Ya en la Antigüedad el vino fue uno de los primeros productos de exportación de la humanidad. Por ejemplo, en la antigua Grecia, se utilizaban para su transporte “odres” (recipientes de cuero, generalmente de cabra, cosidos y pegados que sirven para contener líquidos), mientras que para el almacenaje se empleaban grandes ánforas llamadas “Pithoi”.

Por su parte, los etruscos también fueron grandes exportadores de vino que lo transportaban en ánforas selladas con estuco y cerradas con tapones impregnados de aceite o cera. También se cree que este pueblo fue el que llevó vino por primera vez a la Galia (la actual Francia) a mediados del siglo VII A.C., incluso antes que los griegos, e inició una economía basada en el intercambio de vino por metal que perduraría por muchos años.

Entre los años 120 y 60 A.C. se desarrolló activamente este tipo de comercio en Europa. Los vinos procedentes de Italia, de Galia y de Hispania (hoy España), se transportaban a lomo de mula de a dos ánforas por animal. También se cargaban en barcos para atravesar el Mediterráneo.

En Roma, también los vinos se exportaban en ánforas y para el transporte en los barcos se usó la “doliae” (cubas de almacenamiento), amontonadas en el centro de las naves, aumentando la capacidad de transporte.

Durante la Edad Media el vino nunca perdió su valor de bien de cambio. Por los mares occidentales surcados de piratas, los navíos mercantes zarpaban discretamente de Burdeos (Francia) o desde la desembocadura del Rhin (Alemania), rumbo a Gran Bretaña, Irlanda o más al norte todavía. Con esta resurrección del negocio, aparecieron las grandes flotas del vino: centenares de barcos iban hasta Londres o a los puertos de la Hansa (federación de ciudades del norte de Alemania). Los ríos también se convirtieron en importantes rutas comerciales: las “barricas” (barriles de roble y/o encina francesa) repletas de vino, eran pesadas y difíciles de mover, por lo que el transporte por barco resultaba el más indicado.

Hoy, la mayor parte del vino se elabora en estanques de acero inoxidable en cemento e inclusive en barriles de roble. Ya no se exporta en “barricas”, sino en botellas que van embaladas de a 6 ó 12 botellas en cajas de cartón corrugado de alta densidad. Estas cajas pueden ir “palletizadas”, es decir, apiladas sobre “pallets americanos” (de 1,0 x 1,20 mts ) o sobre “europallets” (0,80 x 1,20 mts). También se exporta vino embotellado en cajas de cartón que no son palletizadas dentro del container bajo el sistema denominado “Slip Sheet”, es decir, realizando “cargas a piso”.


Vino a granel

Alrededor del 20% de las exportaciones totales de vino chileno en volumen corresponde a vino a granel, y el primer semestre del 2012 éstas tuvieron un crecimiento récord en facturación del 66%, alcanzando un valor de US$159,60 millones.

Para las exportaciones de vino sin embotellar, hace unos quince años eran muy usados los famosos “Isotanks” (o “Tank Containers”). El contenedor Isotanque fue diseñado para transportar toda clase de líquidos, siendo actualmente mucho más empleado para el transporte de bebestibles inflamables de alto grado alcohólico (como whisky, vodka o ron), que para el del vino.

Hoy en día, el embalaje que mayoritariamente se utiliza para el transporte de vino a granel son los “Flexitanks” (comúnmente conocidos como “Flexibags”), los que representan una alternativa segura y económica de transporte de líquidos a granel no peligrosos, especialmente alimenticios. Estos proveen un ahorro significativo de volumen en comparación con el transporte en contenedores-tanque, permitiendo transportar hasta 24.000 litros por container de 20’ (pies).

Normalmente, los vinos embotellados se exportan en containers de 20’ y 40’ de largo, mientras que se usan containers reforzados de 20’ para los embarques de vino a granel en “Flexitanks”, debido al gran volumen a embarcar. Por su parte, los vinos “Ultra Premium” (o de “Alta Gama”) se transportan generalmente en contenedores “reefer” (o refrigerados), que permiten mantener la temperatura entre 16° y 18°C, de manera que este bebestible de alto valor llegue en perfectas condiciones a los mercados internacionales.