¿Qué necesidades de aislación tienen bodegas y/o centros de distribución?
La aislación térmica en bodegas y centros de distribución debe responder a los requerimientos de cada caso en particular. Estos requerimientos están relacionados, principalmente, con las características del producto almacenado, el confort térmico que se quiera lograr al interior de la edificación, y el ahorro energético en calefacción o refrigeración en su operación.

Un ejemplo de lo anterior, que demuestra la diversidad de soluciones que se pueden necesitar, se da en el caso de las diferentes demandas de aislación térmica que puede tener una bodega de frutas -en la que muchas veces se requiere de un ambiente controlado o refrigerado para mantener las propiedades de ésta- y una bodega de muebles o materiales de construcción.

¿Cuáles son los beneficios de aislar estas instalaciones?
Los beneficios de la aislación térmica son: confort térmico para las personas, en el caso de centros de distribución; una adecuada protección de los productos, al interior de las bodegas; y ahorro energético para lograr las condiciones térmicas requeridas para el almacenaje de los productos.

¿Qué se debe tener en cuenta al elegir una bodega?
En este sentido, se debe tener en consideración que muchas bodegas son construidas con fines generales, sin ser diseñadas para un producto específico, por lo que al contratar el bodegaje es de gran importancia verificar las características térmicas de éste y su compatibilidad con el producto a almacenar. Por otra parte, es recomendable la instalación de aislación térmica en techumbres para evitar la condensación y, por lo tanto, el posible daño de los productos almacenados.

¿Existen normas que regulen este tema?
La normativa vigente obligatoria apunta fundamentalmente al acondicionamiento térmico de viviendas (artículo 4.1.10 de la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones). Por otra parte, la NCh853.Of2007 “Acondicionamiento térmico - Envolvente térmica de edificio - Cálculo de resistencias y transmitancias térmicas”, establece los procedimientos de cálculo para determinar las resistencias y transmitancias térmicas de elementos constructivos, en particular los de la envolvente térmica, tales como muros perimetrales, complejos de techumbres y pisos y, en general, de cualquier otro elemento que separe ambientes de temperaturas distintas. Cabe destacar que la aplicación de esta normativa para el caso de edificaciones que no sean vivienda no es obligatoria.

¿Qué otros estándares se deberían seguir?
Además, se deben considerar las normativas existentes o recomendaciones del fabricante de los productos en relación con las condiciones térmicas interiores de los recintos. Por ejemplo, el almacenamiento de chocolates se debe llevar a cabo en áreas que posean las siguientes características: libres de todo tipo de olores, bien ventiladas, con una temperatura de 18 a 20ºC, una humedad relativa menor al 50%, alejado de las paredes y los pisos, así como también de la luz solar. Otro caso relevante son los frigoríficos, en los que la aislación es parte importante del proyecto para su óptimo funcionamiento y sus requerimientos se encuentran reglamentados.