¿Dónde está puesto el énfasis en la oferta de Safe Way?
En la capacidad y flexibilidad para posicionar en el exterior grandes volúmenes de productos perecibles, con pequeño valor agregado, a un costo económicamente aceptable para el exportador y con niveles adecuados de control de temperatura, seguridad, ruta y tiempo de tránsito. Debemos estar dispuestos a movilizar y emplear gran cantidad de recursos humanos, trabajando bajo un concepto H-24, es decir, 24 horas, 7 días a la semana, 365 días del año.

Un aspecto fundamental es el hecho de controlar la cadena de frío a lo largo de todo el proceso de transporte. Hay un dicho que dice "el tiempo es dinero", en este negocio "el frío es dinero".

¿Qué dificultades le acarrea a su negocio la ubicación geográfica de Chile?
El hecho de ser Chile un país terminal y no un hub de entrada, salida y/o distribución de aeronaves y carga, ha planteado siempre un gran desafío a la industria, y a su vez permitido el desarrollo de diversas iniciativas, fortaleciendo la posibilidad de que Chile haya desarrollado y mejorado sus canales de distribución. Por ejemplo, el 50% de lo que exportamos vía aérea va a Estados Unidos y si un avión que viene de ese país pasa por otros países de posición más privilegiada -como Perú, Colombia o Argentina- perdemos la oportunidad de ocupar espacios de carga en ese vuelo, en la medida que dichos espacios sean empleados por aquellos países intermedios en la ruta hacia el Cono Sur.

¿De qué forma se subsanó este problema en el país?
Hace algunos años, los países latinoamericanos no eran fuertemente exportadores, por lo que los aviones que llegaban a esos destinos no tenían carga para consolidar en sus viajes de vuelta. Fue así como empezó el auge exportador hortofrutícola en Chile, lo que le permitió, por ejem-plo a Lan, crecer a tasas muy por so-bre los niveles de otras líneas aéreas de la Región, ya que podían traer carga hacia Latinoamérica y salir al 100% de su capacidad desde nuestro propio país. A su vez, ellos tenían el plus de que gran parte de la carga que traían eran productos que pagaban tarifas muy altas, por ser productos de alto valor agregado, lo que le permitió entregar tarifas preferen-ciales a los exportadores nacionales, incrementando así el nivel de compe-titividad y posicionamiento de nuestros productos en el exterior -como el salmón-, que pudieron entrar fuertemente en competencia con países como Noruega, primer exportador mundial.

¿Y cuál es el actual panorama?
Esta situación ha cambiado drástica-mente en la última década, ya que las crisis económicas de países como Brasil o Argentina han hecho disminuir las importaciones, lo que se ha traducido en un alza de tarifas importante y en una fuerte disminución de las exportaciones aéreas chilenas, porque el producto pasó a ser menos competitivo (32% en tres años). Si a lo anterior adicionamos los actuales costos de combustibles, el transporte aéreo de productos perecibles se está tornando cada vez más complicado y restrictivo. Por otra parte, nuestros vecinos, que antes no eran exporta-dores -Perú, Brasil o Argentina- hoy sí lo son y eso nos limita la oferta de espacio.

De todas formas, como DHL, creemos estar a la vanguardia en los avances tecnológicos de control de la red logística. Somos la única compañía que realiza sus embarques con una verdadera trazabilidad mediante la lectura de códigos de barra de to-dos nuestros clientes en el Aeropuerto Internacional de Santiago, con el fin de realizar el seguimiento de cada caja exportada hasta el destino final.