Las góndolas de comidas listas para servirse con preparaciones gourmet se encuentran en nuevos canales de distribución como tiendas de especialidades. Milano. Foto: Loreto Valdés

En el sector de Alimentos, las categorías más favorecidas con las tecnologías de preparación de alimentos y envases son los Congelados, los alimentos listos para comer (o “Ready Meals”), y la categoría “Meal Replacement” (ver gráfico), siendo estas últimas dependientes de la cadena de frío para su conservación y efectividad de su vida útil. Este tipo de consumo se ha visto potenciado por el creciente número de consumidores enfocados en la conveniencia; el mayor porcentaje de mujeres que trabajan y desean aprovechar su tiempo libre a otras labores no dedicadas a la preparación de comidas; al aumento de los hogares unipersonales y de viviendas con menor espacio disponible para almacenar ingredientes.

Sumado a ello, la mayoría de estos formatos de alimentos refrigerados o congelados aprovechan a envasarse en porciones multi-uso, es decir, que pueden llevarse como platos o bandejas directamente al microondas u horno convencional, o a la olla, sin sacarse del envase, para luego usarse como platos y descartarse. Se reduce así también el tiempo y materiales destinados a lavado de utensilios y vajilla.

Por otra parte, el auge de los gourmets y “premiumización” en Latinoamérica, se presta para esta categoría de preparaciones, aprovechando el valor agregado de la conveniencia entregada por los procesos y envases y el mayor ingreso disponible de nuevos segmentos de consumidores, como de aquellos dispuestos a reinvertir la menor ayuda doméstica, en platos listos para comer.
 

Pastas frescas dependen del envasado en plásticos con atmósferas especiales y de la cadena de frío. Foto: Loreto Valdés.

Canales de distribución

Los canales de distribución son el aliado esencial de las cadenas de frío para cualquier preparación de alimentos, productos farmacéuticos u otros que dependan del frío para su conservación. Unido a la conveniencia, los nuevos canales de llegada al consumidor se encuentran cada vez más al paso, fuera de las grandes tiendas y en locales de marcas propias o asociadas, por ejemplo, a las distribuidoras de combustible y en los nuevos strip centers. Estos tienen requerimientos de equipamiento de frío confiable y de control de temperatura, cuyo manejo asegure y evidencie la continuidad de la cadena de frío sin interrupciones, así como de soporte técnico fiable.

Los puntos de venta de comidas listas para comer o de fácil preparación aumentan en el retail nacional. Marcas como Genial Foods y PF cuentan con pizzas y platos caseros listos para calentar y comer desde el mismo envase y dependen de mobiliario refrigerado para su conservación. Foto: Loreto Valdés.

Lo mismo sucede con los vehículos de transporte: Estos deben contar con un estricto control de mantención de temperaturas estables y continuas en todo el trayecto de distribución de mercancías sujetas a la cadena de frío. El monitoreo de la temperatura en los vehículos se ha incorporado para controlar en línea este factor y reducir la dependencia de la información de manejo de temperaturas sólo en los lugares de destino, sin un control real de su efectividad durante el transporte. Lo mismo aplica a los containers o unidades mayores de carga, por ejemplo, aérea, diseñada para cumplir con volúmenes mayores de carga para la industria de la salud o de alimentación en los aviones. Los tiempos críticos de éstos deben también considerar los períodos de espera y de trasbordo, como el tiempo en proceso de aduanas bajo estrictos parámetros de temperatura.

Daily Fresh entrega miles de sándwiches frescos a diario en todo el país incluyendo faenas mineras en altura y son altamente dependientes de la cadena de frío.

En este sentido, el envase pasa a ser el más posible “acusete” como medio para informar de quiebres en las cadenas de frío desde el envasado del productos hasta su destino final, pues es el factor común que se manipula protegiendo el contenido. Sin embargo, hasta ahora, no existían métodos activos que registraran los cambios de temperaturas. En efecto, ni la rotulación ni fechas de vencimiento registran la ruptura de una cadena de frío, y en general, los materiales tampoco lo evidencian. En otras palabras, se puede comprar un producto con buena presencia, pero que esté en proceso de descomposición por dicho efecto (por ejemplo, si el camión de transporte apagó el motor un rato y se detuvo, cortándose el suministro de energía alimentador del sistema de frío).

El desarrollo de nanotecnologías y nanomateriales, aplicados a materiales de envases y etiquetas, como de componentes inteligentes y activos, se están aplicando en envases con esta finalidad. En particular se incorporan a materiales plásticos, que además tienen mayor resistencia al frío y condensación. Estos pueden percibir los cambios de temperatura, y los registran a la vista del consumidor. Al estar incorporados al envase, no están sujetos a que sean alterados o eliminados por terceros. Así, conveniencia y tecnología son los mejores aliados de los consumidores, siempre y cuando la cadena de frio se mantenga, abriendo importantes oportunidades para esta industria.