La actividad logística, desde el punto de vista de los negocios, es cada día más frenética. Una investigación realizada por la Asociación Americana de Desarrollo de Productos reveló que las mejores empresas de los Estados Unidos obtienen la mitad de sus ventas a partir de nuevos productos.

Por otra parte, el ciclo de vida útil de los productos cada día se extiende más. Lo que tradicionalmente conocíamos como productos perecederos (lácteos, carnes y otros) ya no son considerados como tal y son productos más duraderos llegando, en algunos casos, a tener una vida útil más extensa que los celulares, compu-tadoras, vestimenta, etc. Actualmente, los factores que impulsan en la elección de un nuevo producto a un consumidor son la tecnología y la vigencia de los mismos en el mercado.

Esta necesidad, en el entorno de los negocios, trae implícita una actividad logística cada vez más creciente. El movimiento de las mercancías alrededor del mundo se realiza con un ritmo parecido al que tiene el flujo de la información por Internet (24 horas al día, 365 días al año) y en escala global.

Pero, falta un largo camino por recorrer para que el movimiento de mercancías fluya con tanta eficiencia y armonía como lo hace la información en la red global sin ruptura en el proceso y sin limitaciones. No obstante, cada día, la eficiencia en la cadena de abastecimiento aumenta a un ritmo sostenido.

El tiempo de entrega de los productos al mercado y las diferentes condiciones en la que deben aparecer, de acuerdo con el requerimiento de los clientes, son factores cada día más críticos y decisivos en la búsqueda de la competitividad a largo plazo en las empresas. Como también retirar los mencionados productos, cuya vigencia expira, hace que las cadenas de abastecimiento aumenten su ámbito de influencia en el mundo empresarial.

Este tipo de tendencias globales inducen a los empresarios a concentrarse cada día más en consolidar las competencias centrales de su actividad y, por consiguiente, a entregar la distribución a terceras empresas conocidas como operadores logísticos.

La estructuración de las cadenas de abastecimiento es sumamente dinámica, y en ellas el cambio permanente es la única solución, y no es solamente un problema individual de cada empresa. La complejidad de la cadena de abastecimiento hace que la colaboración sea una variante imprescindible; colaboración con aliados estratégicos, como los operadores logísticos, que pasan de operar procesos a trasformarlos; colaboración con empresas de diferentes sectores; colaboración con productos compatibles en su labor logística y colaboración entre competidores.

Para manejar estos nuevos procesos y actividades en el cambiante mundo de los negocios, apareció -no hace muchos años- el actor principal de este reality empresarial: "el logís-tico".

Antes de llegar al rol protagónico que ha adquirido en la actualidad, el logístico no aparecía en el listado de mando de las organizaciones. Se lo conocía como bodeguero, agente de tráfico, coordinador de transporte, etc., y estaba en los departamentos de comercio exterior o en cualquier dirección de la empresa en que lo pudieran acomodar.

La capacitación requerida para de-sempeñar este cargo no iba más allá de lo que hoy se le pide a un auxiliar de logística; su labor era evidentemente operacional y en algunos casos práctica, pero las actividades estratégicas no eran parte de su labor.

Hoy la historia es muy diferente, el logístico modelo siglo XXI es un personal con mucha labor académica con grados, postgrados, especializaciones, métodos analíticos, diseños de red, altas tecnologías y otras herramientas que hacen parte de su actividad diaria.

El logístico moderno es consciente que el impacto de su gestión es cada vez mayor en las organizaciones, su rol pertenece más a la órbita estratégica pero también es responsable de las actividades prácticas y operaciones, de todo lo relacionado al manejo de los inventarios y otros procesos. Pero, es paradójico que, siendo la del logístico una función de las más importantes dentro de la organización, es quizás una de las menos conocidas y comprendida por los demás integrantes de la empresa.

Como el énfasis de su trabajo es la especialización, es posible que corra el riesgo de anularse del entorno empresarial. Cuando uno se especializa y se profundiza demasiado en una actividad, se puede perder la oportunidad de interactuar con colegas de otras áreas de la empresa.

Es fundamental que haya una interacción entre el logístico y los demás integrantes de la empresa, ya que rápidamente se convierte en fuente de ganancia personal y de conjuntos de sinergia que potencian los valores.

Todos los miembros de una organización deben comprender el rol que desempeña el logístico y debe recibir el apoyo de todos, ya que se convierte en una muy buen posibilidad de ganancia colectiva para la empresa.

Tenemos que trabajar, por lo tanto, para que nuestra actividad logística sea cada vez más amigable y más comprensible por todos. De esa manera, atraeremos el mejor talento humano.