Almacenamiento y Transporte de Cargas Peligrosas

El almacenamiento y transporte de cargas peligrosas es parte fundamental de muchas empresas, por lo que su logística debe adecuarse a las normativas y exigencias que rigen el manejo de este tipo de elementos. Actualmente en Chile, compañías expedidoras de sustancias peligrosas, centros de distribución, transportistas, operadores logísticos, entre otros, están muy conscientes de las medidas que deben tomar en sus procesos, y gracias a ese profesionalismo, el desarrollo en esta materia ha avanzado, con una tendencia a seguir consolidándose. A pesar de esta situación, aún hay cosas pendientes. Expertos en este rubro aseguran que la recomendación principal va por el lado de la prevención.

Las cargas peligrosas son aquellas sustancias que, por su naturaleza, producen o pueden generar daños a la salud e instalaciones, maquinarias, edificios, etc. Por dicha razón, para el almacenamiento y especialmente para el transporte de estas sustancias, el marco regulatorio de nuestro país acoge las recomendaciones de Naciones Unidas para su clasificación, la que se ratifica en la NCh 382, que acaba de actualizarse. En este aspecto, Sergio Barrientos Henríquez, Sub Gerente Operaciones de Asiquim A.G., explica que “a pesar de que esta norma está basada en las recomendaciones de la ONU para la clasificación de peligros para el transporte, es usada para la mayoría de los reglamentos que regulan el ciclo de vida de este tipo de productos en Chile”. El transporte de cargas peligrosas está regulado por el DS N°298, del Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones, indicando. que durante las operaciones de carga, transporte, descarga, transbordo y limpieza, los vehículos deberán portar los rótulos a que se refiere la Norma Chilena Oficial NCh 2190.Of93, los que identifican la naturaleza de la carga y deberán ser fácilmente visibles por personas situadas al frente, atrás o a los costados de los vehículos. En tanto, el almacenamiento de estas sustancias está regulado por el Decreto Supremo N° 78, del Ministerio de Salud que aprueba el Reglamento de Almacenamiento de Sustancias Peligrosas y en particular su control y fiscalización, que le corresponde directamente a dicha repartición a través de sus secretarías regionales, con el objetivo de velar por la salud ocupacional de las personas que trabajan en dichos recintos. Normativas y prevención Consultado sobre si las normativas existentes en este ámbito son suficientes, Rodrigo Orellana, Académico de Logística y Comercio Exterior de Duoc UC, indica que “existen diversos decretos y parámetros de entidades públicas e internacionales, pero el principal problema es que esta información, que es sumamente valiosa, está dispersa y no concentrada en un solo punto, por lo que es necesario asesorarse con respecto a ellas para evitar no cumplir con algún decreto por desconocimiento”. Asimismo, es importante aclarar, afirman desde el Area de Prevención de Riesgos de Inacap, que “cada país tiene sus propias normas en cuanto a transporte de sustancias peligrosas y su respectivo almacenamiento, y normalmente para exportar productos de esta índole, es necesario conocer las disposiciones legales del país al que uno desea exportar y cumplirlas en detalle sus protocolos”. En Chile, el Instituto Nacional de Normalización (INN) está permanentemente cotejando y actualizando los procesos productivos en el contexto internacional. “Debido a esta situación, los socios de la comunidad internacional, nos ven como un país serio y garante de sus compromisos, al proporcionar productos que cumplen en calidad y protección del medioambiente”, agregan desde la casa de estudios. Al mismo tiempo, Manuel Lorca Guzmán, Docente del Area de Procesos Industriales de Inacap Santiago Sur, dice que “en general, las empresas, con el paso de los años, tienen más asimilados los conceptos de prevención de riesgos laborales, y tienden a establecer procesos de control preventivo que permiten la disminución de la incidencia en los accidentes donde se involucren cargas peligrosas”. En este mismo tema, Rodrigo Orellana de Duoc UC, menciona que “el etiquetado y rotulado de las mercancías, viene a ayudar a esta conciencia de peligrosidad, como en el caso de las sustancias venenosas que exhiben una calavera y provoca una cautela al momento de manipularla”. Finalmente, el docente de Inacap expresa que “hoy en día, en los procesos de inducción a los trabajadores nuevos de las empresas se entrega información acerca de los riesgos que entraña el manejo de cargas peligrosas. Para reforzar estos conocimientos, también se aplican charlas y entrenamientos que permiten mantener familiarizado al trabajador con los riesgos de su entorno y, de esa manera, se evita que la costumbre les haga perder el respeto a este tipo de cargas”. Buenas prácticas La recomendación principal va por el lado de la prevención: “Es importante destacar que en general uno podría clasificar muchas cosas como sustancias peligrosas, pero la peligrosidad y el riesgo están en la concentración y en el almacenamiento, por lo que es muy importante informarse muy bien de la operación de la sustancia en cuestión antes de asumir roles”, explica Rodrigo Orellana. En este sentido, añade Barrientos y según la experiencia de su gremio, “para el almacenamiento y transporte de sustancias peligrosas, la industria química desarrolló los códigos de Conducta Responsable, de Distribución y Transporte, que hoy son recogidos en el Sistema de Gestión de Conducta Responsable, por lo que sus prácticas van más allá de la ley en lo que a estas materias se refieren”. No obstante, y dado que el transporte tiene una tasa de accidentes mayor que las instalaciones productivas, Asiquim desarrolló el 2006 un sistema de gestión para la seguridad en el transporte de sustancias peligrosas denominado SHTC (Sistema de Homologación del Transporte Carretero), el que es un compendio de más de 500 buenas prácticas basadas en el SQAS de la industria química europea, y que son auditadas por casas certificadoras.