Uno de las desmitificaciones que hace su libro es que Logística y Supply Chain Management no son lo mismo…
Ocurre que los procesos logísticos son muy importantes dentro de la gestión de la cadena de suministros, pero el concepto de Supply Chain Management es más amplio. Tiene que ver con mover un producto de origen a destino y con desarrollar nuevos productos, proveedores e interfaces entre clientes. Por decirlo de otro modo, es más gerencial, cambiando el enfoque hacia uno más estratégico. Actualmente, el SCM no pasa sólo por una cuestión de costos, sino por un tema de oportunidad, de llegar con los productos a tiempo hasta el cliente y de adecuar los productos no sólo en su fórmula, sino en cuanto a forma y presentación.

Considerando su experiencia internacional, ¿cómo se maneja hoy la logística en Chile?
Creo que es difícil hablar de la logística en el país. En general, no hay países competitivos sino empresas competitivas en este tema. En Chile, hay algunas que están muy avanzadas en sus procesos logísticos, entendiendo por eso que tienen bajos costos, que ofrecen un servicio de calidad al cliente y que además cuentan con la tecnología adecuada. En este grupo, principalmente, se encuentran aquéllas que están sujetas a una mayor competencia, como el sector retail. Por otra parte, otras empresas aún están muy orientadas al producto, con un enfoque de negocios más limitado.

¿Qué papel cree que juegan las Tecnologías de Información en los procesos logísticos?
Sin duda, juegan un papel muy importante porque para tener una buena logística es necesario saber cosas básicas como qué compran los clientes, en qué volúmenes y a través de qué canales de distribución. Todo ese flujo de información se conoce hoy día gracias a herramientas TI como bases de datos y aplicaciones de software. Para gestión de inventario también es vital contar con sistemas adecuados. La información permite manejar inventario y responder rápidamente a los cambios en la demanda.

¿Las TI han hecho que la cadena se vuelva más eficiente?
No necesariamente porque, a mi juicio, la tecnología no ha tenido ni el impacto ni los ahorros que se esperaban. A pesar de la inversión que las empresas han hecho en TI la productividad no ha aumentado de manera significativa, porque para que eso ocurra es necesario que los usuarios sepan utilizar la tecnología y que los procesos no sean los mismos que hace 20 años. Distintas investigaciones que he hecho desde hace 5 años midiendo la ruptura en el punto de venta -es decir, ausencia del producto en la tienda- demuestran que sigue estando en alrededor del 12% al 15%.

¿Qué factores críticos de la cadena de abastecimiento inciden en la variable "eficiencia"?
Estos pueden variar de una industria a otra, pero obviamente la cadena no es más eficiente que el eslabón más débil. Pueden ser los procesos productivos o la distribución, porque no hay un modelo logístico único. Cada empresa es un mundo distinto y en cada industria hay aspectos claves que manejar, que son distintos e independientes. Finalmente, siempre el factor clave son las personas, a pesar de las tecnologías y los procesos.

Entonces, ¿la eficiencia tiene que ver con la formación profesional?
En gran parte, y por eso su carencia pasa por la falta de gestión y liderazgo. Los profesionales logísticos están más orientados a la resolución de problemas que a la materialización de estrategias. El líder que está a cargo del tema logístico en las empresas debería tener enormes cualidades, porque trabaja en relación directa con mucha gente, gran parte de la cual, en general, es de poca educación, mal motivada y mal remunerada.

El perfil del profesional logístico tiene que caracterizarse por un fuerte liderazgo, que permita demostrar lo que el gerente sabe y su capacidad de entender el trabajo de sus subalternos, porque eso genera el respeto necesario para una adecuada relación jerárquica. Sin embargo, en todo lo demás Chile ha dado pasos muy importantes: contamos con una infraestructura de primer nivel, tanto en términos portuarios como en el área de telecomunicaciones. Lo que falta, definitivamente, son incentivos sobre la productividad para el recurso humano.