En la actualidad, la participación de vehículos comerciales y camiones chinos alcanza un porcentaje importante de marketshare. Según el último informe de la Asociación Nacional Automotriz de Chile (ANAC), correspondiente a marzo de 2013, los vehículos comerciales livianos chinos cuentan con un 34% de participación de mercado, mientras que los camiones lograron un 22%, superando a los demás orígenes en ambos nichos. “Estos últimos tienen una buena participación en el mercado total de camiones, obteniendo el segundo lugar (tras Brasil). Esto se explica principalmente por las ventas de camiones livianos, de los cuales el 56% proviene de dicho país”, explica Gustavo Castellanos, Secretario General de ANAC.

A juicio del ejecutivo de la asociación gremial, este crecimiento se debe en parte a que “las variaciones en los orígenes de los vehículos se dan principalmente por las ventajas competitivas en producción que los países ofrecen a las marcas y la competitividad del tipo de cambio. En el caso de los vehículos y camiones chinos, éstos cumplen con toda la normativa nacional de seguridad y emisiones, y en general, tienen precios muy competitivos para el mercado local”.
 

Tecnología de vanguardia

En comparación con marcas de mayor trayectoria en el mercado nacional, Alvaro Díaz San Martín, Ingeniero en Mecánica y Docente de DuocUC, deduce que “por su notoria presencia, cada vez más común en las calles, teniendo en cuenta de que no existen antecedentes previos sobre la sustentabilidad en el área del transporte, los vehículos y camiones chinos se han establecido con éxito, y que esa primera impresión que relacionaba el bajo costo de las unidades con mala calidad, está cambiando radicalmente con el paso del tiempo”, afirma.

Por su parte, Rodrigo Brito, Asesor del Area Mecánica de Inacap, explica que estas compañías de este país cada vez integran más y mejor tecnología al momento de diseñar y construir vehículos, por lo que la tendencia es fabricar productos con mejores estándares de calidad. Asimismo, enfatiza la importancia que tienen las mantenciones preventivas en servicios técnicos autorizados, el cambio y reemplazo de componentes, la mantención de diferentes sistemas del vehículo y la conducción responsable, en el buen funcionamiento de un vehículo o camión. “Para evitar problemas en el correcto funcionamiento de un vehículo automotriz, se deben tomar en cuenta todos estos factores, independientemente de la procedencia del vehículo”, recalca.

Similarmente, Díaz opina que “generalmente no hay vehículos de mala calidad; sólo mantenimientos preventivos y/o predictivos no realizados, que se traducen en averías más complejas que, a su vez, disminuyen la vida útil del vehículo”.

Cabe destacar que los vehículos y camiones chinos cumplen con las normas de emisiones observadas en Chile y con el estándar Euro IV. Por esta razón, los fabricantes asiáticos invierten grandes recursos en I+D para mantenerse al ritmo de los mercados desarrollados, que exigen modelos con un alto componente tecnológico y de respeto al medioambiente.

Además, están realizando innovaciones en los diseños exteriores, así como implementando interiores con terminaciones de alto estándar y nuevas configuraciones para diferentes aplicaciones.


Una opción para el área logística

El actual precio de los vehículos y camiones chinos es su principal ventaja competitiva. Díaz, de DuocUC, afirma que “hay una gran ventaja en cuanto a costo, ya que se pueden adquirir alrededor de cuatro vehículos chinos por el precio de tres de otra procedencia”. Según el especialista, otras ventajas de estos vehículos son su menor peso: “Son vehículos más livianos, lo que se traduce en una mayor capacidad de carga, evitando los partes por romana (debido al exceso de peso), y resultan más fáciles de operar, lo que favorece a los clientes en relación a los costos de capacitación de conductores”.

Coincidiendo con lo anterior, Brito, de Inacap, sostiene además que “los productos chinos hoy tienen niveles de equipamiento, tanto en el ámbito del confort como en el de la seguridad activa y pasiva, muy similares a los que poseen camiones fabricados en otros países, como Alemania, Brasil y Japón, entre otros, con costos de mantención más bajos, lo que redunda en un menor costo por kilómetro, beneficio que convierte al negocio del transporte en un negocio rentable”.