En América Latina, Chile lidera la actividad logística en sectores como el retail. Como consecuencia de ese desarrollo, es el país donde la consultoría logística ha crecido de manera más significativa, dejando en claro que su rol es vital e irremplazable en el éxito de la operación de un centro de distribución. Porque, como señala Patricio Berstein, ni siquiera el empresario más experto en su negocio puede sustraerse y mirarlo desde afuera con completa objetividad. "Es necesario que ese análisis lo haga un especialista externo, que sea capaz de identificar su problemática y le diga cómo mejorar", recalca.
Para este 2012, se espera la entrada en operación de nuevos centros de distribución, orientados a mercados como el de alimentos y bebidas, y de producción y distribución de bienes, como calzados y prendas de vestir. "Esto, producto de las exigencias de los grandes supermercados, que piden a sus proveedores estándares de entrega superiores; y del mercado en general, marcado por una alta competencia, donde los márgenes de utilidades son cada vez más estrechos", afirma.
Análisis de los datos: La primera gran tarea
Centrarse en el estudio de los datos es la primera ocupación de un consultor logístico. Saber qué productos entran y salen hacia y desde un centro de distribución, dónde se compran y en qué volumen lo hacen, son las primeras preguntas por resolver. Este proceso -que puede tomar semanas e incluso meses- debe trabajarse conjuntamente con el cliente para establecer un consenso de la información respecto a su negocio: qué productos mueve, en qué cantidades, qué valor agregado debe darle a cada uno en el centro de distribución y a qué canales los despacha.
Luego de este análisis, es preciso cuantificar la información y clasificar los productos en cuanto a su forma de manipulación. Dependiendo de los resultados obtenidos, se agrupan los SKU según el tipo de manipulación que requieren y, a partir de esos datos, comienza el diseño del interior del centro de distribución. "Inmediatamente a esto, se definen qué elementos son necesarios para almacenar, manipular y despachar. Por ejemplo, si son grandes volúmenes es posible que se justifique el uso de clasificadores automáticos, mientras que si son pequeños quizás baste con hacerlo de forma manual", detalla el especialista.
Teniendo un completo detalle de cómo opera la dinámica logística de cada cliente, es posible determinar las dimensiones físicas ideales del centro de
distribución: cuántos metros cuadrados tiene que tener, qué equipamiento requiere y cómo será su operación.
Posteriormente, se definen los requerimientos de sistema, que incluye la tecnología necesaria para el trabajo operativo -RFID, sistemas de picking- y de administración, denominados de manera estándar como WMS. "Lo importante es entender que no se parte por el sistema, sino al revés. Los datos definen el diseño físico de un centro de distribución, y su tipo de operación la tecnología necesaria", recalca.
Cultura logística, el otro gran desafío
El cambio de una instalación pequeña a una de mayor superficie, y de la operación manual a la automática, requiere de la adaptación de los integrantes del equipo logístico a estas nuevas realidades. En otras palabras, la administración del cambio es un proceso tanto o más importante que los que lo anteceden, y es fundamental prestarle la atención que merece. De acuerdo a la opinión de Patricio Berstein, además de ayudar al cliente a transitar desde su operación actual a una nueva y acompañarlo en el proceso de preparar a su personal, es necesario apoyar al cliente en el tiempo, de manera de ajustar la solución desarrollada a los cambios que en el camino pueden impactar a su modelo de negocio.
El tiempo que toma este proceso depende de la calidad de la información de que disponga la empresa, pero tradicionalmente puede tardar entre dos y seis meses. Durante este período, trabajar en estrecha relación con el cliente es una garantía para el éxito del proyecto, porque nadie sabe más de logística que un consultor experto, y ningún ejecutivo conoce mejor su negocio que quienes lo dirigen. Tomarse el tiempo necesario es otro aspecto clave, según el Gerente General de AISL (SDI Group), porque sólo en base a un trabajo detallado es posible llegar a un consenso total, para lograr que el centro de distribución que sueñan, sea el que finalmente se construya.
