La cadena de valor de la industria de confites y chocolatería considera la industria auxiliar de maquinaria y tecnologías para la fabricación, elaboración y envasado de productos de confitería, incluyendo moldes para nuevas formas de productos, además de los equipos para procesar las materias primas y otros componentes como colorantes y aditivos, sin dejar de lado la seguridad alimentaria o la gestión de calidad. Así, este mercado integra un amplio rango de áreas, las que conjuntamente permiten ofrecer productos de calidad y buena presentación.

Equipos y maquinaria

Envase para Cadbury. Tubos plegadizos optimizan descarte y distribución.

Entre las empresas fabricantes, existe una tendencia hacia tecnologías, equipos y maquinaria más complejas, en dimensiones industriales. Los grandes fabricantes apuestan a presentaciones más exclusivas incorporando una decoración más sofisticada, a fin de evitar la copia de productos, especialmente durante ocasiones como el Día de los Enamorados, Semana Santa, Días del Niño y de la Madre, en las cuales se generan aumentos importantes en las ventas.

Esto implica una técnica de mando más completa en los grandes sistemas de moldeado de los productos, consiguiendo mayor variedad y detalles en las presentaciones. Con ello, también aumenta la importancia de períodos de recambio de las herramientas cada vez más cortos, logrando incrementar la flexibilidad para efectuar variaciones en los productos, lo que también dificulta la falsificación, especialmente de las grandes marcas de confitería.

Esta evolución se refleja tanto en las instalaciones de envasado como en las empresas que ofrecen medios para envasar, donde es importante poder efectuar cambios rápidos para ofrecer envases diferenciados en menores tiempos, dificultando las imitaciones. Para los productores de menor escala, la originalidad y exclusividad de las formas también es un valor agregado asociado a su marca, que debe resguardarse.

Barra de chocolate Wiimote. Envase transparente para un producto táctil, creado por Digital Chocolates, replicando las tendencias digitales.

El producto entra por la vista

Para el consumidor, el producto entra primero por la vista. Por lo tanto, especialmente en confitería, las formas son uno de los principales atractivos. Ello obliga a poner énfasis en la variación tanto de los productos como de sus envases, agregando a ello que estos productos incrementan sus ventas con motivo de fechas en que se compran como regalos, tales como Pascua de Resurrección, donde los referentes a huevos y conejos son íconos, así como los corazones y flores lo son para los Días de los Enamorados o de la Madre.

Sin embargo, factores como un estilo de vida sano y la sustentabilidad adquieren cada vez más relevancia en el mercado de la confitería y chocolatería. Hoy se habla del "food design", o diseño de alimentos, y en particular, de aspectos que impactan el consumo de estos productos buscando incrementar sus ventas, cuando las campañas por las comidas saludables, la obesidad, la diabetes, entre otras tendencias, no son de lo más favorable para esta dulce tentación.

Los monomateriales facilitan el manejo post-consumo, mientras que la transparencia aporta a un impacto multisensorial. Producto: Fox’s Confectionery en frasco PET de alta claridad, para la venta del producto a granel de Glacier Mints y Glacier Fruits. jobwerx.com

El diseño de alimentos toma en cuenta no sólo nuevos ingredientes "clean label" (del inglés "etiqueta limpia", productos procedentes de materias primas naturales), sino también considera su presentación, forma, color, textura y aroma; es decir, aspectos sensoriales. Es justamente aquí donde se están enfocando los estudios para definir los confites y sus nuevas presentaciones. Hoy se analiza al consumidor bajo nuevos parámetros, y estos resultados se incorporan tanto a ingredientes como a los envases.

Envases multisensoriales

De acuerdo a los más recientes estudios realizados con el objetivo de entender las tendencias de mercado y preferencias de los consumidores, las percepciones sensoriales incrementan la intención de compra; sin embargo, los estudios acentúan el factor "multisensorial".

Es decir, la nueva propulsora del mercado se define como una variable mixta que considera la suma de experiencias sensoriales provocadas por el producto desde su primer impacto visual y táctil, producido por el envase en el punto de venta, pasando por su manipulación, apertura, acceso al producto que se degusta y come, y por ende, se toca con la mano, la boca, las papilas gustativas y el olfato, hasta que se bota su envolvente… con un ruido y gesto particular que puede generar un registro único en el consumidor, asociado exclusivamente a un producto y marca.

El cartón corrugado y cartulina son un excelente monomaterial para displays que optimizan la cadena de distribución. Kit Kat, Nestlé.

Envases más sustentables

Hace dos años, tanto Nestlé como Cad-bury adoptaron un enfoque sustentable para sus productos navideños. Una de las medidas fue reemplazar los envases compuestos por bandejas plásticas termoformadas y de cartulina, por un monomaterial más liviano. Entre las ventajas de este cambio, se destaca que el material de empaque podía reciclarse más fácilmente, sin separación al descartarse, y con menores costos de transporte, al reducirse el gramaje de la cartulina. Ello significó un rediseño de las estructuras de los envases para proteger los productos adecuadamente.

Otro caso que apela a los sentidos, y emplea menos material de envase, es la barra de chocolate (foto superior), con envolvente transparente; esto exige un film barrera especial que asegure la vida útil del chocolate para retener sus cualidades organolépticas.

De esta manera, el desarrollo de la tecnología y diseño de materiales y nuevos formatos buscan dar solución a los requerimientos de los consumidores y diferenciación de marcas.