¿Qué análisis comparativo realizaría de la industria logística chilena y argentina?
En los últimos años, Argentina tuvo que adaptarse en forma muy drástica a cambios tanto a nivel político como económico, lo que produjo una variación en las reglas del juego que llevaron a que en la operación diaria se dieran situaciones "anormales" en los procesos logísticos. Por ejemplo, las ventas se redujeron a la mitad y los costos variaron de 1 a 3 de la noche a la mañana, sobretodo aquéllos que correspondían a cuotas al exterior de inversiones en dólares, lo que produjo que las inversiones se frenaran y no mantuvieran el mismo ritmo que el primer lustro de la década de los ’90. Por otra parte, el gran dinamismo en la construcción de bodegas y centros de distribución no ha ido de la mano con una inversión de sistemas y herramientas que ayuden al proceso logístico. Se minimizó el tema de la tecnología frente a la infraestructura edilicia, un grave error de elección de prioridades.

En Chile, en tanto, el desembarco de muchas empresas europeas y norteamericanas hizo que las compañías invirtieran notablemente en tecnologías aplicadas a los procesos (como WMS, radiofrecuencia, capturadores de datos, operaciones paperless, etc.), elementos que a largo plazo conllevan ahorros y eficiencias más planificadas y estables.

¿Estamos "atrasados" en relación a lo que pasa en mercados más desarrollados?
Creo que tanto Chile como Argentina están muy alineados con lo que está pasando en Estados Unidos o Europa. Si comparamos la misma operación logística realizada en esos países y los nuestros, se aprecia que se usan los mismos equipos, racks, sistemas de codificación, etc., estando la gran diferencia en que las escalas de volúmenes son mucho más altas en Europa y resisten más fácil los repagos de esas inversiones. Un WMS para mover un Centro de Distribución de 5.000 pallets por mes vale lo mismo que paga para mover 20.000 pallets al mes con la misma funcionalidad.

Además, en Europa la logística es más sencilla, ya que el respaldo financiero hace que las cadenas comerciales sean más sólidas y no estén endeudadas, provocando un flujo más constante durante el mes de entregas y no la gran concentración de fin de mes típica de esta Región, sumándole la masiva aplicación de buenas prácticas. Los flujos de transportes son más parejos y esto facilita la formación de verdaderas empresas de transportes con gran cantidad de vehículos propios, siendo muy bajo el número de fleteros individuales.

Si bien es otra forma de ver el mismo negocio, prevalece la rentabilidad de la inversión de la flota, como si fuera una máquina. Por otro lado, todos los proveedores están al alcance de la mano y los tiempos de implementación son menores, entre otras ventajas.

¿Qué análisis realizaría de la logística estructural en Chile?
Actualmente, se está viendo en Chile una fuerte inversión en infraestructura (grandes bodegas o CD), debido a que, en vista que su economía está en constante crecimiento, los inven-tarios también crecen de la misma forma, por más que mantengan sus rotaciones. Pasamos de la bodega sencilla y pequeña a instalaciones que presentan un gran crecimiento en altura y con alta tecnología.

Además, en este país las inversiones se proyectan a largo plazo. Las empresas saben que las condiciones son propicias para poder amortizar la inversión, y esto, sumado al crecimiento de las ventas, hace posible los repagos con los ahorros generados.

¿Cree que los modelos logísticos directos imperarán a futuro?
Pienso que en los próximos 10 años quedarán muy pocos intermediarios y distribuidores en la cadena, siendo el flujo directo desde el productor al consumidor final. La pregunta será si los distribuidores se convertirán en operadores logísticos o los operadores en distribuidores, ya que los productores sólo necesitarán de proveedores especialistas en llevar sus mercancías y no clientes que compren y vendan por ellos a otros más pequeños o que estén más lejos.

De todas formas, no creo que esto sea el fin de los Centros de Distribución, ya que en muchos negocios poseer stock es obligatorio y se necesitarán de igual modo. Lo que sí se puede dar es una redistribución en las superficies de los CD, destinando mayores áreas para el cross dock con flujos más parejos y menos endeudamiento en la cadena.

¿Qué opina de los actuales flujos de transporte carretero entre Chile y Argentina?
Es un tema complicado. Los mismos males que nos afectan a los argentinos a nivel interno terminan afectando a nuestros vecinos y al comercio de la Región. Hoy instauran una norma y mañana otra; son decisiones epidérmicas del gobierno de turno que afectan todas las proyecciones políticas. Por un lado, vemos una decisión tan ridícula como la de cobrar más caro por el combustible a un transportista chileno; y por otro lado, los gobiernos de ambos países están trabajando conjuntamente para poner en marcha el ferrocarril Mendoza-Los Andes.

Esto nos muestra objetivos contrapuestos, situaciones que a la larga hacen mal a las relaciones. El comercio bilateral tiene un flujo muy interesante y hay señales positivas, como la mejora de los pasos fronterizos y la optimización de las rutas internacionales, agilizando el paso de productos argentinos con destino a Asia por Valparaíso y chilenos hacia Europa por Buenos Aires, lo que incrementa mucho más los números anteriores.