieron enviar a tiempo su carga a los respectivos destinos o, al menos, que vieron retrasados esos envíos. En este sentido, para Neil Taylor, Presidente del Directorio de ALOG Chile, "los más afectados son las empresas que ofrecen servicios de transporte aéreo de carga, porque son la cara visible ante los clientes que no tienen por qué enterarse de los problemas ajenos a ellos que pudieren retrasar la carga. Además, no se entiende que ocurran estos problemas con el suministro de combustibles, cuando es sabido que en esta época hay un incremento de la demanda".

Consultado con respecto a los efectos sobre esta situación en los envíos de transporte express, Luis Miranda, Gerente General de la Asociación de Transporte Expreso (ATREX Chile) respondió que "si bien en general, nuestros asociados pudieron manejar la situación en general, el impacto no es menor por cuanto no sólo afecta el servicio comprometido con nuestros clientes, sino que también los indicadores de calidad bajo los cuales opera nuestra industria".

Una postura similar exhibió en una carta publicada por diversos medios de comunicación a la empresa distribuidora la Asociación Chilena de Líneas Aéreas, A.G. (ACHILA). En esta misiva, Italo Guerinoni, Presidente de la asociación, criticó "la falta de un plan de contingencia efectivo para combatir este acontecimiento, y la falta de acuerdos de cooperación entre las empresas de su rubro para auxiliar, en este caso, a su compañía".

A juicio del dirigente, este hecho es de una "absoluta gravedad" por todas las consecuencias negativas que conlleva, "tanto a nivel país (daños comerciales y de imagen), como a nivel de las compañías aéreas, las que al no poder prestar el servicio de transporte, quedan como incumplidoras frente a todos sus clientes, pasajeros y cargadores".

Para Jorge Fierro, el Presidente de la Federación de Trabajadores del Petróleo, Fenatrapech, Copec es la única responsable del problema, afirmando que dicha compañía "compra en el extranjero y no a ENAP, especulando a su antojo y produciendo estos problemas".

Por su parte, la Superintendencia de Electricidad y Combustibles aclaró que, a diferencia de lo que ocurre con la electricidad, la normativa actual no establece obligatoriedad de continuidad de suministro de combustibles. Sin embargo, el Superintendente de la SEC, Luis Avila Bravo, señaló que "estamos muy preocupados de esta situación y, por lo mismo, hemos oficiado a Copec para que, junto con entregarnos la información respecto de sus niveles de stock y demanda real, nos indique las causas de este desabastecimiento y las medidas que está adoptando para superar este problema".

Consecuencias futuras

Según Neil Taylor, esta situación no debería tener efectos negativos a mediano y largo plazo. "Asumimos que se trató de un problema puntual originado en la falta de previsión y en la inexistencia de un plan de contingencia adecuado, y esperamos que esta situación no tenga consecuencias permanentes respecto a la confiabilidad de los servicios de transporte aéreo. Es más, confiamos en que lo sucedido servirá de experiencia para que no vuelva a ocurrir nunca más, estableciéndose un plan de contingencia que evite que se repitan estos problemas", aseveró.

Sin embargo, para el Presidente del Directorio de ALOG Chile, una situación como la vivida en el Aeropuerto de Santiago, provoca una "preocupación mayor dentro de la industria", pues de haberse agudizado el problema, "pudo haber afectado fuertemente la imagen de las empresas que brindan los servicios de transporte de carga, ya sean las propias líneas aéreas como los intermediarios (Freight Forwarders)".

A futuro, el dirigente descartó la posibilidad de un eventual aumento en las tarifas del transporte aéreo debido a la falta de combustible. "Creemos que no debiera ser un factor relevante, al menos por ahora", declaró.

En este sentido, Taylor hizo un llamado a ENAP y al Gobierno a tomar un papel más relevante en la fiscalización de estos hechos, "ya que provocan un daño al comercio exterior y a la imagen del país en el extranjero", agregó.

"Lamentablemente, algo que se daba por hecho, como es el suministro de combustible para los aviones, deberá ser un tema que se converse entre todos los entes involucrados, especialmente en los períodos en que se estima un aumento en la demanda de transporte de carga y de pasajeros y, por ende, en el número de vuelos. La industria no puede darse el lujo de que se repita una situación similar", concluyó.